sábado, 25 de septiembre de 2010

EL REY DE ESTE MUNDO


Si seguimos la máxima de que todo lo que existe es creado por Dios, por simple lógica aristotélica tenemos que concluir, que la maldad fue creada por él.

La Biblia no abunda en detalles en el episodio de la creación, sólo refiere un relato que transcurre durante siete días seguidos, lo cual podría comprenderse como siete  millones de años, o siete meses, o siete cualquier medida, porque no sabemos realmente si se refiere a nuestro calendario, o al tiempo del tiempo sin tiempo, lo cual no es importante en sí mismo, sino revelador de que leer la Biblia e interpretarla textualmente, puede conducir a falsas conclusiones.

Dios creó al este, un Paraíso en la tierra, donde habitaba Adán y luego Eva, pero también habían otros seres que tenían la capacidad del lenguaje, a través del cual Eva fue seducida, engañada y convencida, de comer del fruto del árbol prohibido.

Fue seducida, porque la serpiente le argumentó sólo los beneficios del asunto, fue engañada porque le ocultó la información más importante, lo cual condujo a su convencimiento. En este punto nos encontramos con el problema de la intención, la acción deliberada de omitir lo importante.

Eva no tenía referencias de la maldad,  ni del peligro del engaño, y no podía disentir ante la propuesta de la serpiente, porque no tenía conocimiento de las consecuencias de lo que un acto de tal naturaleza implicaría; sólo tenía la advertencia de que moriría, pero, al fin y al cabo, ella no conocía la muerte; en este caso sólo desestimó lo advertido por su creador. Con todo y su inocencia,  fue expulsada por haber transgredido una norma.

Creo que este fenómeno es un mal de la juventud de  hoy, seguimos desobedeciendo, y nos dejamos seducir para luego ser atrapados en unas consecuencias que no vimos con anticipación, y que no siempre asumimos con responsabilidad, aún cuando estemos anticipadamente expuestos a la información. Hemos de suponer entonces que para que la información tenga efecto es necesario tener la experiencia, es decir, la reflexión, la enseñanza.

A Eva le ocurrió esto sin información y sin experiencia, por lo cual podríamos interpretar esta historia como un arquetipo, es decir, un mito que habla de los comportamientos humanos, en el cual Adán y Eva somos nosotros, lanzados a este mundo, para tener la vivencia del engaño y, en caso de adquirir la experiencia, obtener la redención, sin la cual no entraríamos al Reino de los Cielos. Menudo asunto.

Percibo al Edén como un mundo  donde prevalece la Ley, donde hay permiso y prohibición, y esto no lo interpreto como que el Creador deseaba hacer de sus criaturas humanas, unos auténticos obedientes; creo que su intención fue crear en ellos un sentido crítico, una ética, una realidad compleja donde siempre tuvieran que escoger, surgió entonces la palabra opción; por eso nos presentó la tentación, por eso surgió un ser que escogió a Eva, recurriendo a su energía femenina, más emocional, más osada, más arriesgada, más creativa e ilógica, para cometer el acto de desobediencia. Ya me imagino al Creador, aburrido de tanta obediencia automática, no consciente.

Desde niña este relato me confundió, ¿cómo es que el Creador dejó que esto sucediera?, ¿cómo es que dejó que Caín asesinara a Abel?, aún hoy, muchas personas sustentan su ateísmo en este argumento: a Dios, -si es que existe-, no le interesa la vida terrenal, porque permite la maldad y la injusticia, a esto los creyentes responden: que no es culpa de Dios, que somos nosotros los malos. A esto, replican los ateos: si Dios nos creó, él creó el mal que está en nosotros. No veo cómo este dilema pueda resolverse por esta vía.

Al ver la vida humana, siempre acosada por males, y ante la cual asumimos diversas actitudes y acciones, lo cual hace de unos, los depredadores y a otros las presas, aparte de otras amenazas, como el sufrimiento por enfermedades, la muerte de seres queridos, la separaciones, los efectos brutales de  los fenómenos naturales... La vida en este mundo, realmente es un proyecto lleno de retos.

Es precisamente este reto el que le da la esencia a la vida, pero volvamos al momento en el cual, la osada Eva resolvió desobedecer y convenció a Adán hacer lo propio.

