sábado, 7 de abril de 2012

SOBRE RACISMO Y OTRAS DISCRIMINACIONES



Es admirable cómo las sociedades van cambiando sus valores, pero, de un extremo al otro, se ve cómo caminan con tal vehemencia al otro polo, y cómo generan de inmediato otros problemas.

La historia de la esclavitud, la discriminación y el abuso hacia los africanos, traídos a la fuerza a América para peor, -porque ellos no se vinieron por su propio gusto-, generó posteriormente un racismo descomunal, fundamentado en la creencia de los blancos como raza superior; por supuesto que era “superior”, los africanos eran esclavos, el nivel más deplorable de la escala social. El color de la piel fue sólo una excusa aportada por la iglesia, al considerarlos como seres inferiores, sin alma, por lo cual se podían tomar como al ganado. Con este argumanto lapidario pasó lo que tenía que pasar. 

Al conservadurismo de antaño le ha seguido tal furor por la tolerancia racial, que ya no es posible expresar alguna idea, convirtiéndose en un  control social, que lo llamo "antirracista" entre comillas. Ahora tenemos que cuidar las opiniones y los gustos, porque de alguna manera a alguien ofendemos, aunque sea sin intención.

Esta exagera defensa a las personas de piel oscura (no comparto la expresión "gente de color"), y la custodia mediática de la opinión, a su vez está sustentado en el autorechazo, que grita muy alto, ya que está fundado en la no aceptación propia. Esta actitud, no nos llevará a ningún lado, porque es como si diéramos vueltas y vueltas en el mismo lugar, y no avanzamos.
 
Empecemos por el concepto de TOLERANCIA. Aquí tenemos a la RAE:

tolerar.
(Del lat. tolerāre).
1. tr. Sufrir, llevar con paciencia.
2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.
4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.

De cuatro acepciones, tres se refieren al aguante de la persona ante hechos externos que molestan. Esa fue la manera como de niña entendí ese concepto, cuando mi padre me amenazaba diciendo: “Eso no lo voy a tolerar”, se refería a supuestos comportamientos, que si se me ocurría ejecutar ya sabía las consecuencias. Por eso entendí ese concepto como una condición de los poderosos, quienes tienen tal superioridad como para llegar a tolerar o no, un agravio de los subalternos. Fuerte impacto de mi infancia, porque esa palabra nunca la uso y esa acción de tolerar nunca la ejerzo. 

No tengo idea de si estas cuatro acepciones de la RAE han definido el término desde siempre, o, que la cuarta fue incluida posteriormente, dado el uso o aplicación que se le ha dado últimamente, a raíz de los acuerdos internacionales para la convivencia humana. La palabra tolerancia ha cobrado espacio en los discursos políticos, de escritores, periodistas, filósofos y fanáticos de cualquier tema, pero no me convence, porque de cualquier manera implica superioridad.

Yo preferiría que se creara una nueva palabra para definir esa deseada actitud hacia los demás y hacia las diferencias que hemos tenido desde que el mundo es mundo. Si somos únicos, por la complejidad que nos caracteriza, ¿por qué seguimos insistiendo en la discriminación?.

La historia nos remite al origen de la natural y pésima actitud humana, de calificar las diferencias como signos de superioridad de unos sobre otros. Hasta la ciencia se alineó en este sentido, cuando utilizó el concepto de raza, para luego desmentirlo y ahora disfrazarlo con desdichados términos geográficos como afro-descendiente. Ser afro-descendiente es ser heredero de una sola región, no incluye a los americanos y eso lo resolvieron con afro-americano, pero hay otro problema, se incorporan otras nacionalidades, asiáticos por ejemplo, ¿seguirán abriendo conceptos necios para definir a grupos humanos cada vez más mestizos, más integrados?.

En mi caso, entonces, sería hispano-indígena, mis hijos hispano-indio-marroquíes, por un linaje que viene de la línea paterna. ¿Por qué nos enredamos tanto, en el empeño de esquivar la palabra negro, blanco, amarillo?.  Al fin y al cabo, son colores objetivos de la piel, que nada tienen que ver con superioridad y que manifiestan una diversidad tan hermosa, que cuando se unen nos potencian, porque nos colocan “plumas de pavo real”, como dice el poeta venezolano. Venezuela es un Santuario de esas mezclas.

Volvamos a la palabra TOLERANCIA, la cual yo no tolero, porque no me siento por encima de nadie para tolerarlo, y no me someto a aguantar nada; lo único que tengo que hacer es conectar con el ser que hay en cada persona, y ello conlleva a respetar, amar, apreciar, simpatizar, ver con el corazón, disfrutar de las diferencias y aceptarlas como dones naturales o artificiales, porque ahora con la ciencia y la tecnología estética, muchas cosas nos cambiamos y seguimos siendo las mismas personas, pero más alegres, más felices. Podríamos decir, que la clave está en ser indiferente ante la diversidad, o ser amplio ante ella.

Todos sabemos que seguiremos evaluando a los demás, especialmente sobre asuntos que nos pongan en peligro, a veces nos encontramos con gente que no nos simpatizan y otra que nos hacen espejo maravilloso, donde incluso los aspectos físicos de las personas, tienen su importancia.

Tendríamos que hacernos una limpieza mental de la discriminación, aunque seguiremos analizando, diferenciando, estableciendo criterios para poder relacionarnos. Escogemos a nuestros amigos, pero a quienes no escogemos no los tenemos que tolerar, sino respetar, porque nadie está en esta vida para complacer los gustos y expectativas de los demás.  
 
