jueves, 30 de junio de 2011

ECLOSIÓN EN LA FAMILIA


Sin necesidad de remontarnos al origen de la familia, lo cual ha dado bastante que escribir a los autores, y tomando la definición clásica de la familia como "la célula primordial de la sociedad", hemos de reconocer que en la actualidad este grupo básico se ha visto afectado por nuevas formas de relaciones maritales, cada vez más radicales.

Aunque es claro que el matrimonio occidental se ha visto afectado por los cambios asociados a la dinámica económica y al trabajo de la mujer fuera del hogar, no menos importantes han sido las pulsiones que desde la pareja se pusieron en evidencia, para desdibujar la familia tradicional y dar lugar a nuevas formas de pareja, nuevas maneras de lidiar con la familia cuando ocurre un divorcio, y nuevas maneras de crear compromisos familiares.

Al tratar este tema, resalta la creatividad con la cual se han abordado los asuntos maritales en el devenir de la familia en los últimos sesenta años.

En la década de los cincuenta, la familia occidental tenía el modelo de una organización civil, religiosa, afectiva y económica, la cual sigue vigente. Dependiendo de la escala social, los rituales del matrimonio, punto de partida indiscutible de la familia, adquirían más o menos importancia, dependiendo de la capacidad material para realizar tal celebración.

Las clases acomodadas, como se las llaman, no sólo daban valor a estos rituales sino que también publicidad. Las clases menos favorecidas, o hacían un esfuerzo por imitar tal costumbre, o, definitivamente no lo tomaban en cuenta, y consolidaban muchas buenas uniones sobre el amor, el compromiso y la responsabilidad con los hijos.

De una u otra forma, las disfunciones familiares eran inevitables, pero en aquellos tiempos, la mala imagen de ser divorciado, afectaba hasta el hombre. Se prefería continuar en un ambiente insoportable, eludiendo sus efectos, a través del trabajo, la infidelidad, el abandono, la crueldad y el maltrato, el alcoholismo, y otras expresiones que daban cuenta de la disfuncionalidad imperante en esta institución.

Ya en los años sesenta se adquieren referencias sobre la liberación femenina, lo cual marcó un antes y un después para la familia occidental. La droga, el amor libre, el movimiento hippie, los derechos humanos, las reivindicaciones obreras, con un fondo musical y publicitario no menos intenso, incorporaron suficientes estímulos para provocar fuertes cambios en la organización y proyección de la familia.

La sola idea de tener que sufrir los rigores de un marido machista, alentaba a las jóvenes a obtener una profesión y hacerse de un poder autosuficiente. Era frecuente escuchar a las madres y abuelas: "Estudia, que si te casas y el hombre te sale malo, lo dejas, porque no dependes de él para vivir". 

Tal parece que esas madres veían en sus hijas la oportunidad de ejercer la libertad que ellas no tuvieron; y también parece que aquellas madres poco fundamentaron sus uniones en el amor. Las recomendaciones siempre giraban en torno a la dependencia económica, la cual ataba a la mujer a un matrimonio infeliz. 

Con estos antecedentes y con las influencias que llegaban de Estados Unidos, la familia, el mundo donde nacimos y en el que seguramente estaremos al morir, se ha ido diversificando, y el centro de las innovaciones han girado siempre en la manera cómo administrar los acuerdos de fidelidad y libertad sexual, más que en regular los demás componentes, ya que de estos se encargan las leyes de cada país, (el divorcio, los bienes, la pensión alimenticia, las herencias, las visitas).

Se nota entonces, que la médula de los problemas de la familia, se centran en la manera cómo la pareja se siente satisfecha o insatisfecha en sus relaciones íntimas.

Las propuestas han sido muy creativas y hasta sorprendentes:

- Matrimonio abierto: estos acuerdos establecen una válvula de escape, para garantizar la permanencia de la unión libre o matrimonial, al proporcionar momentos de liberación de las expectativas sociales de fidelidad. Suponen que la rutina destruye y que se puede tener relaciones extramaritales sin perjudicar el matrimonio. No se sabe si esto funciona mejor que el matrimonio convencional.

- Uniones libres: son simples concubinatos, pero sin el lastre moralista de antaño, cuando respondían a poca sofisticación cultural. En estos casos, son generalmente escogidos por profesionales librepensadores, cuestionadores de la formalidad nupcial, son uniones que suponen que el amor es la base del compromiso, y cuando éste acaba, no hay nada más qué hacer. Esto evita los molestos trámites de divorcios. Pueden asumir la fidelidad o no, en cuyo caso se convierte en unión libre abierta. Tampoco hay datos sobre sus resultados.

