sábado, 17 de abril de 2010

CUANDO LA VIDA AHOGA

Cuando no se puede vivir, cuando respirar es imposible, cuando el tiempo no se mueve, cuando nada pasa, cuando nadie oye, cuando nadie ve, ni escucha, ni interpreta, cuando no hay señales de comprensión, la vida ahoga, y el impulso de muerte surge de la propia mano.

Todos hemos conocido a quien llega a ese extremo, o al menos sabemos que esto ocurre; aunque  esto sea incomprensible, porque la vida por difícil que sea, la hemos podido llevar hasta con alegría.

Para explicárnoslo, pensamos que quien se suicida es una persona débil, o se volvió loco, o perdió la conciencia por un momento,  y cualquiera de estas suposiciones puede ser sólo una manifestación externa de este fenómeno, pero de lo que no me cabe la menor duda es que este acto es un grito de reproche a la madre, es como decirle: "mira lo que hago con tu obra, no valió la pena tu esfuerzo".

Mala noticia para las madres,  porque tampoco están conscientes de los eventos que pueden causar daños emocionales a sus hijos, y la ignorancia, la costumbre, la impotencia, la pobreza, la confianza, la conveniencia, la cobardía y muchas otras cosas más, pueden ser la condición en la cual están atrapadas en el momento en el cual se puede gestar un evento que llegue a ser una semilla suicida en sus infantes. Los eventos posteriores a la infancia, vienen a ratificar y a re-crear los eventos de la niñez.

Después de haber vivido en soledad un evento traumático en su niñez, Marianita, alguien que conocí poco o casi sólo de oídas, creció y alejó ese recuerdo de su día a día, llegó  a la universidad, se graduó, llegó el trabajo, el matrimonio y todo transcurría con mucha ocupación, tanta que llegaba exhausta a casa, no había nada de qué preocuparse, todo iba "bien", pasaron los años, no había tenido hijos, no sé si por decisión propia o por alguna limitación orgánica. 

Alcanzó pasar sus 56 años, ya  jubilada, y de pronto se encontró con su monstruo interno, el que había escondido muy hondo, el que guardó en su inconciente, pero ese monstruo también creció con ella, y pedía libertad, Mariana se vió de pronto haciendo cosas extrañas,  con una pulsión de huída, buscando la casa materna y dominando su destino, nadie podía hacer cosa alguna, era autónoma en sus decisiones, tomaba control aparente de su vida y aunque causó algunas angustias a su familia, nadie se percataba de la magnitud de su tragedia.

La verdad sea dicha, cuando una persona enferma, está enferma la familia, el enfermo es sólo la punta del iceberg, por eso cuando se trata de patologías emocionales es aún más difícil ver todo el contexto y menos lo pueden  ver los parientes, porque no quieren ver, porque no quieren ir al pasado a hurgar en el dolor y la culpa, porque la negación es la primera respuesta ante los acontecimientos  dolorosos o vergonzosos, y buscan causas físicas, que si esto que si aquello.

Cuando Mariana decide acabar con su vida, lo hizo en la cotidianidad de una tarde de domingo, no sin antes dar claras manifestaciones de alarma que nadie pudo o no quiso ver. En un juego de poderes, de autonomías y de miedos, los protagonistas de un suceso como éste, son marionetas de la vida en un guión de muerte, que impacta en el mero corazón del grupo, en la madre creadora y portadora de esa vida, pero con un fallo descomunal. 

Compasión para todos, para quienes no pueden o no saben cuidar y defender a sus hijos, justo en el momento preciso, compasión para los niños atrapados en manos depredadoras, compasión para los depredadores que fueron presas de otros depredadores,  y en definitiva, compasión para el ser humano que se debate entre su animalidad y su espiritualidad.  

Y para quienes deseen tener una vida sana, no tengo otra cosa que recomendarles que así como para las dolencias del cuerpo hay especialistas a quien acudir, los problemas emocionales, también tienen sus especialistas, no duden en consultarlos, y si es un psicólogo junguiano, para mí es mejor.  

La búsqueda de la salud mental y emocional también pasa por la prevención y en este caso, "es mejor podar que talar" como dice Nelson Torres Jimenez en su libro: "La venganza del inconciente".  

jueves, 15 de abril de 2010

A PEDRITO, COMO LO LLAMAN MIS HIJOS


Hoy es 15 de abril, un día memorable para los mexicanos y para los latinoamericanos que llevamos ese Mexico lindo y querido  en nuestros corazones, porque fue nuestro fondo musical en la infancia, porque Las Mañanitas insistieron tanto, que hoy, cuando celebramos un cumpleaños, el mejor regalo que se nos ocurre son unas trompetas y unos violines de mariachi, para alegrar el alma.

Pero hoy recordamos un día de despedida, un día cuando mi mamá lloró porque inexplicablemente PEDRO INFANTE, el gran ídolo latinoamericano había sido llamado por Dios. 


Su voz se nos metió en el alma y marcó, en un tiempo de muchos ídolos, un tono de alegría y de tristeza, de  llanto y de consuelo, de humor y de reflexión, de folklor y de modernidad, de todo lo que el cine de oro mexicano nos puso en la pantalla, para deleite de adultos y niños.

Las películas de Pedrito, como lo llaman mis hijos, nos dieron un album de caras hermosas, de serenatas memorables, de letras hermosísimas que le cantan al amor, a la pobreza, a la pérdida, a la familia, al despecho, a la guerra, y hasta  a la discriminación racial, con la película Angelitos Negros, inspirada en el poema del mismo nombre, del poeta venezolano Andrés Eloy Blanco.

Pedro Infante viajó por el mundo, llevando un mensaje de solidaridad donde llegaba, y me siento muy feliz de que haya cantado nuestra Alma Llanera, el segundo himno de los venezolanos.   

http://www.youtube.com/watch?v=PFfYgNat2oY

Pedro Infante es amado por millones de mujeres en América, fue y sigue siendo el novio virtual y la fantasía de mujeres de todas las edades; esto me confirma una creencia, cuando amamos a gente como él estamos seguros de no defraudarnos, porque son líderes del amor y la alegría, gracias Pedrito por haber sido latinoamericano, por habernos hecho suspirar  en un balcón imaginario, de serenata en plenilunio.

Una bella canción huasteca, qué bella es la música jarocha: 

http://www.youtube.com/watch?v=3hM9nEwj67o&feature=related

Y en este recuerdo lindo quiero hacer especial mención a la bella señora Irma Dorantes, su última esposa y gran amor, que también compartió con él los laureles de la canción y del cine de oro mexicano; quiero que la vean interpretando con su dulce voz, una canción de Chelique Sarabia: "Cuando no sé de ti," México y Venezuela unidas en el arte y la belleza.

http://www.youtube.com/watch?v=tTx5rl8220w&feature=related



Sigue cantado Pedrito, que cada día tienes más amores en esta tierra.