Recientemente leí una noticia que alarmaba a los lectores, ¡un hecho inconcebible!, a Robert De Niro se le ocurrió hacer un comentario que supuso humor, sobre el color de la piel de la primera dama de EEUU, dijo algo así como: 

“¿Creen que el país está listo para una primera dama blanca?” 


El revuelo que causó, lo hizo pedir disculpas, todos los aludidos se sintieron humillados, avergonzados, y le exigieron a Obama que intercediera en solicitud de una disculpa a De Niro.

Este revuelo está ocurriendo, porque con la misma vehemencia racista contra las personas de piel negra, se está operando una energía en reversa casi tabú ante ellas; además, aún hay mucha sensibilidad con el tema, la gente se quedó pegada y nadie avanza, porque ahora en lugar de haber respeto, se promueve la represión. 

Esto nos lleva a considerar que tenemos dos opciones: 

1-   1-   O, seguimos nutriendo el concepto de raza, el cual básicamente alude a la superioridad de los blancos sobre los demás, y agregando la tolerancia  para exorcizar el racismo, convirtiendo el color de la piel en un tabú espantoso del cual nadie habla, pero que se oculta en su lado oscuro, lo cual es muy peligroso. 

2-  2-    O aceptamos de una vez por todas que no existe superioridad del blanco sobre los demás colores de piel, y apreciamos que los colores son irrelevantes en materia de evaluación humana. Esto implica no ofenderse cuando alguien con mala o buena intención alude a esta condición física.

La primera opción implica una eternización de la discriminación, que empieza por los mismos ofendidos. Nunca me he ofendido porque alguien me diga que soy india, o que soy latinoamericana, y hasta sudaka, quien tiene palabras enconosas que cargue con sus maledicencias. El racismo es una actitud basada en la ignorancia, y nunca sabremos cuándo y cómo se anida en el corazón de quien habla, pero si la misma persona aludida, le da una respuesta asertiva y no ofendida, lograremos ir borrando esas actitudes. 

Nadie debería ofenderse porque le digan negro, para mí ser negro es tener una tremenda voz, es tener fortaleza física, es tener calidad en las piernas para bailar, tener una dentadura formidable, cualidades para hacer música y todos los demás atributos del ser humano, y a la prueba me remito:

 http://www.youtube.com/watch?v=040W-Q3LvPs&feature=related

La antropología determinó que no existen las razas, que lo que hay son diferencias étnicas, lo cual no me convence, porque la etnia no alude a las características físicas del ser humano. Debería haber un concepto que identifique esa maravillosa variedad de colores de piel, formas del cabello, color de los ojos que hacen una riqueza de personas e incluso una manera fácil de identificar a cada una.

De Niro pecaste, Obama y esposa, no se ofendan, NO TOMEN DISTANCIA, es un error, porque el color de la piel es una riqueza, no una vergüenza.

La única manera de salir de este atasco sin sentido, es que se acepte la verdad científica: no hay superioridad entre las personas, por razones raciales.

La clave puede estar en no ir en contra del racismo, la Madre Teresa, dijo: “No me inviten a ir en contra de nada, cuando me inviten a ir a favor de algo, asistiré”. 

Darle importancia a los comentarios y armar un escándalo, por la ofensa que supone la alusión al color de la piel, nos hace racistas, porque no nos aceptamos como somos, o al cuerpo que tenemos.

¿Cuándo nos aceptaremos de verdad? si le decimos negro a un negro se ofende, son los primeros racistas, porque no se aceptan como negros, y si no se aceptan ¿cómo van a esperar que los demás lo hagan?, cualquier discriminación termina cuando no hacemos caso de ella, todos tenemos algo por lo cual ser discriminados, por ricos, por pobres, por feos, por bellos, por indios, por blancos,  por flojos, por trabajólicos, por extranjeros, por nacionales, por las ideas, por la religión, ¿entonces? todos somos vulnerables, y de paso todos somos parientes, como dice Rubén Blades:

http://www.youtube.com/watch?v=hvIcIRsRces 

El ser humano no se cansa de buscar motivos para discriminar a los demás, sólo que hay más relevancia en los temas raciales y con la orientación sexual. Con la diferencia de que en el caso de la primera, los aludidos se ofenden, y en el segundo los aludidos se enorgullecen, como si la homosexualidad fuese una condición lograda por méritos propios, cuando su propio argumento es que la homosexualidad es natural. 

Son dos temas que tenemos sobre el tapete, que provocan opiniones polarizadas y generan mucha pasión; veo que estamos olvidando lo importante, el RESPETO para sí y para los demás.

La lucha contra del racismo y la homofobia es un error, porque genera contrarios, en lugar de ir a favor del ser y el despertar de la conciencia de cada uno. 

Cuando se impone una idea siempre se generan opositores, especialmente cuando se trata de asuntos tan arraigados en la cultura, como estos temas; no se puede convencer a nadie con argumentos de contenido, sino con recursos éticos, con el desarrollo de la alteridad y generando criterios autónomos, en lugar de estar como en una marea, arrastrados por la voz de quien grite más alto.  

La Madre Teresa tenía razón, ir a favor de la paz, la comprensión y el respeto, lo que se resume en ir en pro del AMOR.