jueves, 12 de abril de 2012

EL HIJO NO DESEADO


Llegando a la mayoría de edad tuve conocimiento de una afección muy dañina que se adquiría en el vientre materno, que radicaba en el hecho de haber sido concebido sin ser planeado, no haber sido deseado por los progenitores y en consecuencia, haber sido notablemente rechazado. Es una situación que ocurre, aún cuando tenemos acceso a los métodos anticonceptivos; bien por mal uso o porque no garantizan riesgo cero de embarazo, y en ello tal vez radica, la incisiva dolencia de tantos seres en el mundo que pudieron no haber sido concebidos.

Esta afección se hace más severa, si ese no deseo se incrementa con un sentimiento de rechazo activo por parte de los progenitores. No obstante, podemos apreciar una escala de gravedad según sean las privaciones y agresiones sufridas por el hijo, que van desde un simple advenimiento sin planeación, pero que fue aceptado y amado posteriormente, hasta el extremo de nacer con notable síndrome de rechazo materno, en cuyo caso se manifiesta como una hipotermia, con la piel azulosa, gris y blancuzca, con expresión contraída y claro estado de invalidez. Enfermeras de asistencia post natal, constatan que casi ningún bebé en ese estado sobrevive, y los que lo han logrado ha sido por la aplicación de tratos no convencionales, fuera de la rutina operativa, como fricción corporal, el abrazo, y la palabra cariñosa.     

Tal condición genera en el transcurso de la vida, baja autoestima, descalificación, sentimientos de invalidez y auto-rechazo, que puede llegar hasta complicarse con otros síndromes aún más complejos, como los asociados al suicidio.

Me pregunto si esta notable afección, no es el resultado directo de la aparición de los métodos anticonceptivos en la década de los 60, con los cuales ocurre una especie de libre albedrío en materia de reproducción, tanto para el hombre como para la mujer. El uso inseguro de dichos métodos, ocasionan discusiones, culpas, acusaciones que casi siempre recaen sobre la madre, la que lo tiene en el vientre. Sabemos que lo que se dice y se siente alrededor de una mujer embarazada, lo capta el bebé sin censura.  

En las sociedades agrarias de principio de siglo, muy atadas a la necesidad de familias numerosas, hemos de suponer que no sería muy recurrente esta afección, de alguna manera todos los hijos eran bienvenidos, porque aparte de ser considerado como un mandato divino, constituían mano de obra para el sustento familiar. Sin embargo, no faltaban los problemas de relaciones entre padres e hijos, regidas por maltratos domésticos o porque no calzaban las expectativas de ambas partes, incluso la mujer pudo sentir en el transcurso de su vida la injusta estrechez de su libertad, debido al ejercicio casi permanente de la maternidad.

La familia venezolana se ha transformado, el incesante movimiento rural-urbano, detectado por los sociólogos desde principios de siglo pasado, volcó hacia otro tipo de institución familiar, y generó una suerte de actividad sexual independiente del compromiso parental.

Llama la atención, imaginar cuál sería la densidad poblacional de no haber aparecido los métodos anticonceptivos, los cuales pudieron haber frenado la tasa de natalidad, pero que no dieron una segura respuesta ante los deseos de las parejas, y de los individuos.

Ser un hijo no deseado no sería una tragedia, comparado con otros síndromes que ocurren con los hijos deseados, dependiendo de las condiciones posteriores al nacimiento, de la dinámica durante la infancia y posteriormente si se asume una salida terapéutica adecuada; al fin y al cabo, el nacimiento es uno de los grandes misterios de la vida, sin embargo, ante la apertura al conocimiento, sabemos que es causa notable de disfunciones en las relaciones y de trastornos emocionales, los cuales se agravan con otros aspectos negativos de la vida.

Sin estadísticas al respecto, podríamos aproximarnos al hecho de que los hijos deseados han tenido una condición tan especial, que podrían estar en menor proporción con respecto a los no deseados, tal vez allí radique una clave para comprender la insania que observamos en casi todas las relaciones humanas. 

