jueves, 23 de agosto de 2012

MATEO 15, 1-20


Los textos recogidos en los libros sagrados, son interpretados por los devotos con un alto sentido de fe y aunque esconden verdades profundas, necesitan de un agudo sentido de interpretación. Sabemos que la primera versión de la Biblia, la católica, fue elaborada a partir de una esmerada selección de textos previos y que el Nuevo Testamento también se alcanzó a partir de evangelios varios, entre los cuales descartaron algunos. Es lógico suponer que escogieron los textos que dieran testimonio de los mismos sucesos y que desecharían los que podían contradecir los relatos.

Esta inexactitud coloca una sombra en la enseñanza de Los Evangelios, porque ya sabemos que cada persona da una versión distinta sobre los mismos hechos, y según como acomode al juicio personal, cada persona pone las manos al fuego por lo que interpreta; pero, supongamos que los hombres de aquellos tiempos, tuvieran una memoria visual y auditiva muy fotográfica y hubieran podido recoger casi textualmente las palabras de Jesús, que no se nos escape que Jesús hablaba en parábolas, afortunadamente, en algunos casos, cuando sus discípulos no entendían sus mensajes, ellos lo abordaban y repreguntaban. 

Es propicio señalar, que en una ocasión Serge Raynaud de la Ferrière, creador de la organización Gran Fraternidad Universal, comentó en su libro: LOS GRANDES MENSAJES, que unos sacerdotes orientales le preguntaron porqué existían tantas sectas cristianas, si se trataba de un mismo maestro. Sin lugar a dudas, la raíz de esa diversidad se debe a la multiplicidad de interpretaciones que se dio lugar ante su palabra, y a que en occidente hay un criterio de libertad que los orientales no entienden o no están familiarizados. No obstante, hay textos que no parecen ser tan crípticos, especialmente porque fueron repreguntados por los discípulos, y es el caso de los versículos 1 al 20, del capítulo 15 de Mateo.

MATEO 15

Unos fariseos y maestros de la Ley habían venido de Jerusalén. Se acercaron a Jesús y le dijeron: “¿Por qué tus discípulos no respetan la tradición de los antepasados? No se lavan las manos antes de comer.”
Jesús contestó: “Y ustedes, ¿por qué quebrantan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones?. Pues Dios ordenó: Cumple tus deberes con tu padre y con tu madre. Y también: El que maldiga a su padre o a su madre debe ser condenado a muerte.

En cambio, según ustedes, es correcto decir a su padre o a su madre: Lo que podías esperar de mí, ya lo tengo reservado para el Templo.
En este caso, según ustedes, una persona queda libre de sus deberes para con su padre y su madre. Y es así como ustedes anulan el mandamiento de Dios en nombre de sus tradiciones.
¡Qué bien salvan las apariencias! Con justa razón profetizó Isaías de ustedes, cuando dijo:
Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.
El culto que me rinden no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres.”

AQUELLO QUE VERDADERAMENTE CONTAMINA

Y llamando a  las gentes, les dijo:
“ Oíd, y entended:
No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto si contamina al hombre. 
Entonces llegándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los Fariseos oyendo esta palabra se ofendieron? 
Mas respondiendo él, y dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
Dejadlos: son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo. 
Y respondiendo Pedro, le dijo: Acláranos esta parábola. 
Y Jesús dijo: ¿Aún también vosotros sois sin entendimiento? 
¿No entendéis aún, que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la letrina? 
Mas lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 
Porque del corazón salen los malos pensamientos, muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, blasfemias. 
Estas cosas son las que contaminan al hombre, no comer con las manos sin lavar.”

Comer con las manos sin lavar para un judío es un acto inconcebible, y para un no judío bien informado de hoy, un riesgo de enfermar por la ingesta de microbios.

Sin embargo, Jesús fue un gran provocador, alguien que vino a tirar de la alfombra para derribar a quienes ostentaban un poder social en nombre de una divinidad que pusieron de hinojos ante la tradición; era simple, la tradición es más fácil de cumplir y fiscalizar, llena de formas externas, de rituales automáticos, la enseñanza profunda requiere silencio, compromiso, humildad y creatividad.

