Asumir la paternidad de Facundo no costaba nada, los sabios tienen esa misión, poner luz en los ojos ciegos de la ignorancia. Con sus propias experiencias de vida nos dejó un gran consejo: VUELE BAJO, PORQUE ABAJO ESTÁ LA VERDAD, su mensaje más contundente. Cuando oí esta canción por primera vez, me di cuenta de que era la perfecta interpretación del mensaje de Jesús. Ser un niño para entrar al reino de los cielos, es decir, ser realmente lo que somos, porque este mundo es una ilusión que distorciona nuestra percepción: La corporalidad toma el poder y el alma queda relegada.
Facundo es un alma luminosa, su cuerpo cargaba los estragos de una vida dura, se hizo ciudadano del mundo, porque en su mente no concebía las fronteras y cantó porque el canto es el lenguaje de Dios.
El mejor tributo que le podemos hacer es asumir sus palabras, quitarnos la venda de los ojos:
No me es posible expresar esto que siento, sólo quiero decirle:
FACUNDO NOS DEJASTE HUERFANOS
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