¿Niños inocentes, adultos culpables?
Idealistas como Rousseau, afirman: "El hombre nace bueno, es la sociedad quien lo corrompe", se contraponen a los realistas como Maquiavelo que dice que el hombre es en esencia malo, porque raudamente se acomoda a buscar sus intereses y a ser egoísta.
Otros más imparciales, afirman que el hombre nace neutro y que en la relación con la sociedad va ajustándose, eligiendo y desechando opciones, para armarse de una personalidad particular para alcanzar la felicidad. Esta neutralidad es bastante cuestionable si consideramos que el hombre nace con un equipaje biológico para la acción, la agresividad, el miedo y la tristeza, que necesita disciplina para canalizar la expresión de sus emociones, y que cuando está en condiciones de elegir, ya ha sido afectado por sus acciones o por las acciones de los demás.
Cuesta imaginar al bebe que fue Adolfo Hitler, Josef Mengele, Osama Bin Laden, Sadam Hussein, Nerón, Rafael Leonidas Trujillo. ¿A dónde se fue aquella inocencia infantil?, ¿por qué desarrollaron esas furiosas ganas de hacerle daño a los demás?.
La respuesta puede ir de un simple: "porque sí", hasta un más elaborado análisis de la condición humana, en medio de una vida relacionada con otros.
En este sentido, podemos comenzar por establecer dos notables posturas que tenía la ciencia:
La sociología argumentaba que el individuo era producto de la sociedad donde vivía, una manera de enfocar a la persona como un producto social, y eso sonaba mucho a determinismo. Me costaba creer que eso fuera así, tan mecánico, tan entubado, me preguntaba, si habrían escepciones, aunque fuese una sola.
La psicología por otro lado, hacía énfasis en el ser como individuo, con potencialidades únicas, de donde podían expresarse diversidad de manifestaciones, siempre alojadas en su psiquis.
Esta aparente diferencia de enfoque, la resolvieron unos sociólogos cuando crearon la Psicología Social, magnífica disciplina para estudiar y comprender la relación individuo-sociedad.
Hoy podemos agregar otros componentes y podemos afirmar, que el ser humano responde a un complejo o entramado de diversas variables, que le dan forma y sentido a su manera de aproximarse a los demás.
1- Enfoque psicológico: el individuo, su mente, su manera de ser único, de percibir y decidir de manera creativa, o diferente a como le indica la sociedad. Si lo analizamos más profundamente, podríamos llegar a la idea de que cada ser es un alma (psique), y esa alma posee una calidad, una condición innata que hace la diferencia entre unos y otros.
En esta perspectiva se observa la manera cómo ha vivido el individuo en su medio social, para detectar si han habido traumas infantiles y juveniles, los impactos negativos en la relación con sus padres y allegados, las carencias afectivas, la configuración de la moralidad, la manera como se aprehenden los criterios para diferenciar el bien del mal, y en general, la manera como el niño ha ido madurando en sus diferentes etapas.
Se sabe que los líderes carismáticos dados al arrastre de masas, en general dictadores, han sido niños con carencias, que no han podido integrar la etapa narcisista de la infancia, y que han quedado atados a esta condición para el resto de sus vidas, con lo cual hacen muy dura la vida de quienes los adversan, o dependientes a quienes los siguen.
2- Enfoque sociológico: hace énfasis en la influencia de las estructuras sociales, en la fuerza de las condiciones socioeconómicas y políticas, en la asimilación de la ideología y la enajenación de los miembros de una sociedad ante el peso de la estructura, en la manera como se acoplan los individuos a ella o como se rebelan.
La familia y la comunidad representan a la sociedad, a ellos se agregan los amigos, los demás, los extraños, los que no pertenecen al mundo cercano, los líderes oficiales, artísticos y políticos, los enemigos, los adversarios, la pareja, los hijos, y ahora los medios de comunicación masivos. La experiencia en la formación y educación, las vivencias con todos los demás. La adquisición de valores.
3- El enfoque espiritual: ahora, con el reconocimiento de las vidas pasadas, la reencarnación, entramos en otro punto de vista, el alma trae un plan, un karma, una programación, un sentido de vida. Según los entendidos, esta programación tiene como propósito, lograr un aprendizaje, bien sea por la vía de los logros positivos, o bien por la vía de acciones que lo lastimen a él o a los demás.
Entonces, a aquella visión psicológica que atribuía al ser una condición particular y una fuerza interna capaz de logros innovadores, o el poder de tomar decisiones personales sin ser manipulado por los demás, podría agregarsele que hay un sentido espiritual en la vida, y que el alma (psiquis) marca los destinos de las personas, sin llegar a un determinismo.
4- El enfoque biológico: a veces tildamos de locos a los delincuentes, asesinos, dictadores, porque no entendemos cómo una persona sana pueda ser capaz de cometer actos deplorables. Hay causas biológicas, algunos creen que se ubican en los genes, en el desequilibrio de sustancias corporales. No cabe duda que un desequilibrio orgánico puede ser un coadyuvante de psicopatías y sociopatías.
Los niños son criaturas que pueden ser moldeadas hacia la creatividad positiva y no destructiva, a través del adecuado acompañamiento de sus procesos psicosociales, pero no dudemos de que también traen en su alma una fuerza con la cual ejecutarán procesos muy propios, que a veces nos sorprenden, porque no se ajustan a lo que esperamos como consecuencia de su trayectoria de vida.
Testimonios sobre personas que tuvieron las mismas experiencias de infancia y su desempeño de adultos fue muy distintas, sobran. La luminosidad y la oscuridad que un alma tenga para manifestar, es imposible de conocer, por ello siempre es relevante dar a los niños buenos sustentos emocionales, aunque se tengan previsiones de que cada ser es único e imprevisible.
Los kabbalistas aconsejan a las parejas que quieren tener hijos, que hagan una preparación, donde desarrollen una vida satisfactoria, con lo cual un embarazo tenga un ambiente saludable, y así atraer para ese bebé una alma con propósitos sanos, en lugar de almas que tengan una programación difícil y complicada. Incluso hacen peticiones para que dejen de venir al mundo almas oscuras, por el canal de nacimiento.
Esto parece tener sustento, los niños deseados, los embarazos tranquilos, y la vida donde reina el entendimiento familiar, tienden a generar menos problemas que en los casos contrarios.
Disfruten este video:
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