El lavado de las manos, por demás un buen hábito en todos los tiempos, no fue cuestionado por Jesús, sólo sirvió de acicate para hacerles ver a los fariseos el contraste entre una forma que al fin y al cabo va a parar a la letrina, y el olvido que hacían de los mandamientos de Dios. Al fin y al cabo, el cuerpo es una entidad mortal, que de cualquier manera se descompone cuando acaba su función, en cambio los mandatos divinos nutren el alma, la verdadera esencia de la existencia.

Es indudable que el cuidado corporal es útil, por el efecto que causa sobre la calidad de vida, pero no está por encima de la atención, el respeto, la comprensión, el perdón, la paz interna que deviene de un compromiso humano ante las verdades divinas. Me pregunto:

¿No será que es por la adquisición de estados de conciencia superiores a través de la humildad, la entrega, el amor, la responsabilidad y otros valores divinos, como se llega a hábitos sanos de alimentación, y no al revés?.

He conocido vegetarianos, por decir, de una alimentación liviana, que no expresan precisamente comportamientos amorosos. ¿Será esto a lo que se refería Jesús? Por la boca pueden entrar los más sublimes y purificados alimentos, pero si esto no se nivela con los mandamientos profundos y de conciencia, el cuerpo siempre se corromperá al morir, y durante la vida también los vegetarianos expulsan toxinas  “a la letrina”. 

Se observa en Jesús una clara intención de hacer ver a sus oyentes, las incongruencias que tenía el pueblo judío en sus diversas tribus o familias, en lo cual resalta un apego por las costumbres, tradiciones y por el ejercicio ritual sin compromiso.

Llama la atención su referencia a Isaías, cuando aquel dijo con actitud sombría: “…El culto que me rinden no sirve de nada, las doctrinas que enseñan no son más que mandatos de hombres”.

Mandatos de hombres, ¡mandatos de hombres!, mandatos llenos de conveniencia, de poder, de control social, de hipocresía y vacío esencial. Bien he podido encontrar en los profusos mensajes que nos llegan por Internet sobre estos tiempos “pre apocalípticos”, que desaparecerán los gurúes, los “maestros” e “iluminados”, que la claridad se instalará por la apertura de cada alma al saber y la verdad, entonces las formas se verán esfumadas para dar paso a lo esencial, plantas no sembradas por el Padre Celestial. La verdad es que yo no reconozco a otro Maestro que a JESÚS.

miércoles, 22 de agosto de 2012

NO TENEMOS LIBRE ALBEDRÍO, SÓLO ALBEDRÍO


Hasta que cumplí 17 años, recibí una educación familiar con una disciplina muy cerrada, un sistema de premios y castigos bastante explícito, con lo cual aprendí por obligación las enseñanzas paternas, supe que, o me ajustaba a las reglas inmutables que me tocó vivir o me las vería muy mal, no tenía escapatoria; la rebeldía la tuve dentro, pero no abusé de ella, porque sabía a ciencia cierta, que de hacerlo, me causaría serios problemas, era como una llamita que contra viento y marea no se apagaba. Sabía que crecería y que allí estaba mi liberación. 

Gracias a Dios que esa rebeldía la apliqué positivamente, en la construcción de una vida flexible, abierta, lo cual me lo permitió el encuentro con el gran amor de mi vida, el padre de mis hijos. Muchos se equivocan y la rebeldía la dirigen hacia sí mismos, al adentrarse en vicios y autodestrucción.

Fui formando mis criterios sobre la vida, como hacemos todos, internalicé muchas ideas de mi padre, pero siempre con una luz puesta en la idea, tratando de descubrir algo que me diera quietud y entendimiento de los secretos de la vida, por eso me atrajeron las ciencias sociales y humanísticas.

Después de muchos años nos llegó una avalancha de información sobre la condición humana, y la insistencia en nuestro LIBRE ALBEDRÍO; la verdad es que no entendía tal desatino, ¿Cómo es que tengo libertad para decidir cuando no tengo opciones?, ¿quién se atreve a decirme que un suicida ha escogido libremente su acto autodestructivo?, ¿cuáles son las verdaderas fuerzas que nos mueven?.

Hemos vivido en la oscuridad, sin poder interpretar nuestra existencia, y nuestro vocabulario apenas puede atisbar algunas verdades que los libros sagrados se empeñan en ocultar. Sin embrago, de lo que sí somos dueños es de crear un mundo interno, y esto se pierde de vista, sólo que también requiere criterio para no caer en desfiladeros como la drogadicción, la mitomanía, y un sin fin de estados psicóticos muy frecuentes en la sociedad. Sin temor a errar, somos una humanidad enferma, sobreviviente.

