jueves, 11 de febrero de 2010

ESO LO QUE ES, ES UN PALO

Hablando de niños con los pies sobre la tierra, una generación de infantes que nacieron después de los años 70, que tuvieron también la fortuna de tener más información, más apertura de comunicación, muchas cosas mejores que los niños de generaciones anteriores.

Recuerdo un episodio muy divertido protagonizado por la niña de una colega, profesora universitaria y muy clara en cuestiones de educación infantil, progresista, crítica; bueno, con un bagaje muy adaptado a los nuevos tiempos.

Sucedió que disfrutando de un domingo en familia en San Juan de Los Morros, capital del Estado Guárico, región llanera de Venezuela, de pronto se oye una algarabía que viene del patio, todos estaban arremolinados alrededor de alguien que decía que era milagro, mi amiga y su niña salen a ver qué sucede, era un tumulto que no se podía penetrar, porque es familia numerosa, sólo alcanzaban a oír: “me cayó en la cabeza …”, pero ¿qué pasa?

La madre de mi amiga tiene algo en sus manos, “es idéntico, es idéntico”, pero ...¿qué es idéntico?, y la madre de mi amiga le extiende una ramita en forma de cruz que tenía una protuberancia en el centro y realmente parecía que era un crucifijo, resulta que estaban bajo la sombra de un árbol conversando de todo lo que se conversa cuando se reune la familia, cuando a una de las hermanas de mi amiga le cayó ese crucifijo en la cabeza, lo cual llamó su atención y como es lógico, generó una explosión de conjeturas que produjo aquel alboroto.

Al fin, cuando el adminículo estuvo en manos de mi amiga, se quedó pensativa mirando la ramita, y la niña, quien tiene un lindo nombre, María Margarita, pudo al fin ver aquella recién nacida reliquia religiosa, rápidamente la miró y con una actitud muy segura y decepcionada dijo: “noo abuela … Eso lo que es, es un palo” y lo tiró.

Todos habían entrado en una especie de trance místico, ante la recién nacida reliquia, y al oir aquella sentencia infantil, quedaron paralizados ante tal objetividad, aquella niña había echado por tierra miles de años de pensamiento mágico-religioso, produciendo un desinfle colectivo, y era cierto, es un palo, no hay discusión, es que los hijos de una gente por allí que se dicen sociólogos, y que por cierto celebran hoy 11 de febrero su día, han tenido que bregar con las realidades del mundo desde muy pequeñitos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Eva Gracias por regalarme bajo tus notas en tu maravilloso blog, esta anecdota que obviamente no recordaba, eres de esas personas que mas recuerdo de mi infancia de todo ese combo fabuloso amigos de mi madre , esta muy bueno te mando un beso inmenso y sigue disfrutando esta manera de expresion...

Con mucho cariño
Maria Margarita

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

María Margarita, la protagonista de mi post, siempre que hablamos de niños precoces, nos acordamos de esa expresión tan famosa mi amor, eres linda