TODO EL MUNDO NECESITA AMOR



El afecto es una de las más fuertes necesidades del ser humano. Cuando un bebé es rechazado por la madre en el vientre materno, tiene serios problemas para adquirir las energías y los nutrientes que requiere para alcanzar su desarrollo pleno; en casos extremos de rechazo, se ha observado que el bebé presenta serios problemas debido a su profundo quebranto emocional, y al nacer manifiesta un síndrome similar a la hipotermia, con notables efectos sobre el color de la piel, la cual se torna en tonos azul-grisáceos a blancuzcos, con una expresión estresada en el rostro, que muchas veces conducen a la muerte de neonato. En las clínicas tratan de protegerlos en incuvadoras y es inútil, lo que necesitan es calor humano, y estímunos emocionales para rescatarlos del marasmo afectivo en el cual se encuentran; sólo así sobreviven algunos.

No cabe duda de que si ese embarazo se produjo sin ser planeado por la madre, o fue resultado de una violación, el nacimiento de ese bebé no cambiará las cosas, salvo escasas excepciones, nacerá  en un ambiente familiar y afectivo hostil. Se necesita mucha actividad o trabajo emocional para reconducir la estructura emocional, del niño que haya sufrido ese frío o vacío afectivo durante su gestación, y las madres que lo detectan a veces actúan con mucha culpa, lo cual es contraproducente. 

La reflexión es una sola, somos seres emocionales y mentales por excelencia, nuestra condición corporal, requiere un equilibrio entre los nutrientes físicos y afectivos, lo cual puede resumirse en Amor. 

En general somos una sociedad que sabe que la niñez es una etapa de grandes exigencias afectivas, pero en lo familiar y personal esos conocimientos son pasados por alto en todos los sectores de la sociedad, donde lo importante ha sido sustituido por lo superficial o lo conveniente. De allí que no tengamos entrenamiento, o riqueza interna como para asumir una maternidad y una paternidad responsable, la vida se asume casi por inercia, o por tradición, pocas veces por conciencia.

Así hemos crecido y hoy como adultos seguimos necesitando afecto como nutriente básico de una humanidad ya madura, y aunque con vivencias superadas, ansiando nuevas expresiones de afecto profundo, que no sabemos cómo encontrar.


En esta sabia letra de Sergio Pérez, con una melodía esplendorosa y unos acordes de su amado violin, nos sumerge en la perpleja realidad de un corazón humano que unifica a todos en una necesidad inevitable: el Amor.
  
"Llevo como una cruz marcada en el corazón, 
huellas que se pierden en la nada sin explicación, 
cuando te veo así callada y no sé qué hacer
podría desangrarme en tu mirada o echar a correr
pero el crudo instinto me hace regresar
buscado el sentido que se pudo escapar 
y es que el fin oculto de una intimidad
descubre de nuevo la eterna realidad 
TODO EL MUNDO NECESITA AMOR
TODOS TENEMOS CORAZÓN

y ahora, al volverte a ver me encuentro conque al despertar
cada ceniza recoge su cuento, para echar a andar 
y es que el fin oculto se recordará
por años de daños que no pudo evitar 
y es que el crudo instinto de la realidad 
nos pone a todos en el mismo lugar 
TODO EL MUNDO NECESITA AMOR
TODOS TENEMOS CORAZÓN
Y TENGO CORAZÓN, TENGO CORAZÓN

De acuerdo con esta buena reflexión de Sergio Pérez y sabiendo que todo el mundo necesita amor, la pregunta es ¿dónde se encuentra el amor y cómo se busca?, las voces de la nueva sabiduría contemporánea apunta hacia el mismo centro del corazón humano, el volcarse hacia adentro. 

Quienes lo han experimentado lo testimonian, que el amor no se encuentra en los demás sino dentro de nosotros, creo que hay quienes lo encuentran en forma natural, y son las privilegiadas personas que fueron nutridas en su infancia, con fuertes referencias de seguridad emocional familiar. Otros, los menos afortunados, lo tendrían que lograr a través de intensos trabajos con su interioridad, con lo cual iluminar de manera certera su conciencia, en cuyo caso, dejan de ser necesitados, y se convierten en seres completos, integrados.    