Hoy, a escasos meses de una fecha emblemática, 21-12-2012, las sociedades secretas, las ciencias ocultas, ya casi no ocultas, invaden la noticia, al menos la que yo leo, con predicciones de libertad; grata noticia para quienes hemos cuestionado tanta oscuridad.

La insistencia de todas las tendencias espiritualistas sobre el tema, me sorprende, he aquí un texto con un enfoque esclarecedor:

El Libre Albedrío no es tan sencillo
El libre albedrío parece ser un aspecto sencillo. Para el Ser Humano, libre albedrío significa que tiene libre elección para elegir cualquier cosa que quiera. Pero esto no es así en absoluto. Ustedes sólo pueden elegir cosas que pueden concebir o que piensan que pueden cambiar. No pueden elegir cosas que no les parezcan elegibles. Por ejemplo, las ratas en un laberinto tienen libre elección, pueden ir adonde quieran, pero una de las opciones que nunca se le ocurre a una rata es quitar la matrix. No está en su conciencia ni en su realidad porque tienen paredes sólidas ante ellas que representan el laberinto. Así que simplemente tratan de elegir una dirección dentro de las paredes y el dilema frente a ellas.
Los Humanos viven en la percepción de una dimensionalidad, semejante al ejemplo de vivir en blanco y negro en lugar de vivir en colores. Se podría decir que los Humanos siempre han tenido libre albedrío en blanco y negro, sin embargo no son conscientes del color. Así que si no tienen color, no van a elegir rojo ni azul ni verde. ¿Comprenden? Ahora bien, imaginen por un momento que esos colores se refieren a una realidad multidimensional. Por consiguiente, el Ser Humano (a pesar de tener libre albedrío) ni siquiera puede concebir las cosas que no puede concebir. Así que no elige un color, porque no sabe que existe. Queridos, eso es lo que está cambiando. ¡Van a empezar a ver conceptos que nunca fueron conceptos! ¡Prepárense para el color!
Kryon
La libertad es una idea, que de alguna forma hemos podido plasmar en la realidad, a través de luchas y logros, pero en materia de albedrío, sólo somos “libres”, es decir, dentro de unos límites, y a veces esos límites sólo tienen una opción, es cuando gente honesta se ve obligada a decidir en contra de su corazón, como es el caso de madres que se separan de sus hijos, por el bien de ellos.
En nuestra cultura occidental, la libertad de elegir se ha interpretado como la capacidad de discernimiento entre lo bueno y lo malo, una libertad condicionada también, debido al hecho de que estos dos polos no siempre están claros, se manifiestan de manera relativa; entonces, lo que el ser humano hace es decidir, sin saber o sabiendo que inevitablemente tendrá que asumir las consecuencias.
Este conflicto se ha agregado a la compleja naturaleza del ser humano, que contiene un componente espiritual a través del cual, hemos podido liberar imaginerías cosmogónicas e identificar un centro inmutable dentro de nosotros; de allí la capacidad de resistencia ante las adversidades.
Es notable el fenómeno psicológico que hemos desarrollado al elaborar la idea de lo que denomino LIBERTAD DEL ALMA, con lo cual independizamos esta entidad energética de la realidad material del mundo; desde allí podemos observar que en las circunstancias más extremas como es el caso de los condenados a prisión, se ha podido desarrollar un sentido de libertad de alma al cual nadie puede tener acceso. 
Esta idea suele ayudarnos en la vida cotidiana; sentirnos por encima de las circunstancias que nos impone el mundo, a través de una poderosa conexión interna; es más de lo que la misma sociedad nos puede proveer, no sólo por la conciencia de poder que significa, sino porque nos permite acceder a nuevos conocimientos, propuestas que están surgiendo, y ante los cuales prácticamente seríamos como ciegos. No cabe duda que esta Libertad de Alma está asociada al nivel de conciencia de cada ser. 

Ahora, con los adelantos espirituales que al parecer están marcando cambios acelerados, nos vemos notificados de la cercanía inminente de un cambio que nos conducirá a la amplitud de percepción y al ejercicio de un verdadero LIBRE ALBEDRÍO.