sábado, 6 de febrero de 2021

LA LEY DEL EMBUDO

Mi mamá decía que en la vida prevalecía una ley muy injusta, la Ley del Embudo, ahora lo llaman La Matrix. Una exacta manera de describir las relaciones sociales vinculadas al acceso a los privilegios, que Marx denominó Lucha de Clases. Pocas personas disfrutan de poder y abundancia, y tienen todas sus inquietudes satisfechas incluso por encima de la pirámide de Maslow. Ellos se benefician de estar en el lado expansivo del embudo.
En oposición, una gran población no solo en pobreza, sino impotente, sufriendo los rigores de estar atrapados en el lado estrecho del embudo. Frente a este estado de cosas, se observa una notable e incomprensible situación de algunos justos que están en la estrechez, lo cual ha dado en justificarse con la gran expresión de Cervantes: “Pagan justos por pecadores”. El mundo se ha experimentado como un lugar sufriente, pero dicho sea de paso, sufrimiento causado por los otros humanos que se mueven al compás de dicha ley.
Este modelo de relacionarnos signado por el embudo, tendría que ser por obligación, una ley material, un axioma que rige la manera como se distribuye la sociedad en su poco o desmedido acceso a los recursos y a ostentar poder sobre los demás. ¿Por qué, cómo y desde cuándo se sentenció a los humanos a forjar una estructura social que responda tan metafóricamente a la Ley del Embudo?
Sólo podemos intuir que en el principio se impuso el más fuerte, el mas agresivo, el más arrogante y dominante, el líder carismático, el que dirigía a los demás, lo cual dio paso a un sistema de amo-esclavo. Los cambios tecnológicos y el desarrollo de la filosofía crearon condiciones para la generación de sistemas ideológicos, juristas y de orden moral, que reorganizaban las estructuras de poder, el cual contaba indispensablemente con un sustrato defensivo-ofensivo para mantenerse allí, ya que habían otros, quienes pretendían sustituirlos.
Así se cuentan relatos sobre crímenes e intrigas palaciegas, que siempre han acompañado a quienes gobiernan. Según se iban expandiendo los límites de la participación ciudadana, fueron apareciendo nuevos fenómenos que dieron complejidad a la vida, pero siempre, antes y ahora, bajo la presión de una especie de maya de control jerárquico que le atribuimos a la vida, simplemente al existir en un embudo karmático.
Si observamos los modelos de sociedades que se han expresado en la historia, podemos coincidir en el hecho de que a pesar de parecer que los humanos promueven actos autónomos, hay un lineamiento no visible que parece conducir o determinar ciertos fenómenos para cada persona y los pueblos; son los aspectos atribuidos con los cuales nacemos, como la familia a la cual pertenecemos y la que formamos en la edad adulta, su herencia, condiciones socioeconómicas, lugar de nacimiento, sexo, vocaciones y habilidades, personas íntimas y cercanas, afecciones genéticas, discapacidades, taras; son una especie de condiciones que generan un determinado destino, un compendio de elementos por el cual nos ubicamos en el lado ancho o en el lado estrecho del embudo. Lo demás comprenden los aspectos adquiridos, nuestras iniciativas, disposiciones, acciones libres o dependientes, los beneficios de la creatividad, el libre albedrío, decisiones equivocadas y acertadas, etc.
Ante esta distinción no podemos dejar de advertir que somos ejecutores de una especie de guión superior, alrededor del cual giran los acontecimientos diarios, enmarcados en un estado de dependencia sociohistórica, ya que en concreto somos entidades biológicas entrenadas por un sistema sociocultural. En el peor de los casos, ese guión se centra en aspectos negativos como tener padres drogadictos e irresponsables, madres oscuras, pobreza, abuso infantil y otros actos delictivos, y allí vemos porqué a veces resultan en psicópatas adultos, o no, porque también hay almas muy elevadas que van por la vida como aves que no se mojan por meterse al río.
Es rigurosamente necesario apuntar que a pesar de poder reconocer que existen condiciones muy limitantes que dificultan estar en el lado ancho del embudo, eso no significa que quienes tienen condiciones tan desfavorables tienen vedado el acceso al lado ancho; sin hacer un análisis profundo, hay personajes que en la historia han sometido, masacrado, y dominado a través del poder bélico y político, que procedían de ambientes muy depauperados que alcanzaron grandes posiciones como dictadores, no es necesario nombrarlos. No olvidemos que los altos niveles sociales tienen asociación con los más bajos niveles de la escala, llamados por el marxismo Lumpem Proletariado. Asociación que permite sostener en la oscuridad, la estructura que mantiene fuertes a sectores que están a ambos lados del embudo.
Hay una expresión que parece ser anónimo que reza:
“Dios escribe recto en renglones torcidos”. Una aguda observación acerca de lo mezclado que vivimos el bien y el mal, una alerta ante lo sagrado que puede ser el recorrido de vida, tal y como sucedió. Un misterio que tendremos mientras vivamos en este plano terrenal.
No son pocos los planteamientos humanos para darse explicaciones espirituales a los fenómenos que vivimos. Desde los estudios profundos de los antiguos Iniciados entre los cuales se encontraba el mismo Jesus, pasando por la creación de religiones oficialistas, hasta sectas de todo tipo, podemos contar con muchas cosmovisiones desde las que se creen dependientes de un Dios en las alturas, como de muchas deidades accesibles al hombre, hasta creencias donde el protagonista es el mismo hombre en rituales chamánicos y conocimientos sobre energía, muy notables en el hemisferio oriental.
Para muchos es bastante conocida una expresión que en occidente se popularizó hace 35 años más o menos, sobre la relación causa-efecto de los fenómenos que afectan a los humanos; desde La India nos llegó la idea de karma, definida como la infalible figura de la siembra y la cosecha; quien provoca una acción, en algún momento recibirá las consecuencias de ese acto sea malo o bueno.
Lo entrañable de esta sentencia es que cuando sembramos una semilla, se trata de ocultar bajo tierra, en la oscuridad, un pequeño botón que germinará para salir a la luz y darnos muchos frutos en un árbol destinal, es decir, sembramos una semilla y el producto son millones de semillas. Un buen negocio para agricultores.
No obstante, cuando se nos devuelven las cosechas de acciones malintencionadas, el resultado es el infortunio, y generalmente, no reconocemos la causa, más bien se tiende a culpar afuera, convertirse en víctima, desconociendo que en algún rincón del pasado, -lo creamos o no, lo recordemos o no-, contribuimos a sembrar una causa que ahora se manifiesta en su peor efecto. Esa es la versión errada que tenemos del karma, un padecimiento sin razón.
Una de las 7 leyes universales de Hermes Trimegisto, 2000 a.a.C. es la de Causalidad, la cual se acompasa con las leyes de Polaridad, Ritmo, Vibración y Correspondencia, cinco leyes que actúan entrelazadas y dan origen, destino y retorno a nuestras vidas. Coincide con la visión karmática de la cultura de la India, no hay casualidad, sino causalidad. Los hermetistas han alcanzado conocimientos sobre la existencia de los planos de causa y efecto, los Planos Superiores y los Planos Inferiores. En este último se manifiestan los acontecimientos más intensos de nuestra vida cotidiana, ante lo cual los hermetistas han logrado desarrollar métodos para elevar la conciencia y tener capacidad para generar causas superiores.
La idea se enfoca en que con sabiduría podemos acompasarnos con la dinámica de las leyes universales, en lugar de ser afectados por ellas. Vemos con asombro como una gran masa de humanos se encuentra atascada en el lado estrecho del embudo por falta de conocimientos y emprendimiento hacia una conciencia mayor, aunque seguiremos siendo humanos con las mismas necesidades, las mismas incógnitas y el mismo destino. La verdad es que no hemos cambiado mucho desde que nos conocemos culturalmente, …nada nuevo bajo el sol.
“¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y no hay nada nuevo bajo el sol” Eclesiastés (1:9