Una vez consumada la acción, nuestro padres primigenios, abrieron los ojos y se dieron cuenta que estaban desnudos, eso me suena a que adquirieron cuerpo, que antes no se daban cuenta de su desnudez porque eran seres espirituales, la desobediencia los convirtió en seres de carne y hueso, en humanos.

No me puedo imaginar que Dios estuviera entretenido en otra cosa, cuando estaba ocurriendo algo tan trascendental con sus criaturas, sin embargo, la historia cuenta que de pronto apareció el Señor, y ellos se escondieron porque sentían algo nuevo, extraño: vergüenza. Dios sacó en conclusión que comieron del árbol de la sabiduría, el que da la ciencia del conocimiento del bien y el mal. ¡Aleluya! pensaría Dios.

En ese punto surgió entonces, lo que Dios estaba planeando,  darle a sus hijos el Libre Albedrío, y para ello necesitaba favorecer en sus criaturas el sentido de la ética, la capacidad de escoger entre dos opuestos, ¿y esto porqué? porque la obediencia es infantil, sólo válida en esa etapa, la decisión a conciencia es necesaria en el adulto, y sus criaturas ya estaban llegando a la adultez, ya era el momento.

Veo la desobediencia como el acto de rebeldía del adolescente, que se explaya hacia la adultez, cuestionando a sus padres y saliendo del nido materno-paterno para emprender su propia vida, su propio destino.

Por ello, la desobediencia fue para Eva y Adán, un ritual de iniciación, que los convirtió en humanos independientes, con las consecuencias que ello implica, y si no, veamos nuestras propias historias de emancipación del hogar paterno-materno.

Dios los creó con Leyes, con estructura, con permisos y prohibiciones, con si y con no, era un mundo de opuestos, como el mundo terrenal, igual hacen los padres responsables cuando crían a sus hijos, y luego los despiden un día, cuando se emancipan.

Para que esta obra tuviera éxito, era necesario el impulso de la contrariedad, del cuestionamiento, de la rebeldía, elemento que adquieren los jóvenes de esta época con sus pares; de la misma forma ocurrió en aquel paraíso terrenal, los pares de Adán y Eva eran las criaturas del jardín, con quien conversaban y se distraían. Para que Eva le creyera a la tal serpiente, tenía que confiar en ella, y si confiaba era porque le era familiar.

Cuando esto ocurre, Dios los echa del hogar, los destierra, y coloca un ángel custodio de las puertas del paraíso, para impedir que se puedan colar, los envía al mundo con una muda de ropa y les sentencia a sufrir, es decir, a enfrentar una realidad distinta al paraíso; era un escenario duro, al cual tenían que conquistar con su esfuerzo. 

Lo notable de esta reacción divina, es que despidió a los tres, a Eva, a Adán y a la serpiente, los tres componentes fundamentales del mundo terrenal; supongo que lo hizo así, porque cada uno tenía una misión, la serpiente sembraría el mal y la tentación, y se erige como el rey de este mundo, se instala en lo más profundo de los seres y la naturaleza, y a los humanos nos toca trabajar para vencer ese mal metido en nuestra propia constitución psíquica.

Aquí hemos llegado a un punto crucial, y veo dos hipótesis:

1- Al parecer la serpiente, que era tan amiga de Eva, de pronto le dice algo nuevo, la incita a desobedecer, ¿por qué a esa serpiente no se le había ocurrido sugerirle a Eva que desobedeciera antes?, estimo que necesitaba un período de acercamiento, para conseguir la confianza de Eva, y en el momento justo soltar su sugerencia, logrando su objetivo, o tal vez, esperaba paciente el momento de su adolescencia cercana a la adultez, para darle el empujón definitivo. No puedo creer que Dios estaba ajeno a este “plan malévolo”, ya que es omnipresente (que está en todas partes) y omnisciente (que lo sabe todo).

