Hoy es nuestro día nacional, los sociólogos y los antropólogos ya no somos un pequeño gremio, tampoco somos profesionales raros, ya se conoce nuestra profesión, la cual tiene muchos matices, pero lo más importante es la ética ante la interpretación y la postura que asumamos con respecto a los fenómenos sociales.
Tuve la gran bendición de contar con excelentes profesores, quienes despertaron en mí la capacidad de la percepción holística, la visión crítica, la observación objetiva, y como si eso fuera poco, la aproximación cualitativa a los hechos de la vida cotidiana.
Quiero hacer un recordatorio a los más influyentes en mi formación, y que ya no se encuentran entre nosotros, a Ramón Pugh, Jhon Verburg, el poeta Efraín Hurtado, Ramón Medina Franco, Lorenzo Pérez, Olga Gasparini…
Gracias a todos mis profesores por darme un buen sustento teórico-práctico y de allí una visión más amplia de mi propia vida.
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