domingo, 24 de enero de 2021

OFRENDAS O SACRIFICIOS A LOS DIOSES

Repugnante noticia de hoy: En Margarita detuvieron a un hombre que torturaba a sus perros en rituales satánicos. El detenido fue un actor de cuarta en el programa de Radio Rochela. Uno de los perros está prácticamente forrando su esqueleto. No puedo más que creer que cualquier ritual de esta naturaleza sea voluntariamente hecho o pedido, proviene del Demonio, tanto de hoy como del pasado. No es posible que exista un Dios verdadero, que se deleite con el aroma de la carne asada, porque encima, no se la va a comer. Sólo una entidad oscura se satisface con una ofrenda como ésta, porque se deleita con el dolor del que siente y padece.

Resulta muy desagradable la idea de torturar o degollar a un animal como ofrenda religiosa. Desde el punto de vista antropológico, los primeros humanos que vivieron en comunidad, al verse afectados por desastres naturales, creyeron que allá arriba había un demonio que había que tranquilizar y satisfacer, a fin de que no produjera tales desastres, las cuales involucraban pérdidas y muertes humanas. Fue así como fueron realizadas ofrendas previas, para mantener a aquel espíritu endemoniado tranquilo.

No obstante, este tipo de actividad aún ocurre entre personas muy ignorantes, que me hacen dudar de la premisa tan difundida en estos tiempos, sobre la salvación en colectivo. ¿Cómo podemos tener unidad con tan infelices seres, capaces de hacerle daño a un animal, encima domestico y tan fiel como un perrito? Cualquier ofrenda es ventajosa, sacrificar a otro, para obtener beneficios para sí, es muy ruin.

Estas prácticas han sido una costumbre universal, ocurre en todos los lugares del planeta, se han hecho y aun se ejecutan, lo cual llama mucho la atención; si esta práctica fue solicitada por una entidad divina, en la remota antigüedad, como se cuenta en los textos sagrados, -caso de Abraham-, esa entidad también estuvo pidiendo lo mismo a todas las comunidades existentes en el mundo. Lo cual no me deja otra conclusión que creer, que todos los pueblos del mundo fueron “los elegidos”.

Tal enfoque ritual, anclado en la tortura y la muerte, se ha seguido manteniendo en el imaginario colectivo, como un referente indispensable de la redención, triste enfoque que valida el dolor y el martirio de los más puros, como salvación de los criminales pecadores, y me refiero a Jesus. Se le denomina Acto de Propiciación, se le ofrece a Dios, la sangre de quien fue crucificado por unos malvados, un acto salvaje, y se justifica porque fue para salvar a la humanidad. No se entiende. Es como justificar el crimen de los romanos y del poder de los judíos, y la gente sigue siendo malévola.

Esto no se queda aquí, la agresividad hacia a los animales, se practica como diversión, y a pesar de las manifestaciones en contra, aún se hacen espectáculos vergonzosos ante un público sádico, que dice OOOLE, ante la perversidad que implica indisponer a un toro, al colocarlo bajo tortura en la oscuridad, dos días antes de una corrida. El pobre animal ya va herido y no puede ver al salir al ruedo pleno de luz solar; se dice que le colocan sacos de arena en la zona de los riñones lo cual les causa su desprendimiento.

¿Podemos los humanos de hoy tener la cara limpia ante tales brutalidades y enorgullecernos de tener una Maestranza en nuestra ciudad?

Cuando era muy niña, yo acompañaba a una vecina muy apreciada de mi mamá, y ella premeditadamente planeó llevarme con ella a ver una corrida, y a escondidas; tenía unas influencias en la maestranza, y pasamos a un lugar preferencial y desde allí vi como el torero le metió una daga al toro, y éste vomitaba sangre y moría, fue un impacto que me hizo llorar mucho y la señora no encontraba cómo calmarme. Desde ese momento desarrollé alergia a la carne, y no me parece agradable el fieston que se arma delante de una parrilla. Si me invitan yo como yuca con guacamole. EVA BRICEÑO SOCIOLOGA 24-01-2021

miércoles, 20 de enero de 2021

AMA A TUS ENEMIGOS

Palabras como éstas, pocas veces han sido pronunciadas, tal vez el único que lo planteó fue Jesus; no he investigado si otra persona lo expresó, pero en occidente nos suena familiar por el impacto histórico que provocó toda su palabra.