2- Pudo ocurrir que la serpiente fue poseída por un espíritu maligno, que la usó, para tentar a Eva, y logró su cometido, suponiendo que ese espíritu tenía un gran celo y envidia hacia las criaturas consentidas de Dios. Aquí me surge una gran duda, ¿de dónde  le salió este celo o envidia, a un ser espiritual si aún no había sido expandida la maldad, la cual estaba escondida en el árbol?, ¿o es que los ángeles sí conocían el mal, y ya tenían libre albedrío?. Esto lo afirma la historia de un bello ángel, llamado Luzbel.

En cualquiera de estas dos posibilidades, aunque supongo que deben haber muchas más, Dios no estaba ausente.

El mundo terrenal se convirtió entonces, -porque ya estaba creado y esperando a sus principales personajes-, en una localidad donde gobernaría el espíritu de la serpiente, el mal; un lugar donde había que trabajar para dominar las fuerzas que impedían disfrutar de un mínimo de paz y confort. Y esa fuerza maligna la imprime precisamente, aquel espíritu tentador que se hizo dueño y señor de este mundo, de allí que Jesús, en su declaración de la verdad dijera: mi reino no es de este mundo.

Jesús vino como encarnación del Padre, a darnos verdades de la otra realidad, la del paraíso, la del hogar perdido, vino a darnos pistas para regresar a él, pero, ya no como niños inocentes y obedientes, autómatas que no valen nada, sino como niños conscientes, como niños puros, libres de maldad, porque cuando conocemos la maldad y optamos por superarla, a través de un esfuerzo sostenido para iluminar la oscuridad de nuestras almas, nos convertimos en seres superiores, dignos de regresar a casa.

Con desaliento, a veces observo lo duro que nos resulta enfrentar situaciones que no parecen tener salida, y me hago todas estas preguntas, principalmente, ¿de dónde salió la maldad, quién la creó y porqué?, esto es lo único que puedo responderme, tal vez porque mi referencia principal es la judeo-cristiana.

De esta manera puedo ver que si el mal está en nosotros, no es sólo por creatividad nuestra, lo que sí depende de nosotros es la capacidad de elegir, de limpiar nuestras conciencias de un mal anidado en nosotros.  Es el trabajo al cual vinimos a este mundo, es la tarea encomendada cuando salimos del hogar, de nuestra casa espiritual, a la cual retornaremos cuando seamos investidos de una luminosidad adecuada, de una niñez consciente.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

LA VIDA ENTRE VIDAS, obra de MICHAEL NEWTON

Con inmenso gusto quiero presentar La vida entre vidas, un libro de un investigador que ha dedicado su pericia, no sólo a ayudar a sus pacientes, sino a publicar sus experiencias y ponerlas al alcance de todos. 

Apropiadamente, quienes asisten a su consulta, son quienes le han proporcionado la información que presenta en su publicación; lo cual constituye una fuente segura de primera mano. Llama la atención que Newton  denomina clientes a estas personas, tal vez por aquello de que la enfermedad es la que convierte a una persona en paciente. No obstante, soy de la idea de que todos somos enfermos de cierta forma, porque padecemos de una lesión de alma, y a eso venimos al mundo, a superarla.

 Llegué a esta conclusión, después de muchas lecturas esotéricas y filosóficas que durante años tuve la curiosidad de consultar.  La obra de Newton viene a llenar un vacío de información, ya que complementa la obra de Weis y muchos otros, al dedicar su estudio  al período que duran las almas desde el momento de la muerte hasta el momento en que vuelven a reencarnar.

Gracias a Elizabeth Kubler Ross, Brian Weis y muchos otros profesionales de la psicología, psiquiatría y la medicina, hemos podido tener información confiable sobre los eventos relacionados con la muerte y la certeza de que somos anergía espiritual expresada en almas, que recorremos vivencias terrenales y que con la muerte regresamos a un espacio de trabajo espiritual, a reflexionar y programar la siguiente vida material. 

Lo que era una información confinada a los círculos religiosos y sociedades secretas, ha pasado a ser objeto de estudio de la ciencia, aunque ello haya sido una consecuencia natural de la terapia o asistencia brindada a enfermos y moribundos, y no a una acción deliberada de la investigación científica.

La vida después de la vida, fue un concepto que le dio la vuelta al mundo y creó al menos en mí una posibilidad cierta de que  en esta vida terrenal, apenas estamos experimentando un pequeño porcentaje de la vida real. La Kabbalah dice que en vida terrenal sólo apreciamos el 1% de la realidad.

