Aprendí que ante Dios todos somos iguales, y eso no me costaba nada comprenderlo, porque es cierto, somos esencialmente almas viviendo una experiencia terrenal, sin importar las anécdotas de esa experiencia, pero cuando estudiamos las diversas culturas humanas no nos queda más que reconocer que en la expresión terrenal somos bastante diferentes.
Ayer vi en un noticiero, que los libios hacen una fila para ver los cadáveres de Muamar Gadafi y de su hijo, los tienen expuestos al público en el piso tapados con una sábana hasta los hombros, ambos intactos, aún con la sangre en sus rostros. El locutor decía que estaban bajo frío, supongo que sólo con aire acondicionado, primero porque estaban en un salón y no bajo congelación, y segundo, las personas entraban con un tapaboca; no cabe duda que su estado de descomposición era la razón de esta precaución.
A los occidentales nos produce desagrado una estampa tan grotesca, antihigiénica y poco protocolar, aún cuando entendemos que se trata de un personaje despreciado que no merece ninguna consideración, pero al menos la gente que desfila ante esa figura merecería estar protegida de un espectáculo tan escatológico.
Cuando vi esa noticia me di cuenta de que esa sociedad tiene otra manera de ver el asunto, les parece natural tener dos cadáveres en el piso, sin protección; o tal vez esta actitud responde a razones ocultas que no conocemos.
Es por ello que no podemos expresar una opinión sobre la manera como ocurrieron los hechos en Libia, y menos lo que están haciendo ahora. He oído opiniones que asumen que fue ajusticiado y critican ese comportamiento como bestial, y además, dudan de las pocas posibilidades de que la sociedad libia encuentre el camino hacia la democracia, sin embargo, esto no sorprende, porque los libios están afectados por una pasión de 42 años con un régimen totalitario feroz, y lo que hay son emociones desbordadas; por otra parte, no tienen referencia del concepto democracia, respeto por el otro, límites de derechos, todo esto tendrán que aprenderlo.
En un programa de un canal español opinaban igual. Creo que esas opiniones poco están considerando la cultura libia en su esencia, que tendrán que caminar mucho para alcanzar conceptos humanistas, empezando por el respeto por la mujer.
No cabe duda de que el mundo se globalizó para darle a los pueblos referencias de otras culturas. Deseo que las ideas de respeto, convivencia pacífica, derechos humanos, ética, cooperación, puedan recorrer el mundo oriental y así como a occidente llegaron las inspiraciones espirituales que dieron un plus a la comprensión trascendental en occidente, así mismo las ideas occidentales despierten en oriente un sentimiento de solidaridad entre los humanos.
No se trata de afirmar que en occidente no hay dictadores, abusadores, injusticias, sólo que si las hay, son reconocidas como lo que son: injusticias, crímenes y dictaduras, porque tenemos referencias de libertad, derechos y participación.
No quiero dejar de considerar el horror que nos produce la absoluta insensibilidad de la gente ante la muerte de una bebé de dos años quien fue atropellada por una camioneta en una calle transitada de China. Un conductor la pisó con las ruedas delanteras y sin bajarse para ver de qué se trataba, le pasó por encima con las ruedas traseras. La niña aún con vida se mantuvo en ese lugar sin que los transeúntes le pusieran atención, debe ser que eso ocurre en China todos los días y en todas partes, niños moribundos en las calles y nadie hace nada.
Luego otro camión le pasa por encima. ¿Será que están ciegos, o la niña es invisible?. Es algo muy podrido en el alma humana. Esto conduce entonces, a creer cualquier barbaridad que nos cuenten de China, y ya hemos sabido de los horrores en el trato a los operarios de empresas, que trabajan como esclavos, mal pagados y chantajeados por un empleo de subsistencia, maltrato a los animales y muchas otras crueldades que rayan en lo increíble.
Qué horror me da saber que esa prosperidad china fue impulsada por occidente, por la ambición de aprovechar mano de obra barata, ahora los chinos están a la cabeza de la producción mundial chupando la sangre de sus paisanos; así cualquier país es una potencia mundial. No lo habían logrado porque no habían tenido la oportunidad que les brindó la avaricia occidental.
Estas informaciones que nos llegan... ¿Serán sólo la punta del iceberg?
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