Para esa época, hace 2000 años, amar tenía que tener un significado muy distinto a lo que hoy entendemos por amor, y sin embargo, en los oídos de aquellas personas tuvo que ser altisonante. ¡Cómo vamos a amar a nuestros enemigos!

En aquellas tierras pobladas por una gran diversidad de pueblos, que se relacionaban a través del comercio y la guerra, el amor poco tendría que ver en el mundo subjetivo de las personas.

Incluso los eventos de traiciones, daños y poder se escenificaban en las propias familias, era común en los reinos las negociaciones de matrimonios convenientes, la traición, el asesinato, la venganza y las alianzas insólitas solo para garantizar los intereses personales de algunos parientes.

Amar al enemigo tuvo que ser entendido como una locura, para unos pueblos acostumbrados a masacrar a sus contrincantes, y a quien les parecieran una amenaza, aunque fuera la propia madre.

No me he percatado si la creación de la religión a partir del cristianismo, en su devenir le hubiera puesto atención a esta premisa en particular, no al menos de manera directa; se ha tratado con énfasis la culpa y el perdón, como salida para el arrepentido, y para el ofendido porque lo aleja de la venganza. Pero un acto específico para lograr amar a quien nos hizo daño, no parece tener espacio en los protocolos formales religiosos, sólo está citado en el Nuevo Testamento.

Para el caso del pecador o transgresor, la iglesia desarrolló todo un protocolo, que conduce a alcanzar el perdón, pero donde se encuentra el meollo de amar al enemigo, es en el agredido, el que tiene una contienda contra otro, y no parece haber un procedimiento explícito para lograrlo, porque una cosa es el perdón y otra el amor.

Jesus expresaba su palabra sin dar explicaciones, ni justificaciones. Su mensaje fue encriptado, con un simbolismo que requería algún conocimiento previo para enmarcar sus disenciones, para poder entender claramente los argumentos que las respaldaban.

Al día de hoy, amar al enemigo sigue siendo un reto que pocos comprenden y menos emprenden, y no se confunda con perdonar, que es otro proceso, a lo máximo que se ha podido llegar es a no odiar a los enemigos y eso es algo. Se conoce de casos de personas que aman a su prójimo de tal manera, que mantienen un modo de relacionarse con los demás tan empatico que se han expuesto a agresiones y actos criminales, en manos de esos protegidos, lo cual sigue dando lecciones sobre cómo tener prudencia con los extraños y hasta los conocidos.

Tal vez esa premisa trate sólo de tener compasión, empatía, comprensión, identificación, piedad… pero ¿todo esto es amor?, ¿no se necesitará alguna acción que le exprese al culpable un afecto concreto por parte de la víctima?. O tal vez amar al enemigo sólo sea una renuncia a vengarse, considerando muy profundamente lo que motivó la agresión del otro.Tanto en los asuntos personales como en los procesos colectivos, el enemigo es una figura despreciada, aunque no se mueva un dedo para cobrar la ofensa.

¿No será que amar al enemigo es una simple opción de indiferencia ante la agresión, que coloca al agredido en una postura superior, al minimizar el hecho?. ¿no será que amar es integrar al otro en una totalidad informe, que lo desdibuja como agresor? Amar no necesariamente significa una acción concreta, sino también un respeto otorgado a distancia.

Lo único claro en esta premisa es que quien ama está en paz, quien ama se genera a sí mismo una condición bioquímica favorable, donde termina todo conflicto. Tal vez amar se refiera, por otra parte, a evitar de antemano la susceptibilidad ante los hechos de los demás. Una especie de manto poderoso que sólo da la sabiduría.

Todo indica que quien se beneficia es quien ama, porque en los casos más extremos, en el amado no hay certeza de que tenga algún impacto, porque en realidad ser amado, no cambia nada en la madeja de complicaciones que provoca un pensamiento y una actitud perversa, lo cual impide el contacto con el sentimiento amoroso, y al contrario lo percibe como debilidad del otro y superioridad propia

martes, 19 de enero de 2021

AMA A TU PROJIMO COMO A TI MISMO

No cabe duda de que una de las fallas más comunes de las personas, es el amor a sí mismos.

La descalificación con la cual crecen los niños, y que se lleva a la adultez, forma parte de un proceso en el cual se disfrazan muchos sentimientos. Parece que todo está bien, y no es verdad, en el individuo, en la familia, en la escuela y en la comunidad se gestan situaciones que van estructurando una auto imagen y una percepción desvalorizada, que puede enmascararse en comportamientos de superioridad, de falsa tranquilidad, de fortaleza, de evasión, y muchos más.
“Aquí no pasa nada”, pero sí pasa. La sociedad sostiene unos valores en cada generación, y esos valores regulan las acciones y reacciones de los individuos, al punto de adecuar la realidad a modelos disfuncionales que se cargan hasta el fin de las vidas.