En Weis vimos relatos de experiencias humanas que a través de la técnica regresiva, pudieron llegar a descubrir recuerdos de otras vidas, otras historias, otros personajes vividos por la misma alma.
  
Newton nos lleva de la mano por los recuerdos de personas que relatan su experiencia en ese espacio-período espiritual, que va desde la muerte hasta el regreso del alma al mundo terrenal; lo que  también se conoce como el Bardo.

Al morir el alma percibe sensaciones de movimiento que son involuntarios, se siente atraído, absorbido o chupado por una fuerza irresistible que lo traslada a otra dimensión, en  cuyo proceso percibe oscuridad, un túnel, y al final una luz amorosa que le da la bienvenida.

El alma se convierte en una luz y puede percibir entidades  luminosas, a las cuales identifica como amigos y familiares muertos que lo esperan y lo agradan en el reencuentro. El alma sabe quien es cada cual, aún cuando no se manifiesten con apariencia corporal, aunque en algunos casos, esas entidades que integran ese comité de recepción pueden  mostrarse como figuras humanas, a fin de suavisar la experiencia del alma recién llegada.

Después de un proceso de adaptación a su reciente condición, el alma es reubicada en su nivel y se reencuentra con su grupo de almas, con quienes va a establecer relación a fin de revisar su reciente experiencia terrenal. El alma es transparente, no podrá ocultar nada, porque las otras almas tienen capacidad para captar la verdad en los demás. Estará en ese entonces en un mundo jerárquico pero no autocrático, disciplinado pero no impositivo, comprensivo pero no complaciente, lo cual indica que hay un sistema firme y de mucho respeto.

Posteriormente, cuando ha madurado su estudio y necesita, o es propicio volver a tener una experiencia terrenal, se prepara para determinar cuál va a ser su reto o misión de vida y para detectar el cuerpo, la familia y el lugar donde ese reto le será propicio.

A manera de ilustración, un alma que ha vivido en cuerpos cuyas energías más notables fueron violentas, agresivas y dañinas para los demás, tendrá la oportunidad de reencarnar en cuerpos débiles, impotentes y dominados por condiciones sociales que le ayuden a doblegar su natural tendencia a ser un victimario. Tal vez hasta escoja vivir en un cuerpo que será una víctima de agresión. Con ello vivirá lo que él causó a otros en sus vidas anteriores, incluso hasta se pueda reencontrar con la misma alma que estuvo en el cuerpo que él agredió. Esto me hace recordar a Laura Esquivel en su obra La Ley del Amor, publicado en 1995.    

La muerte es el paso de un estado físico a un estado no físico, somos eternos. Es la salida de un cuerpo a una vida sin cuerpo,  un tránsito entre dos mundos de naturaleza distinta u opuesta. Ese viaje, o salida, se le ha conocido como: el regreso a casa. Tal vez, habernos alejado de ese mundo espiritual, sea la causa de tantas depresiones  crónicas, y de la insistente inclinación humana hacia el padecimiento de crisis existenciales. 

El vacío profundo, la sensación de abandono, la necesidad de ser amado, la terrible e intensa soledad, tal vez no sean otra cosa que la pulsión inconciente de la vida completa y sin apuros que abandonamos, cuando decidimos nacer en un cuerpo de carne y hueso. Comprender esa posibilidad puede servirnos de autosanación, cuando se han intentado opciones infructuosas para superar la melancolía.  

Si a esta necesaria condición del alma encarnada, le agregamos las no pocas experiencias dolorosas de la vida terrenal, no veo porqué asombrarnos de nuestra condición de pacientes, en tránsito hacia la sanación, ya que cada vida es una sesión de rectificación y aprendizaje, hasta que el alma quede limpia de tendencias oscuras y se transforme en un alma elevada, y se integre a las huestes más cercanas a la fuente espiritual de la cual somos originarios.

Pueden descagar el libro aqui:

http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:P5HOjAu1wK4J:www.samuray.net.ec/tag/michael-newton/+pelicula+de+michael+newton&cd=4&hl=es&ct=clnk&gl=v