miércoles, 6 de enero de 2010

COMIENDO LAS MANZANAS

Desde muy niña, justo en el momento en el cual me enteré de que Eva era mi nombre, la voz con la cual me llamarían hasta después de irme de este mundo -porque espero que me recuerden por alguna cosa que haya hecho, y si no, me borraré alegremente en el infinito- sentí una punzada en mi interior; llamarse EVA en un mundo católico, alumna de un colegio de monjas, no era realmente una identificación que me forjaría una personalidad dulce y tierna, como era mi deseo.


Por muchos años cargué con la culpa del pecado original, extraña manera de vivir, porque realmente yo era una niña dócil, disciplinada, obediente, prudente, muy capricorniana, para decirlo en términos astrológicos.


Mi madre era una persona muy "ver para creer", aunque de ella aprendí El Padre Nuestro, a encomendarme a San Miguel Arcángel, y a pedirle bendiciones al Padre María Claret y al Gran Poder de Dios, suficiente para mi madre. Mi padre, en cambio, era un creyente de cargar procesiones, devoto de la Virgen del Carmen, y con un pensamiento mágico que lo hacía sentir y presentir cosas que pasaban lejos. 






Asimilé la religión con el peso de la culpa y la desnudez reflejada en mi cara, era penosa, tímida, y prefería estar siempre detrás de los protagonistas, observando la vida como transcurría, pegada a mis estudios para "llegar a ser alguien en la vida", como decía mi papá.


Pero un gran día, cuando mis hijos estaban adolescentes, y al ponerme en contacto con estudios de gestalt y otros temas de crecimiento personal, asistí a una consulta con un gran psiquiatra junguiano, quien tuvo la llave mágica de desvanecer muchas ideas que tenía petrificadas en mi interior, logrando así iluminar el significado de crecimiento que tiene para la humanidad el acto de habernos atrevido a moder aquella fruta, fue para mí una revelación que fundió ese velo culposo que me arropaba.

Por eso sigo comiendo manzanas como hace toda la gente, porque sólo comiendo de ese fruto nos metemos en problemas, aprendemos de ello, para luego salir repotenciados.

La vida es un comer de manzanas, es decir, un atreverse a desobedecer permanente y un digerir de experiencias que nos llevan a dar luz a nuestra existencia. Eso sí, al desobedecer hemos de saber que ese manjar trae consigo consecuencias, que son nuestras creaciones, y por ello que nos corresponde a nosotros asumir.

14 comentarios:

Carmen Montcourt dijo...

Fascinada con tus escritos como siempre, me siento muy orgullosa de tener a una amiga con tanto talento. Eres la luz que ilumina a todos los que vengan detras de ti. Enhorabuena!!!!

Carmencita dijo...

Linda Eva, felicitciones por animarte a realizar esta fructifera pagina interactiva de tus vivencias
Son muchos los caminos recorridos, en tu peregrinaje de vida,con un Norte bien establecido,sere una asidua visitante, Un Abrazo Carmencita

Unknown dijo...

La verdad es que ya me empieza a gustar esta historia...Interesante punto de vista!

Un abrazo desde Maracay.

Nubia Macedo and Maria Jose Clavijo dijo...

Hola Sra. Eva!

Feliz anio!! Espero que la haya pasado de lo mejor. La felicito por empezar este anio con un Blog, es algo que me gustaria tambien hacer, ya que creo que es algo emocionante que puedes hacer todos los dias, sin contar con todas las interacciones con los que te leen que debe ser genial, asi que la FELICITO!

Muy interesante su primera entrada, me di cuenta que mi dieta es basada en manzanas! jaja.

Siga asi y suerte! Un beso grande desde el Polo Norte, jejeje..

Maria Jose

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Carmen Elena amiga bella, gracias, me entusiasma aún más con tus apreciaciones.
Carmencita, estaba pensando en esto desde hace tiempo, y al fín me decidí.
Claret, ¿te gusta la historia? es la vida la que nos ofrece manzanas, y no hay que evitarlas.
Gracias María José, come manzanas y asume las consecuencias. Besos a todas

moramon dijo...

Bien y exitos en el 2010
Ramon

Unknown dijo...

Hola eva!!! gracias por enviarme tu invitación, es magnifica esta idea. De verdad me gusta leer la forma directa como abordas los temas, Felicitaciones! ah y feliz año, besos y aludos de enrique

Unknown dijo...

Querida Eva, mis felicitaciones por tu blog. El monopolio de como y por que las personas se comen las manzanas siempre ha sido un problema de esta sociedad y de otras...

Pasando a un tema de actualidad: como vamos a hacer ahora para seguir comiendo manzanas, luego de la devaluación de ayer??? ja,ja,ja

Un abrazo, Feliz 2010 y a ver cuando nos vemos en Cata...

Pepe

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Gracias Luzirina, siempre me gustó decir las cosas por nombre, aunque a decir verdad, hay que conocer mucho el lenguaje para saber qué nombre es el correcto


Hola Pepe, sacaremos los mejores recursos que Dios nos dio, los espirituales, y con esos no hay quien pueda, jajaja

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Gracias Ramón

Unknown dijo...

Desde ya queda marcada tu página para volver a ella cada vez que tengas material para compartir.

zita dijo...

Sra. Eva, un verdadero gusto poder leer sus interesantes escritos. Me intereso particularmente porque yo también tuve una extraña, pero increíble experiencia con mi nombre -no Mau, sino mi nombre completo y la historia detrás de él- eso cambio mi forma de ver muchas las cosas, mi actitud, mis emociones y reacciones. Me ayudo a entender muchas cosas de mi familia y de mi vida. Lo curioso, es que siempre pensé que ese mágico pero extraño descubrimiento que hice a partir de mi nombre era algo que solo me había pasado a mí. Gracias por mostrarme que no es así. Voy a ver si me animo a crear mi propio blog y un día le cuento la historia de mi nombre.
Besos!!

Anónimo dijo...

Très bonnes choses.

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Gracias.