En días pasados asistí al
Cine-foro de Psicología Arquetipal, que convoca mensualmente el Dr. Luis
Galdona, presentó la película: TAN FUERTE, TAN CERCA, que refiere una historia
con el telón de fondo de los acontecimientos de 11 de septiembre, hecho que
conmovió al mundo de mil maneras.
Galdona comenzó diciendo que
ninguna película o relato que haga referencia a ese episodio, puede cubrir el
inmenso impacto que causó el 11S, ya que está inscrito en la inmensa capacidad
destructiva que a veces alcanza el ser humano, el horror.
El foro se inició con las
observaciones de Galdona quien, como es su estilo, lo dirigió de manera
magistral, con la lectura de los comportamientos, el lenguaje y arquetipos que
en la obra estuvieron a la orden del análisis. Comenzó citando a dos autores,
quienes afirman que el ser humano
posee las capacidades más extremas para causar daño, que no es siquiera necesario Satanás. Las acertadas
observaciones de Galdona, más que la película, me hicieron saltar las lágrimas.
Para la ciencia, el ser humano
posee potencialidades inimaginables, sus infinitas posibilidades se analizan a
partir de causas o explicaciones biológicas, psicológicas, sociales, patologías
y otras, que aún faltan por descubrir. El aspecto espiritual aún no se integra
al estudio científico, aunque ya hay estudios y experiencias independientes que
apuntan en este sentido.
La maldad ha sido materia de
atención de filósofos, científicos, poetas, escritores, y es la base de
sustentación de las religiones, para el desarrollo de sus doctrinas y la ética
que los sustenta.
Lo bueno y lo malo, son dos polos
que nos mueven, que nos motivan, que sirven de referencia en nuestras
permanentes elecciones, ya sean simples o complejas, cotidianas o
trascendentales, y cada una de estas concepciones posee un sin fin de otras
concepciones que las redefinen, como honestidad, legitimidad, ética, respeto,
libertad, felicidad, y para el mal, corrupción, inmoralidad, crimen, pecado, y
otras miles.
Cada día nos sorprende el
incremento de delitos extremos, en los actuales momentos la prensa se ha
inundado de noticias de horrores en diversas partes del mundo; canibalismo
urbano, secuestros y violaciones de hijas, asesinatos de bebés en manos de sus
madres, crímenes de sectas satánicas, cruentas guerras que afectan civiles, por
sólo nombrar las más resaltantes. Los estudiosos de este tema, tienen mucho
material en vivo, para sus investigaciones.
En estos debates, están divididas
las opiniones de la sociedad:
- La ciencia atribuye el mal a la
naturaleza dual del ser, el bien y el mal anidados en su constitución natural y
aprendida, y a patologías resultantes de esa dinámica compleja de componentes
humanos.
- Las religiones, están muy
claras en determinar que la constitución del mundo trajo consigo un ser maligno
responsable de los desvaríos humanos, ya que en algún momento le son dadas las
oportunidades de ejercer su poder sobre ellos, ante las cuales sucumben debido
a sus debilidades y desobediencias. Fijan su argumento en el poder de la
tentación, ya que el mal se viste de belleza, oportunidad, promesas a corto
plazo, y encanto.
- Algunas fraternidades y
organizaciones civiles hacen énfasis en el hecho de que el mal, es sólo un
error del ser, que debe ser comprendido, no censurado y corregido a tiempo,
para evitar las represiones, que sin duda generan males mayores. No obstante,
perciben el mal como un acicate para el desarrollo espiritual del ser, ante el
cual es preciso desarrollar acciones que conduzcan hacia el camino correcto.
- Otra visión más amplia, que llamaré
espiritual, está sustentada en las antiguas tradiciones, y versiones del
pensamiento oriental, percibe el mundo como una precipitación de las energías
de Dios, de la nada o del todo, -es lo mismo-, el cual se concentró en una gran
fuerza para dar lugar al Big Bang, - fenómeno que la ciencia comparte-, lo cual
dio lugar a la emanación de miles de entidades que se fueron organizando, en
sus diversas tareas, a fin de “bajar” por la escalera de los chakras (punto de
energía) universales.
A través de varios niveles o
dimensiones, -árbol de la vida- se llega a la base del sistema, a fin de crear
en esta base el mundo material o terrenal, con almas determinadas y apoyadas
por entidades superiores. La idea de este proceso es experimentar la vida y sus
complejidades a fin de conocerse a sí mismo, a través de sistemas geométricos
que ordenan el comportamiento en tercera dimensión. ¿Será esto la esencia de
los arquetipos de Jung?
