
Es un espectáculo de horror, que me hace creer que la idea más remota del infierno estuvo inspirada en estas manifestaciones de la naturaleza.

Hemos entendido que la tierra tiene sus procesos y que en nada tienen relación con nosotros, hemos creído que somos una especie superior y ajena a lo que ocurre a nuestro alrededor. Sin embargo, es realmente todo lo contrario, los vapores candentes alojados en nuestros corazones, no son menos explosivos que una erupción volcánica, y de alguna manera pudieran estar relacionados con los volcanes que vemos afuera.

Qué manera más ciega de interpretar la realidad, ya hemos sido informados, o más bien advertidos, de que "como es afuera es dentro, como es arriba es abajo", lo cual nos da una idea de la interrelación que existe en el todo.

Imagino también que el cielo no es necesariamente un asunto de otra dimensión, sino una promesa, es decir, una auto-promesa que los seres humanos podemos construirnos.

Crear el cielo en la tierra, es un anhelo que será posible, sólo y cuando hayamos superado tan intensos modelos de dominación humana, y de exterminio de la naturaleza; mientras tanto, la tierra y el espacio sideral, serán sólo un reflejo de nuestras propias miserias.
Si pudiéramos superarnos, al punto de no tener la necesidad de contar con ideas como: política, economía, educación, administración, poder, gobierno, jerarquía, dominación, hegemonía, autoritarismo, líder carismático, entre otros males institucionales de la organización social, y pudiéramos desarrollar las ideas de amor, sabiduría, equidad, y en resumen: VIDA, sería haber escalado octavas y octavas de ascenso espiritual.
(*) Alienación: Proceso mediante el cual el individuo o una colectividad, transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición. Med. Trastorno intelectual, tanto temporal o accidental como permanente. Psicol. Estado mental caracterizado por una pérdida del sentimiento de la propia identidad. RAE.
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