Osho, nos alerta sobre la equivocación que nos ata mental y emocionalmente a un concepto de amor que nos hace sufrir, por decir lo menos. Que cuando comprendemos lo que es el amor, dejamos de esperarlo de los demás y nos convertimos en amor, ser el amor en sí mismo, con lo cual se desvanece la necesidad de amar y ser amados.

El ser se convierte entonces en una entidad amadora, como el sol que nace e ilumina a todos, sin esperar que le retribuyan nada a cambio.

Alcanzado ese estado de perfección, Osho expresa:
Si el amor no viene de vuelta a ti, no te sentirás herido, porque sólo una persona que se ha convertido en amor puede amar. Sólo puedes dar lo que tienes. Pedir a la gente que te ame, a la gente que no tiene amor en su vida, a la gente que no ha llegado al origen de su ser donde el amor tiene su altar, ¿cómo pueden amarte? Pueden aparentar. Pueden decirlo, pueden incluso creerlo, pero antes o después estas cosas se sabrán que son sólo una apariencia, que sólo es una actuación, que es hipocresía.
Puede que no haya intención de engañarte, pero ¿qué puede hacer la persona? Tú pides amor y la otra persona también quiere amar. Ambos comprenden que se espera que tú ames, que sólo entonces puedes recibir amor; por eso intentas de todas las formas posibles tomar la postura del amor. Pero la postura está vacía. Ambos lo van a comprobar y ambos se van a quejar al otro de que eso no está bien. Desde el principio han sido dos mendigos pidiendo uno al otro, y lo único que ambos tienen son cuencos de mendigar vacíos. Ambos aparentan que pueden dar, pero su deseo básico es recibir. No pueden dar lo que no tienen.
Y los que lo tienen, los que han encontrado la fuente del amor dentro de sí mismos ya no necesitan ser amados. Sin embargo, serán amados. Amarán por la simple razón de que tienen demasiado; de la misma forma que una nube de lluvia quiere llover, de la misma forma que una flor quiere liberar su fragancia, sin deseo de conseguir nada. La recompensa del amor está en amar, no en recibir amor.
Y estos son los misterios de la vida: si una persona se siente compensada sólo con amar a los demás, los demás le amarán. Porque estando en contacto con ella, poco a poco empezarán a encontrar la fuente del amor dentro de sí mismos. Ahora conocen al menos a una persona que derrama amor y ese amor no surge de la necesidad. Y cuanto más comparte y derrama su amor, más crece la otra persona.”
Puedo comprender ese proceso que llega a ser místico, que parte de un profundo encontrase a sí mismo, y que se expresa en muchas condiciones de la personalidad. Esto me lleva a recordar a Melanie, un personaje de la novela: “Lo que el viento se llevó”, de Margaret Mitchell, prima de Escarlett O´hara, la protagonista de la historia, quien contenía esa pura esencia de un alma que está más allá del bien y del mal.
En medio de la Guerra de Secesión, Melanie se conduce con gran dignidad y con un sosiego que no le permite caer en las apasionadas actitudes propias de una sociedad de arraigo clasista; se muestra sensible, desprendida de prejuicios y miedos, asertiva, solidaria con los demás, especialmente con Scarlett, una villana refinada y descarada que pretende el amor de su esposo, Ashley. Melanie no le teme a nada, sabe, tiene certeza de la vida, aún cuando es una persona con una condición física débil, que al final la conduce a la muerte, a raíz de un embarazo no recomendado por el médico.
Asumir ese sentido de fe y de confianza, supone estar atado a una condición espiritual muy especial, una conexión con la energía más poderosa que proviene de lo infinito, sin embargo, se proponen trabajos psicológicos que logran reforzar esa certeza y contacto íntimo, para superar dependencias afectivas que en sus extremos, rayan en adicciones emocionales.
Enfoques psicológicos terapéuticos, parten de la explicación de que vemos en los demás la imagen interna que tenemos como figura deseada, y al enamorarnos lo hacemos, no de la objetiva persona que escogemos, sino que al otro le atribuimos características, que más tienen que ver con nosotros que con el otro. Una especie de autoengaño, que en este caso, se reconoce como enamoramiento, fase en la cual se disparan sustancias cerebrales, que no nos permiten tomar conciencia de la realidad que está afuera. A este proceso se denomina Proyección; es un proceso natural, involuntario, y para detectarlo requiere estar conscientes de él, mantenerse aquí y ahora, despojados de la reacción automática. 
Los románticos estarían en descuerdo de sustraerse de él, porque proporciona estados de felicidad invaluables, el asunto es que tiene una fuerte contraparte en el desengaño y el dolor que significa un falso amor. 
"Nos resulta más fácil enamorarnos que amar. Enamorarnos no requiere aceptar al otro como es, ni a las cosas como son, lo teñimos de nuestra necesidad... Amar si... Amar es pura consciencia para despertar y aceptar-nos como somos, y por lo tanto aceptar la realidad despojándonos de las ilusiones en todos los planos. Es dejar de necesitar al otro o a las cosas y sostenernos en la confianza en nosotros y la existencia, que requiere necesariamente un camino de autoconocimiento e integración con uno mismo". - Tab Dar
   