Esto significa que las almas que
nos habitan a nosotros, son partículas de aquella explosión inicial, por lo que
seríamos entonces, partículas de Dios en cuerpos físicos, experimentando la
vida material. Esto supone una gran responsabilidad, porque en esta
experimentación está el descubrimiento de los que somos, y de lo que estaba
oculto en aquel o aquella Nada-Todo.
Esto lo llaman El Plan Divino, un
proceso de manifestación, que busca la expresión de lo que es, y una vez superados
ciertos niveles dados por el tiempo o los ciclos, ascender o regresar al
origen. Curiosamente, lo perciben como un proceso o movimiento infinito, que
sigue la forma de este símbolo, la figura de un ocho horizontal.
Según esto, somos entidades
similares al cosmos, un mundo en pequeño, que a manera de holograma,
representamos la totalidad; esto es así, a fin de estar conectados con la
fuente inicial.
Esta es una visión integral de la
realidad total, un mundo visible, donde la energía se ha compactado, y otro
invisible, sutil, donde existen ángeles, guías, maestros, que están allí, al
cuidado de que el Plan se cumpla. He de hacer notar que también incluye la vida
en otros planetas y galaxias, lo cual incorpora una visión aún más amplia.
¿Y en esta historia, cómo y
cuándo surge el Mal?
Hay versiones, una afirma que la
primera manifestación de Dios, fue un querubín, llamado Estrella Matutina,
Luzbel, conocido personaje de las religiones monoteístas, en quien había
maravillosas propiedades, y cuando supo del plan para las almas que encarnarían
en los humanos, se llenó de celos y se opuso a servirles, -como era la tarea de
todos los seres celestiales-, pues el humano estaba predestinado a ejercer la
vida material, el estado más denso de la creación, lo cual lo hacía
privilegiado, por la oportunidad de brillar y de ser apoyado por los seres
celestiales.
Esto lo llevó a rebelarse, a fin
de sustituir a Dios, ante lo cual surgió Miguel, con su lema: “Quién como
Dios”, quien tras una guerra lo derrotó, por lo cual fue precipitado con sus
huestes a los abismos, el Infierno, desde donde ejerce su maléfica influencia
sobre los humanos. Esta versión establece un enfrentamiento, una fuerte lucha
de opuestos entre el Bien y el Mal.
Una segunda versión, afirma que
Dios y Luzbel, son dos caras del mismo ser, o expresiones básicas del contenido
resultante del big bang, y que son dos fuerzas inteligentes que ejercen su
acción conjunta sobre la vida humana, como acicates del desenvolvimiento del
Plan, cuyas dificultades pulen aún más la autenticidad de los resultados. El
alma humana sería el ejecutor de un plan personal, que previo al nacimiento ha
establecido de acuerdo con un comité asesor. Al nacer, éste plan pasa a su
mundo inconciente, y es en esos niveles espirituales donde se lleva el
seguimiento y la secuencia de los eventos acordados, en los cuales actúan
fuerzas que muchos llaman destino, y que según esta visión son decisiones del
alma.
Según esto, el mal que padece la humanidad son simplemente acuerdos de las almas victimarias y víctimas, para representar un papel en la historia de las personas, pero que en el mundo espiritual, las almas de unos y de otros no constituyen enemigos, sino una cooperación bien planeada.
Una tercera versión afirma que
Luzbel es un poderoso custodio del Plan
Divino, y resulta que en su afán por darle curso, y dado que las almas al
penetrar el espacio de tercera dimensión olvidaban su propósito y su origen, ya
que al entrar en estados densos se pierde la memoria de lo que son y de dónde
proceden, los humanos se dejaron llevar por la inercia del No Tiempo, de donde
procedían, y sus ejecuciones eran muy lentas, no ocurría casi nada, motivo por
el cual Luzbel decidió intervenir; su primera decisión fue hacer presión sobre
el humano a través del tiempo.
Al ver que este ángel tenía la
función de motorizar el proceso, y que podía traspasar los límites, surgió Miguel,
conocido como Arcángel Miguel, quien convino en acelerar el tiempo, pero condicionado
a respetar el Libre Albedrío de los humanos. De no ser así no tendría sentido
la manifestación material guiada desde arriba, porque los humanos serían simples marionetas.