- Clubes de encuentro: el Club inscribe sólo a parejas, con el fin de ofrecer un espacio protegido para que los socios disfruten de intercambiar parejas, aún cuando se acaben de conocer. Esta modalidad también está basada en romper la rutina y en dar rienda suelta a las fantasías de infidelidad, que de esta manera resultan exorcisadas, porque cada miembro de la pareja está de acuerdo con esta práctica. Es la famosa "cana al aire", pero bajo consentimiento. No se sabe nada acerca de su efectividad.

El Club exige requisitos sanitarios y un nivel económico y profesional suficiente, para garantizar el buen funcionamiento del negocio, el nivel de comportamiento y modales de convivencia. No sé si aún existe este tipo de Club, el cual fue muy sonado en Europa en la década de los años noventa.

- El Poliamor: es una forma de establecer relaciones comprometidas con varias parejas a la vez, con el consentimiento de todos los involucrados. Se basa en reconocer que las personas somos capaces de amar a más de una persona a la vez, y que nada impide organizar la convivencia teniendo relaciones con terceros, consentidas por la partes. Es una manera de anular la posibilidad de infidelidades, porque las nuevas parejas se incorporan a la vida cotidiana. Pueden convertirse en comunas de convivencia.  

Recientemente el canal de TV H&H (Home and Health Discovery), presentó el caso de una pareja que no tenían hijos, y que al cabo de un tiempo, la mujer, previo acuerdo con su marido, estableció relación con otro hombre, quien vino a formar parte de la familia, por fortuna tienen una casa grande, cómoda y propicia para tales fines. 

A principio lo interpreté como promiscuidad, sin embargo, es diferente, porque se establece un compromiso amoroso con el tercero, y no es orgía porque las relaciones sexuales son sólo en pareja. Con el tiempo la mujer quiso tener un hijo y se prepararon los tres para que tuviera un hijo con la segunda pareja, y nació el niño que crece con una madre y dos padres, los cuales se distribuyen amablemente la atención de las necesidades del niño.

En este nivel lo percibí como poliandria, que significa una mujer que tiene relaciones con varios maridos, pero, no, al final del programa presentaron a una segunda mujer que se incorporaba a la familia vinculada inicialmente con el segundo marido de la primera mujer.

Esta nueva integrante de la familia había tenido problemas en su matrimonio anterior, y estaba cuestionando el voto de fidelidad... y se encontró con estos personajes innovadores.

La última escena de la entrevista, reflejaba a este grupo familiar integrado por dos hombres y dos mujeres en una complicada relación amorosa: 
una mujer con dos maridos, un hombre con una esposa (el primer marido), un hombre con dos mujeres, y un hijo de tres años. 

No tengo la menor idea de cómo podrá funcionar esto con el tiempo, y cómo explicarán al niño quién es quién en esta complicado tejido de relaciones, lo cual si puede ser explicado, contrastará con lo que el niño verá en el resto de la sociedad, sin contar si la nueva integrante se enamorará del esposo inicial y así queda la cosa en tablas. 

Los personajes de este ensayo explican con cara de alegría, y hasta con cierto candor, la necesidad y el derecho que tienen de no dejarse atrapar por los celos, ni ser víctima de los celos del otro, y se observan relajados por haber superado un tabú tan arraigado en la sociedad, como el de la infidelidad.

No sabemos si una condición esencial de este modelo, es que vivan en la misma residencia, como el caso presentado, lo cual exige espacio y condiciones especiales.

Puedo suponer que como toda obra humana y toda relación social, este modelo debe tener sus puntos débiles, sus fallos, pero no fueron objeto de atención para la presentadora.

Este último modelo y otras formas extremas para prevenir el aburrimiento conyugal, que sin duda seguirán apareciendo en el firmamento de la creatividad humana, parecen provenir de personas muy especiales, capaces de sentir tal empatía con esos modelos, que seguramente les darán resultado.

Sería muy interesante hacerles seguimiento para determinar su rango de éxito, el cual a simple vista no creo sea una propuesta que pueda masificarse. No existen estudios al respecto. Se requiere un alto sentido de respeto por el otro, y un fuerte manejo de la vida compartida, ya que este modelo puede ampliarse a la n potencia, y convertirse en una comuna libre, como las que se han producido en diversos lugares del mundo.

El fundamento para estos ensayos es la convicción de que las relaciones de pareja tienen en la fidelidad un voto inadecuado, porque la naturaleza sexual no soporta la monogamia. Hay quien dice que la monogamia es un acuerdo social y no un asunto natural; lo argumentan comparando a los humanos con los comportamientos animales.