lunes, 9 de abril de 2012

RECRUDECIMIENTO DE LA VIOLENCIA HOMOFOBICA


 
Una nefasta noticia procedente de Chile, nos trae el relato de un triste y enervante hecho, Daniel Zamudio, homosexual, muere después de 25 días de agonía por agresiones físicas producidas por tres hombres, que se reconocen como neonazis.


Miles de acontecimientos como éste, deben haber en la historia humana que no son reportados.

Aparte de la discriminación, lo cual percibo como sólo una excusa para desparramar los instintos criminales de estas bestias, veo un absoluto irrespeto a la vida y a la humanidad que está en todos, una ruptura entre lo que soy y lo que eres, es decir, una ausencia de alteridad que clama ante los ojos de Dios.

Algo muy malo hay en esas almas, las cuales debieron aprender a reconocerse a sí mismos, a través de la bipedidad, (esta palabra la acabo de inventar: dícese de la postura bípeda de los humanos), que vieron en los demás. Asesinos empapados de la testosterona más nefasta que su masculinidad puede aguantar. Un aviso a la sociedad: ¡aquí estamos y vamos por ustedes!

Somos el caldo de cultivo de todas estas expresiones de agresividad, los valores morales que condenan condiciones humanas que no comprenden y la falta de familia, que pueda sembrar el amor en sus integrantes.

En nuestro hemisferio occidental somos herederos de mensajes religiosos contradictorios, Jesús dijo: “No vengo a abrogar la Ley, vengo a cumplirla”. Sólo pensar en todo el contenido moral que esa Ley judía traía consigo, puedo imaginar la confusión que produjo el planteamiento de una actitud humilde y mansa. La Ley definía la relación sexual entre personas del mismo sexo como como sodomía, una abominación, una inmundicia, por la cual fueron destruidas dos ciudades, Sodoma y Gomorra.

Me hubiera gustado que Jesús hubiera hecho referencia a este tema, ¿lo dejó afuera, o si lo dijo, no lo quisieron reportar? sólo se sabe que concibió como pecado a la prostitución, el adulterio, el robo, la indolencia, la hipocresía, y el irrespeto al Templo. Su gran mensaje fue el perdón, y el amor, “ama a tu enemigo”. 

Realmente, aún hoy es incomprensible tal entrega, tal desapego a las emociones defensivas.

La historia nos relata grandes gestas de saneamiento moral por parte de la iglesia católica, más inspirada en el poder estratégico y político sobre una feligresía por hacer cautiva, que en su verdadera conexión espiritual; esto lo lograron a través de Las Cruzadas, la Santa Inquisición y la perpetración del miedo al infierno.

Hoy, entre fanáticos, asesinos, sectarios, esquizofrénicos y la impunidad que los asiste, estamos ante estos horrores, explicados por la palabra discriminación, cuando la verdadera razón de estos comportamientos es un horrendo  vacío existencial que proyectamos en los demás. Una irreconciliable auto descalificación, que deja penetrar un demonio que hace de las suyas hasta que llegue la muerte propia. No en balde Jesús advirtió: “los envío como corderos entre lobos”, el alma humana revelada en sus dos polaridades.

Estos asesinos no entienden argumentos racionales, y menos explicaciones librepensadoras sobre la homosexualidad, no se trata de una agresión simple sino de una agresión compleja, me pregunto: ¿Qué les produce tanta agresividad, el comportamiento que ven afuera o un contacto que hacen con su sombra, la cual ya tienen a flor de piel?

Los discursos en contra de la homofobia, pueden ocasionar dos reacciones: que convenzan o que polaricen, porque no tenemos más que el argumento de la buena voluntad de aceptar a los homosexuales, asumiendo la diversidad sexual, cosa que no es comprensible para mucha gente. Por eso creo que el asunto no está en aceptar esto como una condición particular o natural, y menos ser tolerante ante ello, sino simplemente respetar la vida de todos como seres humanos, y que en el caso de los homosexuales los asiste el derecho como a todos, de ejercer su privacidad como les plazca.  

Creo que independientemente de mi opinión sobre el tema, mi obligación moral es respetar un comportamiento, del cual no tengo la menor idea de qué se trata. No sabemos nada sobre la homosexualidad, la gente cree que sabe, pero es un error, no sabemos nada, de allí la iluminada recomendación: no juzgues, lo cual no significa abstenerse de tener un punto de vista.

También es menester precisar, que toda opinión que no sea en pro de la homosexualidad, no es necesariamente homofóbica, considero en este caso a quienes cargados de la mayor dulzura y apegados a la letra bíblica, consideran que es una condición contra la cual el homosexual debe luchar internamente, porque consideran que es sodomía, pecado, pero que a su vez, son incapaces de señalar, acusar y tirar piedras, incluso sé de actividades de religiosas que ayudan y asesoran al respecto. Es su manera de dar al otro.

Otra postura ante el hecho es que aún cuando no sean afectos, amigos, solidarios, con esa condición, son capaces de ver por encima de todo, simplemente consideran que los homosexuales son seres humanos libres y merecen respeto.

Es propio reconocer que hay fanatismo de ambos lados, en pro y en contra, y la homosexualidad tal y como la veo, no es opcional, ¿qué sentido tiene atacarla o apoyarla?. Sería ideal que este asunto se descargara de tanta pasión, para tener un nivel de aceptación amplio, porque si fuese cierto que es pecado, cada quien que responda de sus actos en las instancias espirituales correspondientes; esto sería salirse de la dualidad bien y mal.

La sociedad está llena de problemas, por no decir caos, la soledad está ganando filas alarmantes, aún en medio de millones de personas; conectados a Internet, la gente se ha escudado del contacto cara a cara, y se pierde de ver el brillo de los ojos del otro, donde se encuentran grandes verdades, propias y ajenas.

Hoy estamos más expuestos a estas acciones de esos hijos sin padre, sin madre, sin afectos, inconscientes, monstruos que cobran víctimas sin que medie un arrepentimiento.

Finalmente, deploro la palabra TOLERANCIA, por favor no sigan con eso, no tenemos que tolerar nada, ¿quiénes somos para asumir una postura tan soberbia?. La clave es el RESPETO. La RAE contempla tres de las cuatro acepciones del término, con significado de soportar:

1.  tr. Sufrir, llevar con paciencia.
2. tr. Permitir algo que no se tiene por lícito, sin aprobarlo expresamente.
3. tr. Resistir, soportar, especialmente un alimento, o una medicina.

La cuarta acepción se refiere a:
4. tr. Respetar las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias.

Tal vez este último fue agregado por el uso que se está dando en la actualidad, sin embargo, no me parece muy afortunado. 

La sociedad carga con criminales que sólo tienen una excusa para matar, y la homosexualidad es una excusa fácil porque lo que la gente pide es TOLERARLOS: es decir: "POR FAVOR, PERMITEME SER HOMOSEXUAL". Esta no es la idea, porque nadie tiene derecho a darle permiso a los homosexuales para ser como son, nadie está por encima en este asunto. La privacidad es un valor y eso se llama RESPETAR, ¡no es asunto tuyo, pues!.