Estas dos propuestas, Luzbel y Miguel, hicieron
tensión en aquellos niveles celestiales, por lo cual se produjo una fricción
que llevó al enfrentamiento entre estas dos figuras del mundo invisible, de lo
cual se desprendió la legión de ángeles de Miguel y la legión de demonios de
Luzbel. Ángel y demonio, son entidades similares, aunque demonio tiene una
connotación de genio, un tanto acorde con la cualidad de conocedor que requiere
la maldad, como se les ha reconocido en el transcurso del tiempo.
Miguel, en previsión le asignó a
cada alma un ángel guardián o protector, para evitar que los demonios tomaran
la acción que les correspondía realizar a los humanos, ya inspirados en la
intromisión.
Con esta división en el mundo
invisible, o al menos dos posturas en tensión, no cabe duda que estas energías se
reflejaron en la naturaleza humana, debido a que somos hologramas de un mundo
mayor, de allí la expresión: “Como es arriba es abajo”, segundo principio del
hermetismo.
Tal y como lo reconoce la
ciencia, que ubica en el humano esta doble condición natural.
No obstante, con todo y esta
naturaleza dual establecida en el humano, la dualidad de ese otro nivel
invisible, lo hace doblemente dual, ya que ésta no reside sólo en el humano,
sino que el bien y el mal estarían también arriba, en el humano y fuera de él.
Esto revela que algunas visiones humanas sobre el mal, lo que han hecho es
enfocar una parte de la verdad, es decir se manejan con la verdad a medias, al
colocar la maldad y la bondad sólo en la condición humana.
En esta tercera versión, Luzbel
comienza su trabajo aplicando límites al humano, a fin de que ejecute el Plan
Divino, y empieza por el tiempo, y determinó darle al humano sólo unos pocos
años de vida, pero éste siguió en su lentitud, lo cual hizo necesaria la cadena
de reencarnaciones, a fin de que las almas en cuestión realizaran sus tareas.
No obstante, el humano seguía
atado a la inercia de sus vivencias en el mundo espiritual, de donde provenía,
y el esfuerzo de los ángeles por inspirarlos a realizar sus tareas no eran
captados por ellos, razón por la cual se dio paso a que los demonios aplicaran
sus métodos persuasivos, trayendo como consecuencia la experimentación de males
en la vida de los humanos; surgió la enfermedad, los accidentes, las guerras, y
toda suerte de dificultades, que al fin hicieron efecto en la acción humana, ya
no por una simple manifestación de su misión, sino por la presión que ejerce el
dolor. No en balde se ha visto la enfermedad como camino al desarrollo y la
ascensión espiritual.
Pero el asunto no se quedó aquí,
tal vez si estos ángeles y demonios hubieran trabajado coordinados, o en
equipo, hubiera evitado que se les fuera de las manos la custodia del Plan.
Aconteció que en su desesperación por hacer que el Plan se cumpliera, los
demonios se acercaron muy imprudentemente al mundo material, es decir, a la
tercera dimensión, y al acercarse prácticamente fueron afectados por las
condiciones de estar en él, en el mundo denso, perdiendo la memoria de su
propósito, y quedando atrapados dentro del mundo material, pero sin cuerpo,
porque a este mundo sólo entraban los humanos a través del canal del nacimiento
de las almas.
Esto creó una dimensión o plano,
que se denomina Bajo Astral, a donde van las almas que mueren y no saben que
han muerto, quedando apegadas al mundo sin estar en él, y desde donde se ejerce
influencia sobre los humanos que vibran en la misma frecuencia. Vale aclarar
que las emociones de ese mundo oscuro están asociadas a sentimientos de
frustración, rabia, rencor, actitudes destructivas, que forman la base de las
sustancias que alimentan al mal.
He de hacer notar que este
proceso se da en muchos planetas, con muchas razas, de las cuales emanaron
caminos diversos y que recalaron en la tierra, una vez que fueron destruidos
sus hogares cósmicos.
Con esto quedamos claros en la
existencia de vida en distintos lugares del universo, lo cual llama la
atención, por la diversidad de almas que ello conlleva, lo cual complica
enormemente las cosas, al tratar de comprender la dinámica que estamos viviendo
hoy.
Volvamos a los demonios, los
cuales parecen ser entidades temperamentales, capaces de desarrollar cualquier
acción con tal de lograr sus objetivos, sin embargo, ya dentro del campo
terrestre, no tenían referencia del Plan ni de sus objetivos, sólo les quedó la
impaciencia y la motivación para ejercer su voluntad.
