jueves, 10 de junio de 2010

NO TE CONFUNDAS, conócete a ti mismo


"No confundas, jinete, el galope de tu caballo 
con los latidos de tu propio corazón"


Hace muchísimos años oí este proverbio oriental, en labios de mi esposo, yo era demasiado joven para entender la profundidad de esta sabia recomendación. 

De una manera o de otra todos cometemos el error de asumir  como cierto lo que se nos presenta en nuestro mundo de relaciones, es decir, fuera de nosotros, cuando en realidad son cosas que aparentan  ser lo que deseamos internamente. Un ejemplo típico de esto, es el enamoramiento, le atribuímos a la otra persona cualidades que no tiene, porque las confundimos con nuestros deseos.

Ésta es una confusión natural, y les diré porqué, resulta que somos una máquina de proyecciones, somos una sala de cine andante, proyectamos desde nuestro interior las imágenes, ideas, creencias y demás contenidos emocionales que nos han impactado más en la vida, y desde ese lente vemos el exterior. Vemos, percibimos, oímos, y sentimos lo que queremos ver, percibir, oir, y sentir.

"No vemos las cosas tal como son, sino tal como somos" TALMUD

     
De allí que nos aproximamos a los demás a través del un lente  invisible, del color de los contenidos que llevamos en el  inconciente, donde acumulamos todas nuestras  memorias  significativas, que pulsan por salir en todo momento.   

A mayor contenido traumático, o mayor intensidad del contenido traumático, mayor subjetividad y dificultad para relacionarnos. Por eso nos encanta esa  gente que  logra expresar cierta objetividad y manejar con aplomo las circunstancias de la vida de manera asertiva, porque son personas liberadas, las percibimos como personas justas. Son personas que por tener menos contenidos traumáticos que proyectar, logran contactar y manejarse mejor ante los fenómenos del afuera.

Estas personas han logrado un nivel de liberación de sus contenidos inconcientes, ellas no se enganchan con problemas, ni se sienten ofendidos por insinuaciones de los demás, no toman nada personal, porque su interior está limpio de contenidos emocionales negativos. 

Las personas que tienen contenidos traumatizantes se exponen mucho más a los problemas cotidianos, y sólo serán felices cuando la realidad externa coincida con sus expectativas, de lo contrario el nivel de frustración los afectará con mayor frecuencia o impacto. 

En ese proceso de colocar todo afuera,  es usual que las personas con más  contenidos negativos, tiendan a culpar de sus desgracias a los demás, porque lógicamente confunden el galopar del caballo que montan, es decir, su realidad circundante con los latidos de su corazón, es decir, con sus contenidos inconcientes.

2 comentarios:

Lady Diana dijo...

Interesante anécdota... Nuestro diario vivir es un sin fin interminable de pensamientos que brotan a cada instante... Fácilmente esto nos puede hacer crear una falsa expectativa de alguien!!!

Nuevamente gracias por tan sabias palabras...

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Quien sabe esto está en ventaja, porque al conocerse a sí mismo, no tiene dependencia de nadie, se sabe revisar, y sacar de su interior las visiones erróneas que tuvo, del afuera.