En mi juventud se premiaban los comportamientos extrovertidos, el atrevimiento sin consecuencias, el éxito con el sexo opuesto, la virginidad, lo cual regulaba las relaciones de pareja hasta de manera hipócrita, se valoraba la felicidad y el éxito económico, lo cual producía un comportamiento notable que hacía énfasis en disimular las penas; esto era tan acentuado, que el sufrimiento sea cual fuere su origen se escondía, porque nadie quería ser apreciado por lástima y desvalorización.
De allí que los hijos de padres divorciados y los llamados hijos naturales, es decir, nacidos fuera del matrimonio, en lugar de producir sentimientos de solidaridad, aprecio, respeto y apoyo, eran víctimas de discriminación social y desprestigio hasta entre los más allegados. Lo mismo ocurría con las familias que por desgracia tenían un hijo discapacitado, llegaban al punto de esconderlo y mantenerlo fuera de las miradas prejuiciosas.
Esta construcción social basada en el dinero y en las apariencias, emergían de las clases más afortunadas, y se extendían hacia abajo, hasta que llegaban a la clase menos favorecida, en la cual se manifestaban procesos críticos en las familias pobres, sin nada que ocultar, hasta llegar a las familias por debajo del último escalón, con miles de problemas que no escondían, porque realmente no tenían nada con qué ocultarlo.
El juicio social era tan despiadado que prácticamente los afectados eran tratados como culpables de su situación. El infortunio se convertía en la medida de la calidad de las personas. Los hijos de divorciados, madres solteras y sus hijos, personas en banca rota, afectados por enfermedades mentales y físicas, divorciados, y no se diga de las familias manchadas por actos delictivos, padecían en silencio sus penas, y en casa se decía: “Los trapos sucios de lavan en casa”.
Sin tener nada en contra de la privacidad, esta sentencia, iba más allá del buen sentido de privacidad, ya que ante un caso de maltrato doméstico las autoridades eran indiferentes, porque “algo malo había hecho la mujer para que el marido le pegara”, incluso en los divorcios en clases pobres, el marido llevaba siempre las de ganar, porque el machismo devenía de una tradición religiosa milenaria.
Por fortuna llegó la década de los 60 y dimos un salto notable, especialmente en la ciudad de Caracas, donde se apreciaba un saludable espíritu de anonimato, lo que hizo la vida menos pesada. Tuvimos tiempos de explosión de valores, especialmente por la pastilla anticonceptiva que le dio a la mujer un empoderamiento bastante razonable; se soltaron los corsés y se relajó un poco la presión social.
La sociedad venezolana ya no podía regresar al oscurantismo reciente, ¡por fortuna!
No obstante, el bajo nivel de autoestima siguió manteniéndose y manifestado con otras expresiones, y así, como nos amamos, amamos a los demás, así como nos descalificamos, descalificamos a los demás. Ya sabemos que vemos en los demás nuestro reflejo, por ello no es una aspiración que amemos a los demás como nos amamos, porque ello es inevitable, amamos tal como nos amamos.
En algún momento de los 80 se promovieron muchos esfuerzos por despertar en cada conciencia el amor a sí mismo, para que la sociedad supere sus atascos sociales. Quien se ama proyecta su amor propio en los demás, otra cosa es el egoísmo, eso no es amor a sí mismo, es perversión.