No es el momento de iniciar este debate, pero no concuerdo con esta afirmación, la naturaleza humana no es idéntica en todos los seres, no podemos establecer una ley natural de promiscuidad. Por eso dudo que estos ensayos puedan ser replicados en toda la sociedad, y si funcionan, deben tener sus generadores de problemas también.
Puedo intuir o suponer a título hipotético, dos cosas:

1-       Que con el poliamor se corre el riesgo de sólo experimentar unas relaciones superficiales, cerebrales, poco emotivas, serenas por convicción, cómodas y simples, con pocas posibilidades de conflicto porque están muy atadas al convenio de no agresión, y al control del grupo. Esto inevitablemente puede generar un descontento personal que tendrán que reprimir, por lo mal visto que será manifestar algún malestar con los demás, y al reprimirlo se va a la sombra del inconciente. Ya sabemos qué sucede entonces. Nada supera las relaciones monógamas, para profundizar el desarrollo personal. El poliamor puede ser un modelo evasivo, porque usa un atajo para librarse de un alter ego confrontador, como ocurre en la pareja monógama.

2-      Que esta organización de relaciones de pareja pueden estar inspiradas en la necesidad que sienten algunas personas de amar a varias personas a la vez, porque son encuentros de almas con quienes tuvieron relaciones de pareja en vidas pasadas.  

En lo personal siento total identificación con la pareja monógama, casada o no, que funcione hasta cuando pueda hacerlo, y que se nutra de lecciones, vivencias y orientaciones psicológicas, que hay bastante y de buena calidad, para llevar una vida asertiva, con sus altos y bajos.

Lo interesante es que el ser humano busca darle solución a sus problemas y encuentra vías que significan aportes para todos, quien los asuma ha de saber que toda decisión tiene sus consecuencias.

Desde el corazón de la cultura estadounidense, nos llegan estos cuadros de familia:












miércoles, 29 de junio de 2011

NIÑOS RICOS


"Cuando me convertí en Heredero de la Familia, mi adiestramiento se intensificó. Tenía cuatro años y era un jinete indiferente. Mi padre era verdaderamente un hombre estricto y como Príncipe de la Iglesia se encargó de que su hijo tuviera una disciplina severa, y fuera un ejemplo de cómo debían ser criados los demás.
En mi país, cuanto más alto es el rango de un niño, más severo es su adiestramiento. Algunos de los nobles estaban comenzando a creer que los niños debían pasarla mejor, pero no mi padre. Su opinión era: un niño pobre no tiene esperanza de comodidades después, de modo que dadle bondad y consideración mientras es joven. El niño de la clase más alta tiene todas las riquezas y las comodidades aguardándolo, de modo que tiene que experimentar las penalidades y mostrar consideración hacia los demás. Esta era también la opinión oficial del país. Bajo este sistema los débiles no sobrevivían, pero los que lo hacían, podían sobrevivir casi a cualquier cosa."

Asombroso texto de Lobsang Rampa, en su libro "El tercer ojo", menuda diferencia al pensamiento occidental, donde los niños de los más altos rangos sociales y políticos, se pierden de aprender a saber lo que es el NO, lo que es ganarse con merecimientos sus caprichos, o deseos, dejándolos a veces tan débiles de carácter.

Esta visión bilateral de la condición humana, en ese tiempo y en ese lugar, era un valor que podía crear en esa sociedad una justicia global, los hijos de los ricos aprendían disciplina y rigor dirigida por sus padres, y los niños pobres recibían mayor condescendencia en la edad temparana, dada su ya desfavorable situación económica.

Es una visión bastante curiosa, y aunque la familia tradicional occidental hayan fomentado el valor del esfuerzo y del trabajo en todos los niveles sociales, pareciera que al menos en los sectores acomodados, el rigor sobre los hijos ha disminuido considerablemente. Lo que si es cierto, es que no ha existido en occidente esa visión empática con los niños pobres. Sólo se han promovido desde el Estado, ayudas a los huérfanos, pero esto es otro asunto.


En estos tiempos de reflexión, de búsqueda, de explicaciones, de nuevos modelos de convivencia humana, no cabe duda que el futuro de la humanidad tendrá que estar basado en el esfuerzo de la familia por lograr un fino equilibrio entre la disciplina, el amor y la provisión. Es un reto que los padres tendrán que emprender, no sólo para el bien de la familia sino para el bien social. Los excesos crearán las patologías familiares que ya conocemos.

Disciplina para enseñar y aprender, estudiar, leer, trabajar, asumir responsabilidades, formarse criterio, ver el conjunto, reconocer el entorno, adquirir valores humanistas, etc.

Amor, para sentir el valor del trabajo, del arte, la naturaleza, la familia, los vecinos y los extraños.

Provisión, para proporcionar a la familia el sustento material que requieren todas las actividades de sus miembros. 


El ejercicio de la paternidad se aprende al mismo tiempo que se ejecuta, por eso crea los problemas que ya conocemos; gracias a muy buenas iniciativas, ya podemos contar con Escuelas de Padres, bibliografías esclarecedoras para quienes pretenden formar una familia, Talleres de crecimiento personal, y muchas opciones que apoyan un mejor concepto para la vida en común. 

Hay Familias de Familias: