miércoles, 26 de octubre de 2011

EL EXPERIMENTO COMPARTE

 La Agencia de Publicidad Creativa Shackleton Group, creó la campaña Acción Contra el Hambre, para sensibilizar sobre las actitudes que la sociedad tiene en relación a compartir los alimentos, para ello nos remite a la niñez, vean este video:

  http://www.youtube.com/watch?v=zoREXT8qT7g&feature=player_embedded

 Es una demostración de la solidaridad natural de los niños, lo que por muy buenas razones, se ha dado en llamar: INOCENCIA.

Los niños de esas edades, aún no han desarrollado la capacidad de percibir la dimensión temporal y su relación con las cosas de consumo, desconocen el sentido de lo cuantitativo. Los niños viven el momento, son consumidores, no productores, no saben aún que las cosas se producen y se acaban, y no tienen el sentido de la acumulación. 

La niñez es una hermosa etapa de la vida, cuando tenemos padres y una sociedad proveedora de sustento material, emocional, moral y espiritual. De esta manera, el niño tiene la oportunidad de incorporar a su bagaje conceptual y actitudinal, valores positivos o favorables en relación con los demás, aunque hemos de reconocer que este proceso no es una fórmula matemática, que aún cuando un niño haya crecido en un ambiente nutritivo puede desarrollar actitudes disfuncionales y viceversa.

No obstante, cualquiera sea el caso, hemos de ser expulsados de ese Paraíso, donde recibimos todo del Padre, con un propósito de crecimiento personal: "para ganarnos el Pan con el sudor de la frente"; esto conlleva una ética del derecho: el derecho a proteger lo que hemos producido, como también deben hacerlo los demás, de allí la esencia de la idea de propiedad privada. Advierto que no estoy haciendo un análisis histórico del concepto de Propiedad Privada, sólo estoy indagando en el fenómeno mental de la apropiación.

Cuando vamos construyendo mentalmente el mundo que nos rodea, se establecen también las emociones asociadas a cada fenómeno, no es de extrañar entonces que pongamos límites, marquemos territorio como animales que somos y también nos excedamos al establecer sistemas económicos asfixiantes, acaparemos bienes y mostremos la oscuridad de nuestra alma en prácticas inhumanas.

Así somos, vamos de la inocencia al conocimiento y allí establecemos nuestra elección, -inconsciente-, entre el bien y el mal, sólo dependemos de la hibridación que hagamos entre la educación moral recibida, cualquiera sea su naturaleza, y la ética interna de nuestro ser, cualquiera sea su calidad.

Si miramos esto en colectivo, vemos la obra humana más aplastante, poblaciones enteras en estado de marasmo, situación que poco mejora con las esforzadas actividades de los movimientos humanitarios mundiales, no sólo por la gran dimensión del problema, sino tal vez, porque la clave estaría no en alimentarlos solamente, sino en generar en esas poblaciones motores de productividad y conocimientos, es decir: "No dar el pescado sino enseñarles a pescar".

Nuestros más remotos ancestros vivieron la salida de El Paraíso de otra manera, quizás adultos, pero tal vez a esa edad seguirían siendo niños, descubrieron, produjeron, protegieron, acumularon para tiempos de escasez, fueron a la guerra, y pasaron también a modos egoístas de conseguir cosas, a través del asalto e invasión a otros pueblos, para desembocar miles de años después, en lo que somos hoy.

Es hora de generar mecanismos voluntarios para regresar a El Paraíso, pero ahora con conocimientos, con la vivencia de haber experimentado el bien y el mal, optando por una convivencia pacífica y respetuosa, con fundamentos filosóficos vinculados con la protección de la naturaleza, en fín, de una manera consciente y ética.

Con todo, Compartir no consiste sólo en dar la mitad de nuestros alimentos, pero si al menos los aprovecháramos adecuadamente, evitando su despilfarro y acumulación inútil, teniendo conciencia de la realidad de otros, para generar una "Conspiración Amorosa", como lo oí en un video hace muchos años en el cual recomendaban generar la capacidad de dar a los extraños, a quienes no podían devolvernos su gratitud; una manera de dar sin la seguridad de la retribución. Perdonen pero no recuerdo la fuente.

El video de Shackleton nos recuerda que antes de tener conocimiento del bien y del mal somos puros, pero no es preciso mantenernos en ese estado porque seríamos unos Peter Pan, es decir, tomaríamos un camino desviado para quedarnos en una estación de vida sin evolucionar.

La expulsión de El Paraíso es necesaria para que el conocimiento de ambas energías mundanas (bien y mal) sean asumidas, vividas y elegidas conscientemente. Esto redundaría en un despertar, pero esto no ocurre tan rápido, hay quienes lo hacen de inmediato y quienes pasan muchas vidas repitiendo errores.

El psicólogo Carl Rogers puso su atención en la naturaleza benevolente del ser humano, la cual es corrompida por la sociedad. Esta visión determinista social dió sus aportes en el debate de la relación individuo-sociedad, sin embargo, es simplista asumir que la sociedad corrompe, cuando ella está integrada por individuos. El asunto no es unilateral, el ser humano también posee en su interior la esencia del mal y ambas energías las manifiesta en su relación con los demás.

Hoy el mundo está de cara a los problemas mundiales, el planeta se convirtió en un pañuelo; podemos constatar que existen poblaciones enteras en estado de marasmo, aparejado a una crisis mundial nunca vista en los altos niveles de los países más prósperos. Las ONG´s trabajan para dar ayuda al prójimo y despiertan la conciencia de todos, no cabe duda de que estamos en un momento crucial de evolución moral.

Salir de El Paraíso no tendría sentido si no fuera porque el camino de regreso es una promesa. Ese camino de regreso sólo se encuentra después de superar la dicotomía bien-mal, lo cual significa una apertura hacia el otro, no por bondad, sino por identificación.

Después de la segunda guerra mundial se dió a conocer un concepto casi desconocido: la Autonomía, la cual reconoció en la persona la condición inalienable de decidir, asumir su destino con libertad, de ser respetado en su voluntad. Esto surgió a raíz de los desmanes descubiertos de experimentos biomédicos en seres humanos.

El punto de partida es reconocer mi autonomía, y con ello la del otro, lo cual descubre nuestra condición: la unidad del todo. Cuando veamos conscientemente nuestra alma en el otro y en el planeta, la vida cambiará porque dejaremos de ser buenos, o malos, (lo cual nos separa del otro) para descubrir que siempre hemos sido unidad.


       

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