lunes, 18 de enero de 2021

RELIGIÓN (religare), o SEPARARE

Como ya sabemos, religión viene del latín religare, reunir con la divinidad. Pero, ¿por qué reunir, reencontrar?, simplemente porque la humanidad según la tradición judeocristiana, cayó de su alto nivel espiritual debido a los acontecimientos protagonizados por Adán y Eva. Los primeros padres se desvincularon de Dios, y esta situación aún persiste.
De ser objeto de un proyecto divino, la pareja se convirtió en inapropiada para continuar en aquel lugar, por eso fueron expulsados a la tierra antes de tiempo, como culpables de una infracción. Digo antes de tiempo, porque ya Dios había previsto que ellos fueran los dueños de tal creación.
No obstante, Dios se percató de proporcionarles en la tierra, ayuda a través de entidades angélicas, las cuales apenas tenían influencia sobre ellos, porque se encontraban tan impactados por el drástico cambio que experimentaban. La vida terrenal se inició con una gran deficiencia humana, porque fueron transformados en seres biológicos, materiales, con una espiritualidad apenas en estado de latencia, y en un mundo totalmente inhóspito.
No contento con ello, la pareja estaba expuesta a la presencia perniciosa de Satán y sus ángeles, lo cual convirtió a la sociedad en fundamento para el ejercicio del Mal, lo cual inclinó la balanza siempre a favor de las experiencias dolorosas. El sufrimiento se convirtió en la consecuencia ulterior de un acto inocente, imprudente, desobediente, y emocionante de Eva. La emoción hizo el trabajo, a pesar de que Eva no tenía cuerpo físico, pero de alguna manera, la serpiente logró transmitirle esa vivencia, ya que ella era un portento de celos. La atención que Dios le puso a su obra creadora de Adán y Eva, causó en la serpiente, llamado Lucifer en el Edén, un disgusto tal, que movido por los celos, planeó derrumbar el proyecto de Dios.
Esto fue lo que nos contaron.
Debo destacar que posteriores estudios realizados hace menos de un siglo, cuando Carl Jung definió a tales historias, como un excelente referente extraído de la psiquis colectiva, y por ello los denominó ARQUETIPOS, podemos entender que la mitología que cada pueblo elige para explicar su origen, son expresiones muy parecidas entre pueblos que no tuvieron influencia mutua, por lo cual constituyen poderosos reflejos de modelos de acción humana, y que por estudios del mismo Jung, se observan en la expresión y conflictos de cada individuo.
Por ello la mitología es una fuente poderosa de información sobre cómo los humanos creemos que sucedieron las cosas antes y después de la existencia en la tierra, y cómo nos ocurren las cosas que nos ocurren. Los griegos nos legaron un portento de mitos, con los cuales podemos explicarnos y sanar eventos humanos arraigados en la psiquis.
Con base en esta explicación, podemos ubicarnos teóricamente en los mitos, por encima de cualquier cuestionamiento sobre la verdad, ya que la explicación mitológica nos remite a explicaciones de los arquetipos que nos comandan y nos validan en todas las culturas.
Hecha esta observación, nos podemos dar cuenta en el mito judío, que a pesar de que la especie humana fue exiliada de la morada de Dios, los relatos posteriores, citan encuentros con la divinidad, eso sí, bajo un manto de gran misterio, porque era tal la degradación humana, que no podría ser posible que se produjeran contactos directos, pues la energía divina destruiría la materia del cual estamos hechos.
No obstante, aún en la tierra, Cain y Abel hablaban con dios. Un dios que exigía sacrificios en una piedra donde se asaba la carne del propiciado o víctima, y no solo eso, era un dios con preferencias mundanas, le gustaba el aroma de la carne asada, que le ofrecía Abel, porque era pastor, y no el humo de la quema de frutos que le ofrecía Caín, que era agricultor. Y ya sabemos las consecuencias de tal preferencia. Los celos siempre fueron los iniciadores de la separación de Dios. Un sentimiento que hasta hoy cobra muertes a diestra y siniestra.
Desde aquí se relatan directrices y comandos al pueblo judío, que fueron interpretados por ellos como la voz de Dios, aún sin poder recordar o identificar tal voz. Los judíos fueron dirigidos por una voz cuya identidad, no me queda clara, sólo que sus directrices siempre los llevaron a destrucciones, exilios, pérdidas, sacrificios, castigos, adoraciones, idolatrías, patriarcado, persecución, que hasta hace apenas 80 años se expresó en el genocidio occidental más impactante.
Entretanto, ¿Dónde está y qué hace Satán, el dueño de este mundo? No sería prudente dejar de oír voces que al fin y al cabo nadie puede estar seguro de su origen. El mundo está y siempre ha estado expresando la voluntad del mal, y a la vez defendiendo el derecho de ser los hijos de Dios. ¿No es Satán tan manipulador como para hacerse pasar por Dios?, de alguna manera él es el dios de este mundo, aunque sea en minúscula.
Es una lucha sempiterna, y la religiosidad se ha envuelto en un manto de tal intocabilidad, que aun cuando las religiones son obra humana, se aplican con mucha exaltación, las expresiones descalificadoras como Hereje, Blasfemo, Impuro, para callar la voz de posturas menos fanáticas que están en la escena humana.
Las religiones se organizan a partir de criterios humanos, son parte de la cultura o expresión creativa de los pueblos, basados en prioridades y enfoques adaptados a la forma cómo entendemos el poder humano para alcanzar poder divino a través de rituales, mandatos, dogmas, amenazas o peligros, mecanismos de purificación y reajustes al mismo sistema.
No podía ser diferente con el advenimiento de la iglesia, cristiana en sus inicios, y católica posteriormente, creada bajo los criterios romanos, quienes tenían una cultura helénica, con predominio del politeísmo y un sin fin de informaciones distintas a las nuevas que trajo Jesus. Es que es lógico que un poder como el romano no tuviera los basamentos para crear una nueva directriz sobre un enfoque extraño como era la creencia judía para los romanos.
Jesus anunció la destrucción del templo judío, y más que al edificio, -aunque siglos después colapsó, a manos del romano Tito en el año 70, del cual sólo se ha mantenido el conocido Muro de los Lamentos-, no cabe duda de que Jesus se refería al templo que los fariseos y saduceos armaron en formas de comportamiento y en adoración a cosas, que sólo estaban afuera, en la apariencia. Jesus cuestionaba el boato, la superioridad, el egocentrismo, el poder, el deseo de matar, la carencia de todo lo verdadero en esa congregación “Hipócrita”, según su propia palabra.
Jesus cuestionó La Religión, que no es otra cosa que el sistema organizado por una élite para representar a un pueblo mayormente ignorante de sus significados espirituales.
Prácticamente comandadas por líderes más que por orientadores. Las escrituras estaban prohibidas de ser leídas por el pueblo, el cual además se mantenían analfabetos. Sólo excepcionales personas tenían acceso a esos textos, y de manera oculta.
No obstante, hoy son muy conocidos los más representativos datos religiosos, pero más que todo, los esenciales para mantener la culpa, el miedo, el deseo de castigo de quienes se flagelan, el ritualismo y la entrega. La prudente manera como Jesus nos dio mensajes encriptados, puede darnos una pista de la conveniencia de una espiritualidad interna, no atada a expresiones de afuera, más bien introspectiva, lo cual se expresaría afuera como amor al prójimo, un trabajo que no exigía edificaciones, sino reflexiones y purificaciones sin sacrificios, una voluntaria elección de los caminos estrechos, para referirse al dominio personal para evitar dejarse tentar por la corrupción.
Hoy seguimos teniendo religiones, imbuidas en la misma forma, a pesar de que los textos han sido tan traducidos, -que bien valdría la pena leer textos antiguos-, y están a la mano de todos, pero las directrices no permiten análisis, reflexiones y menos disidencias.
Por fortuna la cultura religiosa nos provee de excelente arte, arquitectura, escultura, pintura, música, aromas, que hacen de los recintos abiertos de los templos, lugares agradables.

domingo, 17 de enero de 2021

¿QUE HAY DESPUES DE LA SOCIEDAD PATRIARCAL?


Según el acerbo religioso-cultural occidental, todo empezó en un jardín llamado Edén, donde estaba creciendo una pareja, bajo los cuidados de Dios, en su propósito de crear una familia a su nivel, lo cual requería de ciertos protocolos, los cuales fueron fracturados, por efecto de la intervención maliciosa de la serpiente. A raíz de este evento, Dios expulsa a la pareja y a la serpiente del paraíso, lo cual se interpretaría como sanción.
Este castigo, -a mi juicio desmedido-, porque fue una sentencia que aún persiste, cuando en todo caso, esa pareja no tenía conocimiento de nada, ni de muerte, ni de lealtad, ni conocían el miedo, ni la suspicacia, y de paso, la serpiente era una habitante más en el paraíso, ¿cómo podían desconfiar de ella?, y sin embargo, por su proceder, en lugar de ser castigada con la misma severidad, fue premiada, porque fue enviada a la tierra con su séquito de ángeles, con lo cual se empoderó de la habilidad para hacer maldad y colocar a la humanidad en los más rigurosos aprietos cada vez más complejos.
La antigua serpiente, ahora Satán, fue premiada, le fue otorgada la gran oportunidad de hacer de las suyas a una humanidad que a duras penas se ha podido levantar y crear hasta ahora, nuevas versiones de su origen y su sentido de la vida.
Esta manera de relatar la idea de cómo ocurrieron los hechos iniciales, fue dado por lo que se veía en el presente de aquellos tiempos lejanos, es apenas un relato mitológico del imaginario de aquellos grupos que conformaban la dinámica de la vida en ese oriente medio tan convulsionado.
Una sociedad de patriarcas, tal vez se vería cuestionada de alguna manera por las mujeres, que siempre tenían que obedecer, dada su fuerza física inferior, o por su naturaleza vulnerable en los días de gestación. Los hombres al organizarse para salir a cazar o a entablar batallas, se sentían sobradamente superiores, mientras las mujeres se dedicaban a las arduas tareas domésticas y a cuidar a los hijos. Tremenda división del trabajo no tardó en crear una fuerte conciencia de superioridad y de supremacía moral, ya que Eva seguía siendo el punto más débil de la feminidad.
Fue tan fuerte que aun después de casi 6000 años, la mujer apenas está contando algunos logros en sus reivindicaciones, y se prevé casi sin lugar a equivocación, que los procesos sociales feministas tenderán a incrementarse cada vez más, con la motivación femenina alrededor de la idea de no tener hijos, de suplir aún más los trabajos masculinos lo cual cambiará enormemente la manera como se organiza o desorganiza la familia.
Ya estamos viendo la sustitución de la madre por la Escuela y los medios digitales, ya vemos que hasta los niños se han hecho autónomos en lo que se refiere a la información que manejan, que se han convertido en extraños para sus propios padres, quienes se dan cuenta de algún detalle problemático, cuando son citados por la escuela para notificaciones sobre comportamientos que los padres nunca sospecharon.
La disipación del patriarcado no solo será un cambio puntual de paso de manos, sino que estará enmarcado en una transformación integral de la sociedad, en tipos de organización ni siquiera sospechados.

MARIA, MADRE DE JESUS

María y su hijo, fueron seres humanos de un altísimo nivel espiritual, es lo menos que podemos afirmar. Se cuenta que María y su esposo José tuvieron que huir, casi a punto del nacimiento de Jesus, lo que da indicio a lo que significaría la vida para él, una misión peligrosa, dura y de gran envergadura.
Jesús nació en un contexto social y religioso dominado por el sistema de patriarcado, la representación de la mujer venía de un papel bastante turbio, ya que el antecedente más contundente lo expresaba la historia de Eva, de cuya repudiada acción se fundamentó todo el argumento de la caída de la humanidad. Dios sentenció a Eva a estar bajo el dominio de su marido, y de paso, parir con dolor, y a Adán, a trabajar denodadamente para apenas conseguir abrojos de sus esfuerzos.
Jesús vino a constituir un descendiente purificado por la línea del rey David, y procede a cumplir con su mandato para rescatar a la humanidad, después de varios castigos, bajo los efectos diluvianos y el fuego contra Sodoma y Gomorra.
La sociedad que encuentra Jesus, no solo está afectada por el poder de un imperio extranjero, sino que su mismo pueblo está dirigido en sus valores y creencias por regímenes religiosos, un conclave que negociaba políticas con el poder romano, y protegía sus privilegios usando argumentos relacionados con herejías, blasfemias, enojo por faltas e irrespeto al sanedrín, es decir un poder estrictamente religioso, terrenal no espiritual.
Esto es a vuelo rasante una mirada de lo que María tuvo que sufrir al ver a su hijo sometido a un Plan que ella pudo desconocer o no, pero que sin duda herían su sensibilidad de madre al ver a su hijo en peligro real.
La historia cuenta que Jesus fue detenido y sometido a juicio, del cual resultó condenado a muerte por crucifixión, según la orden de Pilatos, lo cual era la delicia romana de aquellos tiempos. Lo que extraña sobremanera es que aquel pueblo era hebreo, judío, isrraelita, el pueblo no era romano, y sin embargo, el circo que formaron en torno a la ejecución, poco tenía que envidiar a los despiadados festejos que se hacían ante el emperador en Roma. Tal vez el miedo a oponerse al Sanedrín, y hasta el sadismo, pudieron confabularse con una acción tan brutal y tan injusta como aquella ejecución.
Nunca he podido olvidar el gran impacto que me causó cuando tenía 6 años y en el colegio de monjas vi la película sobre Jesus, sometido a latigazos y colocado en un madero a punta de clavos. Luego, no podía entender la lógica al ver cómo las monjas le pedían y rezaban ante esta imagen desvalida, que fue doblegada por la fuerza. Quien sabe que tanto más pudo haber hecho Jesus, después de su corta vida pública.
Solo puedo imaginar muy por encimita el gran dolor de María, ante tal injusticia, y aun cuando lo justifiquen como pago de nuestros pecados, no le veo la gracia de ser perdonada, por la sangre que derramó Jesús, una acción que en nada ayuda a los supuestos perdonados, porque la sociedad siguió incluso más corrompida. Lo que nos enseña a que el perdón no sana a nadie.
El martirio de Jesus no llevó a la humanidad a rectificar, y ni siquiera a reflexionar, apenas se pudieron adherir a mandatos religiosos, dogmas y misterios, tan rituales como antaño, y en mucho criticados por Jesús.
En este punto es preciso afirmar que Jesus no quería religión, Jesus quería espiritualidad, Jesus no quería rituales, quería elevación de conciencia, Jesus no quería formas quería esencia.
La imagen de María fue considerada como símbolo de la cuna de Jesus, la unión de la genealogía divina con la humana, al reconocer en María un espíritu impoluto, un extraño fenómeno, que no la categorizaba como humana corriente, sino como una excepcional presencia para la obra de Dios. Con ello María vino a ser reconocida por los enfoques patriarcales de la religión católica, como una excepción, como símbolo de dulzura, de peticiones, y misiones para enviar mensajes al mundo.
Se cuenta en miles, las advocaciones de María, sólo en Venezuela hay 23. Cada una de ellas tras una historia de milagros y de mensajes. Lo extraño es que María pareciera ser un componente humano de la religión, siempre enviando mensajes ajustados a los rituales y procedimientos que acostumbramos en estos casos. La virgen en sus apariciones, pide construcción de templos -porque la propia iglesia la constituyen los feligreses en acción-, pide obediencia ante los representantes de la iglesia, anuncia peligros y la manera de evitarlos, y sigue pidiendo culto católico, devoción, sumisión, oración.
Las madres amamos a los hijos, a los nietos, a sobrinos y a extraños, pero una madre correcta corrige, dialoga, explica, que maravilloso sería que la virgen un día nos enseñara con otros mensajes, nos sacara de nuestros errores con ejemplos y la manera de superarlos.
María es para los católicos un estandarte de peticiones rituales, un ajuste al comportamiento religioso, un canalizador de aspiraciones y milagros, una vergüenza femenina por no ser como ella, y yo la amo por ser simplemente la Madre de Cristo, que sufrió en sus entrañas el dolor causado por la pestilencia humana.
La misión de Jesus fue tan compleja que fue necesario hacerla en dos fases, y hoy esperamos la segunda etapa. Lo que pido a Dios es que en esta fase que está por manifestarse, María y Jesus se encuentren fuera del alcance de la oscuridad, la cual no tiene ningún derecho a seguir causando estragos en la conciencia de nadie.

