sábado, 14 de agosto de 2010

LA MADRE PATRIA (II)

continuación...

Con estas breves consideraciones, pretendí poner la lupa en una característica de nuestra ideosincracia, surgida a partir de un evento traumático de horror, que no sólo involucró vivencias psicológicas sino corporales, que condujeron al mestizaje. Nuestra herencia de saqueos y saqueadores,  iniciada con la invasión española sigue siendo reeditada una y mil veces, en el devenir de nuestros pueblos, pero ahora, con otros métodos y ejercida por los mismos latinoamericanos.

En un capítulo de la historia de Xica Da Silva, una heroína brasileña, llevada a la televisión hace algunos años, se observa la actitud cruel de este personaje, que tuvo la fortuna de ser protegida por el hidalgo de mayor poder del lugar, el Comendador, al convertirla en su pareja. Su crueldad y picardía no tenían límites, era una mezcla típica del blanco y del negro, era hija de un hidalgo y una esclava. En ella puede verse muy bien dibujada la pulsión que le daba la sangre portuguesa del padre, y la que le daba la sangre africana de su madre. 

Debo aclarar, que en este análisis no estoy haciendo especial referencia a la genética, como causa de los comportamientos; estoy planteando la cultura en su conjunto, utilizando el término sangre en forma genérica.




  
Los españoles se instalaron, crearon instituciones para hacer funcionar su economía, tuvieron hijos,  los blancos criollos,  no mestizos, aunque siguieron la tradición de sus padres de procrear mestizos. Representaban la clase económica dominante, supeditados al poder político de la península, razón que generó el descontento que condujo a la independencia; un motivo práctico que les daría autonomía y evitaría los envíos de recursos a España.  Estos procesos independentistas se vieron favorecidos por la revolución francesa, la cual puso en jaque a las monarquías europeas de entonces.


Los procesos independentistas dieron autonomía a estos pueblos, dando lugar a sociedades civiles que apuntaron a la consolidación de naciones que luego se relacionaron para establecer acuerdos de ayuda mutua y diplomacia internacional.

Gracias a esa confluencia de nacionalidades y a la buena acogida que  se manifestó siempre con los extranjeros que llegaban a nuestro país, tenemos rasgos de muchos lugares, comemos los platos de lejanos países y oímos la música de unos tantos también.

No hemos superado el trauma, en la actualidad es notable ver en nuestro comportamiento, rasgos de una manera de ser, que tiene un nombre que en una oportunidad oí mencionar a una representante indígena. No  recuerdo su nombre, ella lo denominaba como "el Síndrome del Conquistador-Conquistado". Este síndrome consiste en sentirse como un "conquistador" o saqueador, al mismo tiempo que  se tienen las pulsiones de los sentimientos del "conquistado" o víctima. Se expresa así:

1- A través de una actitud que imita al invasor. El saqueo, como método de supervivencia, no sólo de las arcas nacionales, si tiene oportunidad, sino aplicando la "viveza criolla", como una forma de conseguir beneficios y relacionarse con los demás. "A mí que no me dén, sino que me pongan donde hay", es una triste expresión de quienes están inspirados en esta rapiña. Para ello, se ubican en cargos públicos privilegiados a los cuales acceden a través de la participación partidista o la adulación.

Esta actitud no siempre se expresa invadiendo toda la conciencia de la persona, sino que también puede estar como motivación de base de cualquier empleado o trabajador, quien ve en la oportunidad, el momento de aplicar su pequeño saqueo. Es un concepto distorcionado de la propiedad, a la cual se puede acceder a través de la apropiación indebida.


Es memorable el hecho de que en la época de gran expansión petrolera, en Venezuela, el Estado equipaba de todos los recursos y equipos a los hospitales, y poco a poco se dieron cuenta de que el mismo personal médico y otros empleados, extraían los equipos y materiales para dotar a sus clínicas privadas. Esto condujo a la aplicación de medidas de seguridad en estos centros y en las instituciones de investigación científica.

Esta es sólo la muestra de lo que puede ser un mal hábito en una sociedad que aún no encuentra su camino hacia la prosperidad, porque la motivación más notable está centrada en el consumo y consumismo de bienes que no son precisamente resultado de sus propios esfuerzos. 

2- A través de una actitud que imita al invadido, al saqueado.  Esta actitud es de victimización, el uso de un discurso que señala al extranjero, al poderoso, al que ha acumulado bienes, o cualquiera  que  sea percibido en mejores condiciones materiales, como culpable de todos sus males. Con un conglomerado dispuesto a saquear, las cosas no pueden ir bien, entonces, de cualquier manera el culpable es el poderoso extranjero, la imagen del invasor vive en el imaginario colectivo...Invasor que paradógicamente, anida en él mismo. 

El síndrome conquistador-conquistado no pudo ser más gráfico, para expresar el lado oscuro del mestizaje. Estas dos cualidades se fundieron en los mestizos, como una marca en el fondo de la psiquis. En este fenómeno cultural, se aprecia una insanía psicológica, ya que estas dos características no parecen relacionarse en la mente de quien las padece. Quien está atrapado en este síndrome no capta que su propio saqueo es el origen de su padecimiento. 

Ya es hora de darnos cuenta de que el pasado es una fuente de información que ha de ser usada positivamente, como referencia autocrítica. Que aunque la historia haya sido escrita por los vencedores, -que se auto-denominaron "conquistadores" cuando eran invasores-, es preciso reconocer que somos espejos de un comportamiento similar, sólo que lo hacemos internamente.  La expansión de poder de los europeos se expresa en pequeño dentro de cada país.

A pesar de que nuestra historia es muy particular por la confluencia de culturas y la violencia aplicada en el saqueo de riquezas y la manera como se produjo el mestizaje, la expansión de los imperios  europeos, siempre se obtuvo a punta de lanza; muchas comunidades fueron convertidas en esclavas, dominadas por la fuerza. El poder como valor superior al trabajo, creó ejércitos destructivos que diezmaban poblaciones y asaltaban bienes y tierras, además de que subyugaban a los sobrevivientes. Era el método, no podía ser de otra manera en las tierras que por "azar", "descubrió" Colón.    

continúa...

2 comentarios:

Claret dijo...

Éstas tres partes de "La Madre Patria" me encataron. Una bella forma de contar parte de nuestra historia, de manera clara pero contundente...y lapidaria!!
Un abrazo Eva, eres genial!

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Gracias Claret, nuestra historia siempre me intrigará, los latinoamericanos tenemos puntos de referencia similares, pero entre países somos muy distintos, si ponemos bien la lupa. Abrazos