Era de suponer que una vez
penetrado el mundo de la materia, los demonios, como cuentan muchas leyendas,
se unieran a las mujeres, a través de los cuerpos de los hombres que poseían y
debilitaban para instalarse en ellos.
Según esto, el mal de arriba se
reunió con el mal de abajo, el humano se contaminó con la energía de los demonios y de allí surgió este estado de cosas, atribuibles
a todo ese contenido de donde procedemos; de allí parten las
personalidades que tiranizan, agreden, asesinan, con un propósito desconocido
para ellos mismos, porque realmente no lo tienen, es sólo una patología
espiritual nacida en un deseo desmedido de poder, no reconocido y resuelto en
los mundos invisibles.
El mal, ya reconocido por la ciencia, es a juicio de Freud, un debemos
asunto que debemos sublimar, y a juicio de otros, debemos reconocer e integrar, a través de finas lecturas de los mensaje del dolor, la tragedia, las
enfermedades, y el horror de las guerras, para integrar sus enseñanzas
comprendiendo el vínculo que tienen con el bien, la sanación y la superación de
oscuridades.
Esta visión insiste en reconocer, que el mal
no está sólo en nuestra naturaleza, ni está sólo afuera, sino que forma parte
de la esencia del ser unido, que somos todos, y que por ser un fenómeno que nos
impacta cada vez más, al menos saber qué hacer con él. En los últimos años se
han promovido muchas teorías y prácticas sobre el perdón, el amor, el
reconocimiento de los personajes de la familia a través de Las Constelaciones
Familiares, y un sin fin de medios para conectar con el equilibrio mental,
emocional y físico.
Con este último enfoque, ¿estaríamos
buscando el bien? No creo, el bien se ha buscado a través de la moral, la
religión, las leyes y apenas ha sido fructífero. Hemos de buscar la
integración, la transformación, que no quede nada fuera; incluso, en muchos
momentos el bien se torna en mal, cuando se llega a los extremos, un exceso de
protección hace a un hijo débil e impotente, el exceso de alimentos enferma.
En oposición, el mal también se
torna en bien, cuando nos avisa y nos prevé de males mayores, o, cuando el mal
es tan extremo, que logra paralizarnos, pero que no nos enamora ni nos
desmorona, que nos pone a prueba y respondemos desde nuestra condición positiva
y constructiva, como hemos visto renacer a los sobrevivientes del holocausto a
los judíos, quienes han dado testimonios de una poderosa resiliencia.
Vemos entonces, que estos dos
opuestos tienen en la vida humana un significado distinto en la práctica y en
la teoría. Diríamos que tanto el Bien como el Mal, poseen a su vez dos
opuestos, un lado luminoso, y un lado oscuro, por darles una definición a esos
dos polos cuando se tornan devastadores o cuando son nutritivos para el alma.
Finalmente, si quisiéramos
definir el Bien y el Mal, diríamos que según su estricto origen, el Mal es la
acción de violar la voluntad del otro, ya que procede de imponer, de intervenir
en el proceso de los demás, y ese es el común denominador en todo daño
conocido. En oposición, diríamos que el Bien sería, el respeto por el Libre
Albedrío y el asumir la custodia de los seres bajo nuestra responsabilidad,
como lo hacen los seres de luz del mundo celestial.
Una reflexión que podemos extraer
de estas versiones, nos llevaría a suponer que la definición de humano aún no
está clara, ya que lo humano no estaría determinado por la constitución corporal,
en virtud de que son las almas destinadas a encarnar como humanos, los verdaderos humanos, y no los cuerpos de humanos que fueron o son dominados por las energías demoníacas; si
los demonios pueden intervenir en las decisiones y acciones humanas, sin darnos
cuenta estaríamos englobando en la definición de humanos a todos los que tengan cuerpo de humano, lo cual no sería correcto, a la luz de estas explicaciones.
Ésta ha sido siempre mi duda, cuando veo seres
como Charles Manson, dictadores en todas las latitudes, y tantos otros criminales que cometen actos abominables, que
nos hacen dudar de su naturaleza humana, la cual se estructura con dualidades que incluyen la bondad y la
empatía. ¿Estaremos en presencia de una diversidad de seres no álmicos, que se expresan en la diversidad de seres humanos y donde se cuelan sin ser
advertidos?. Esto no descalifica el hecho de que existen patologías que
describen a seres egocéntricos, narcisistas, psicópatas y otros tantos males
mentales y emocionales del humano.
¿Es esto verdad trascendental, o
cuento? No lo sé, cada quien decida la argumentación que juzgue correcta.
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