viernes, 15 de enero de 2021

ESPIRITUALIDAD vs RELIGION

Cuesta mucho entender la dualidad que nos define. Somos seres físicos y mortales, y a la vez somos seres con un componente espiritual o psíquico innegable. Podríamos afirmar que el cuerpo, que es un organismo propicio para la acción, es el instrumento del alma, pero en el ejercicio activo de ambos componentes, las prioridades del cuerpo dominan sobre las espirituales, y me refiero no solo a las necesidades orgánicas, sino a la cultura en general, tradición, valores, creencias, aspiraciones, modelos de desarrollo, etc. No diríamos que estos componentes eliminan la esencia de lo espiritual, pero si, que las dominan, se imponen. Esto es tan patético, que se demuestra en la manera como se organizan y estructuran las religiones.
Vamos a definir qué es religión. Viene de religare, volver a unir. “Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto. Vínculo que une al hombre con Dios” RAE
La religión es el resultado del orden que los humanos le dan a sus maneras de expresar sus creencias trascendentales, y lo hacen incorporando sus valores, intereses, motivaciones, propósitos, prioridades, y pare de contar. A estas alturas de los acontecimientos existen religiones poderosas, dominantes, empoderadas no sólo del fin supuesto que conllevó su creación, sino de una posición de poder político, económico y social en el mundo. Este tipo de organización se centra en establecer la manera como la sociedad debe ajustar su comportamiento ante la creencia principal u objetivo, de allí que estructura un sistema de creencias, actividades, festejos, modelos de comportamiento, obligaciones, códigos morales, y otros, alrededor de lo que con mucha fuerza se ha centrado en la Fe.
Esta fe supera los límites de la deidad en cuestión, ya que sus representantes clericales son investidos también de sacralidad, por considerarse a sí mismos como los representantes de Dios en la tierra. Estoy refiriéndome claramente a la religión católica, pero es más o menos el estilo que todas las religiones asumen.
Llama la atención que sólo una minoría de los feligreses, conocen a fondo las bases de su religión, ante una gran mayoría que se conforman con cumplir con sus obligadas actividades, y eso sí, imbuirse de un estado de conciencia leal a los más obvios requisitos de la iglesia. Este espíritu religioso se hace más acentuado en épocas de crisis sociales, nada más observen las redes sociales como abundan los mensajes religiosos con notable énfasis en la esperanza, la voluntad divina, el tiempo de Dios, cadenas de oración, y otros mensajes, que surten de espejo y que se van replicando exponencialmente.
En esa mayoría prevalece la creencia de que religión y espiritualidad es lo mismo, y no cabe duda de que, tras adherirse de manera involuntaria porque son parte de familias y sociedad tradicionalmente religiosas, no hay cabida al debate, reflexión o análisis sobre estos temas.
Debo señalar, que la manera como se creó y difundió el cristianismo a través de la creación de su iglesia, fue a partir de la iniciativa de Constantino, asombrosamente romano, quien consolidó su idea a través de la congregación de los romanos de la clase dominante, y por ende del poder político que ejercían. Hay una versión que cuenta que en una ocasión, Constantino soñó que una voz le decía que colocara una cruz en sus estandartes cuando fuera a la guerra, lo hizo y logró vencer a sus enemigos, y que de ahí surgió su decisión de organizar la iglesia cristiana en ese momento.
Los romanos supieron promover la creación de un nuevo templo, agregando las inquietudes cada vez más populares del cristianismo y capitalizando la efervescencia cristiana del momento, y lo logró en torno a la maneras tradicionales de su cultura. Constantino no tenía cultura cristiana, en todo caso, -si la referencia es verdad-, tenía fe en el símbolo de la cruz para sus peleas. Surgió entonces una organización religiosa que comandó los destinos del mundo occidental a través de la imposición de sus mandatos, no solo en Europa sino en lo que fue posteriormente América.
De aquí podemos determinar el carácter heterónomo de los valores transmitidos por las religiones, siempre comandadas por ordenes humanas, que priorizan esencialmente la adhesión a la creencia, más que el despertar profundo de la espiritualidad. Por ello podemos señalar que la religión, o religiones, tienen su fundamento en una Moral Religiosa y no en una Ética Espiritual, porque procede desde una autoridad suprema que imparte lineamientos hacia abajo. La ética es un estado de conciencia individual autónomo, libre de vínculos dominantes y de congregaciones.
Lo más asombroso del asunto es que la religión católica se reconoce cristiana y romana, -y en esta última predominaban las creencias que luego la iglesia denominó paganas-, aunque deviene de las creencias judías, en las cuales se cimentan los conceptos básicos del pecado original, los mandamientos, la historia de los patriarcas, los castigos del diluvio, y exterminio de las ciudades de Sodoma y Gomorra, y mucho más.
Cuando señalo el asombro me refiero a que tal monumento de iglesia no estaba en consonancia con los mensajes de Jesus, quien expresaba en su imagen y en sus palabras una idea pura y humilde, quien se rodeó de personas sencillas y de las bases sociales de ese tiempo, con quien compartió sus enigmáticos mensajes, y quien puso al descubierto la suciedad que había debajo de los trajes encumbrados de los miembros del Sanedrín, al llamarlos Sepulcros Blanquedados. Los romanos ni idea tenían de Jesús y su palabra. La historia está escrita, sólo hay que leerla.
Dos mil años han pasado y tenemos de nuevo una iglesia distinta a lo que Jesus predicaba. Tal vez por eso Jesús anunció que regresaría a este mundo, a terminar con una tarea que quedó inconclusa.
Quiero significar que no por ello, la feligresía no hace la diferencia, estoy segura que si a caso hay una luz en esta historia, la colocan muchos cristianos que sí se preocupan por la espiritualidad y que evalúan y escogen los planteamientos que nos hacen despertar ante la gran misión que Jesus tiene pendiente.

