lunes, 6 de junio de 2011

LEJOS DEL MUNDANAL RUIDO

"Lejos del mundanal ruido", es el título de una película dirigida por John Schlesinger en 1967, protagonizada por Julie Christie, Lara, en el "El Dr. Shivago" y  Alan Bates, el jefe de "Zorba el griego", con un reparto excelente, nos dejan saber de las ansias, los obstáculos y la manera como se tomaban decisiones en un pueblo inglés del siglo XIX, lejos del mundanal ruido.

Una chica toma la dirección de una granja que hereda, después de haber recibido una respetuosa propuesta de matrimonio de Gabriel (Alan Bates), un vecino ovejero. Ella rechaza la propuesta simplemente porque no lo ama.

Gabriel cae en la ruina debido a una tormenta nocturna y decide irse a trabajar de jornalero, agradeciendo a Dios no estar casado; va a parar a la granja de la chica, para quien trabaja lealmente.

Hay un granjero vecino de la chica, muy elegante, que le propone matrimonio y ella le contesta que no lo ama, lo cual lo deja bastante triste pero esperanzado. La chica conoce a un soldado muy altivo que le hace unas maromas con su espada y ella queda admirada de su habilidad, él se le acerca atrevidamente y la besa, y listo, ella se enamora de él... Y se casan.

El soldado acababa de tener una relación con una joven muy dulce, quien a pesar de haber cumplido con el rigor de su voluntad, se equivoca de iglesia el dia de la boda, llega tarde, y el soldado la despide.

Es sorprendente ver cómo la chica protagonista, tiene dos buenas propuestas de matrimonio, de dos hombres cabales, trabajadores, honestos, bien plantados, pero ella escoge al soldado altanero, sospechoso, de poco fiar, eso me hizo recordar a mi madre cuando decía: "las muchachas prefieren los hombres irresponsables a uno correcto, éstos les parecen aburridos". Esta historia parece darle la razón.

No pasa mucho tiempo cuando de pronto aparece la antigua novia, casi a punto de dar a luz, espera al soldado en la caballeriza, éste la abraza y reclama su ausencia, le promete apoyo y queda en encontrase con ella al día siguiente. Le pide dinero a su esposa, quien ya sabe, porque los vió desde la ventana, que hay una mujer con quien él se entrevistó.

La joven embarazada corre a un refugio de indigentes en medio de la lluvia nocturna, y muere junto a su hijo esa noche; al día siguiente el soldado se entera y queda tan afectado por la muerte de su hijo y de su amada que se interna en el mar y desaparece.

El granjero vecino no se canza de solicitar a la chica su mano, pero sólo después de seis años, se considera que el marido desaparecido ha muerto, y ella se planta en este argumento para esquivar el cortejo.

Pero el soldado no ha muerto, han pasado tres años, está trabajando en un circo y desde la arena ve a la chica con el granjero, disfrutando la actuación llena de máscaras, colores y diversión.

Tal vez este encuentro le motivó a regresar y llega justo en navidad, cuando el granjero vecino está dando una fiesta para oir de la chica su respuesta ante tanta insistencia en el matrimonio. El soldado entra triunfal, llama a su esposa, ella sorprendida se aferra a la escalera, él la toma por el brazo y recibe un disparo en el corazón, que lo fulmina en el acto. El granjero vecino va a la cárcel.

Gabriel le informa a la chica que pretende irse a América porque en ese lugar no tiene nada que lo ate, ella se sorprende y no dice nada, ella queda sumida en una enorme soledad, pero el día en que Gabriel está a punto de partir, ella llega y suspira porque aún lo encuentra, y le pide que se quede y él le dice:
"Sí, pero con una condición: que tu estés allí para mirarme y yo esté allí para mirarte", expresión que le expuso a ella aquél lejano día cuando le propuso matrimonio. Se casaron y fueron felices para siempre. Me encantan los finales felices.

Llama la atención como esta pareja que se conoce desde jóvenes tiene que pasar por todo este rosario de acontecimientos para finalmente unirse, me resuena que esta chica no sentía enamoramiento, a menos que experimentara un contacto físico, lo cual la aferró al soldado, y ya en este segundo matrimonio, haber compartido con Gabriel momentos difíciles con la granja, golpeada regularmente por tormentas e incendios, aparte de la difícil negociación de los granos.  
 
El desempeño del mundo psicológico es igual en el campo y en la ciudad, por ello no es de extrañar que aún lejos del mundanal ruido, las cosas resulten parecidas.

Una bella escena del film:

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