Para los occidentales, especialmente de este lado del mundo, que apenas tenemos noticias de las costumbres y valores de culturas tan lejanas como la islámica, nos resulta asombroso que a estas alturas de los adelantos científicos, que han puesto luz en tantas creencias sin fundamento, aún se mantengan pensamientos tan absurdos como que la mujer es un ser de segunda.
Esa exacerbada descalificación de la condición humana de la mujer, hasta es sospechosa, ¿de dónde surgió?, porque todos nacemos de mujeres, no es posible que una visión tan absurda aún esté orientando las opiniones de hombres que tienen la responsabilidad de guiar a otros.
En Beirut, la prensa iraní de hoy reseña que Hojatoleslam Kazem Sedighi, "un importante clérigo islámico iraní dijo que las mujeres que lucen ropas reveladoras y son promiscuas son la causa de los sismos". Buena noticia para los especialistas, que se devanan los sesos investigando las profundidades de la tierra, cuando la causa verdadera de los sismos está afuera, en las mujeres, que incluso se pueden estar relacionando sexualmente con ellos, digo, con los científicos.
Demostrando una total ignorancia de los fenómenos naturales, lo cual podría hasta tolerarse, porque más de uno ha elucubrado al respecto y mientras no dañe a nadie, la ignorancia la carga cada quien en sus hombros; pero afirmar con esa propiedad, que la causa de los terremotos son las mujeres reveladoras de su cuerpo y promiscuas, es un insulto a quienes leen ese disparate.
Primero, porque se sustenta en una discriminación que ha debido superarse desde hace mucho tiempo ya, y segundo, porque no entiendo con quien son promiscuas las mujeres, si no lo son con los hombres, o es que ese clérigo trata de decir que son promiscuas lesbianas, que los hombres nada tienen que ver en esa promiscuidad.
Ah, es que los hombres son absolutamente inocentes, "las mujeres los corrompen y los llevan por el mal camino, corrompen su castidad y diseminan el adulterio en la sociedad y con ello, aumentan los terremotos"; según esto, los hombres islámicos son unos tarados, que atienden solícitamente las seducciones de esas mujeres perdidas.
Pero resulta que Irán es un país notablemente sísmico y este clérigo sismólogo, ya encontró a quién echarle la culpa de cualquier evento que se presente.
No puedo más que pensar en la dolorosa relación interna que se debe producir en el vientre gestante de las mujeres islámicas, y cómo ocurren todos esos embarazos de hombres que rechazan a las mujeres de esa manera. Cuesta comprender que ni un asomo de amor pasa por esas relaciones sexuales, donde lo importante es una castidad inventada, represora y mutilante que justifica pisotear a todas las madres de los hijos islámicos.
No extraña entonces que muchos destinen sus vidas a causas que les exigen inmolarse en eventos suicidas, lo cual habla a gritos de la mala relación con la madre.
2 comentarios:
Siete, once, setenta y dos...no sé cuántas vírgenes le esperan, junto a ríos de leche y miel, al hombre que entrega la vida por la causa, por el Islam, por Alá.
Me pregunto ¿cómo será ese cielo? ¿las mujeres usarám la burka? ¿entregarán su virginidad al inmolado? ¿sólo en el cielo se pierde la castidad?
Buenas preguntas porque las vírgenes seguirán siendo mujeres y si allá en el cielo se tienen relaciones sexuales, también habrá perdición femenina...¡Pobres hombres nunca se librarán de las malvadas mujeres!, pero tienen una opción que está siendo aceptada por todos, la homosexualidad, ya se han casado bastantes parejas honorables, con derecho a todo, cada quien responderá ante Alá, vamos a ver si Alá apoya esa masacre femenina.
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