jueves, 14 de enero de 2021

TERMINOS INTERESANTES Y MUY ACTUALES


ATEO: No cree que existe Dios, dioses u otros seres espirituales, y están seguros de que no existen.
AGNOSTICO: Es una postura moderna, S. XIX, planteada por Aldous Huxley, en general no tiene opinión acerca de la existencia de Dios, ya que no tienen evidencia definitiva a favor o en contra. Se fundamenta en la idea de la imposibilidad total o parcial, de conocer el mundo. Hay dos versiones del agnosticismo: 1- agnóstico ateo, cree que no es posible probar definitivamente la existencia de Dios. 2- agnóstico creyente: dice que no sabe si existe un Dios, pero cree que puede existir, generalmente lo perciben como una energía y no como un ser humanoide. En ambas posturas hay una actitud prudente ante la afirmación o negación de un tema imposible de comprobar.

ESCEPTICO: Postura de la historia de las ideas muy antigua, nos lleva a los griegos clásicos. Duda de toda información que no esté apoyada por la evidencia.

CREYENTE: Postura que asume la creencia de que existe Dios, no se pregunta si Dios existe, lo da por hecho, y forman parte de los conglomerados que siguen y profesan las religiones en el mundo. A este término se adhieren no solo las creencias en una deidad, sino en las doctrinas y protocolos de cada religión, aceptando sin miramientos los dictámenes antiguos y actuales de las posturas de los dirigentes correspondientes. De estos grupos se han separado personas que aun cuando aceptan las escrituras sagradas de sus religiones, tienen planteamientos críticos ante actuaciones de sus dirigentes e incluso de algunos dogmas que los identifican. Podrían llamarse CREYENTES INDEPENDIENTES, porque llevan su espiritualidad en su conciencia.

RELIGIOSO: Es la persona que se adhiere o somete por completo a los dictámenes y rituales de la religión que profesa, lo cual proviene de afuera hacia su pensamiento. Es el que acepta de manera heterónoma la doctrina de una organización religiosa, y básicamente obra humana. La religión es una forma de vinculo social basada en formas y tradiciones, bajo la dirección de personas que toman decisiones en cónclave.

LIBREPENSADOR ESPIRITUAL: Es una nueva categoría que incorporo, que agrupa a miles de personas que se abren al conocimiento de diversas versiones espirituales que ofrecen las culturas humanas del mundo, y que aceptan e incorporan a sus creencias nuevos criterios, conceptos, rituales y figuras, compatibilizando sin conflicto todas estas nuevas ideas con algunos aspectos de su inicial religión. Pueden ser agnósticos activos, que se sitúan en diversos pensamientos, como parte de su sana curiosidad, digamos, científica.

SUPERSTICIOSO: Es el término con el cual se define a las personas que creen en el efecto de fenómenos puntuales, calificados como mágicos y que afectan negativamente sus vidas. Están fundadas en la tradición, en leyendas ancestrales, en transmisiones de generación en generación en las familias. No obstante, el término se ha utilizado también para descalificar las creencias de pueblos americanos y africanos, que las incluyen a las creencias impuestas por los colonizadores, formando el fenómeno del sincretismo cultural.

Lo tremendamente notable en estos términos, es que nunca se manifiestan puros. Expresamos comportamientos donde entremezclamos diversos acercamientos y no pasa nada, creo que el único puro es el religioso, ya que al ser una postura tan heterónoma, está teñida de un gran miedo.

Recuerdo como si fuera hoy, un día, en mi clase de 3er grado de primaria, cuando estaban pasando en plena clase, de pupitre en pupitre unos folletos de dos páginas, y cada alumno tomaba uno. Cuando llegó a mi pupitre, un niño de la fila de al lado, brincó y me alertó que no tocara eso, yo no lo toqué, me asusté mucho. El niño tomó el paquete y lo escondió bajo su pupitre. Se trataba de publicaciones de los Protestantes Evangélicos, el niño era de familia católica, alemana, recién llegados a Venezuela, que conocía más que yo lo que era otra religión. Una actitud tan desmedida como esa, es propia de un régimen religioso férreo, de un miedo descomunal.

El religioso, cumple normas, lo acepta todo, pero muchas veces, creo que la mayoría de las veces, desconoce los procesos históricos cuando se desarrollaron sus religiones, y los aspectos sociales que les influyeron. Por ello se les hace imposible abrir su mentalidad hacia el conocimiento de otras visiones, o simplemente, a la profundización en sus propios fundamentos.