Hemos visto que el ser humano experimenta una metamorfosis, desde la concepción hasta alcanzar su madurez, y luego hasta su muerte, siempre cambia, aunque aún parecen faltar muchos conocimientos que puedan explicar los procesos de deterioro y envejecimiento.
Según hemos visto, lo femenino fue el inicio, o al menos la fuente primigenia de la creación, de la fecundidad, o de la reproducción humana, y lo sigue siendo, pero con el surgimiento del patriarcado, la cualidad femenina fue perseguida y aniquilada por la masculina, lo cual aún es un modelo activo, especialmente en los pueblos musulmanes más cruentos.
El estudio de los primeros momentos de la vida promete aún muchos descubrimientos, las fases del desarrollo psicofísico harán cambiar en mucho la percepción de la niñez, como reservorio de potencialidades inimaginables.
No puedo menos que recordar las palabras de Jesús: "Dejad que los niños vengan a mí" y "Sólo los que vuelvan a ser niños entrarán al reino de los cielos...", llama la atención esta preferencia por la niñez, y puedo imaginar que no se refería necesariamente a la inocencia o pureza infantil, eso sería muy simplón, creo que se refería a la visión holística, a la cosmovisión femenina, la visión que integra, no la que separa o divide como lo hace la masculina, y de esto podré comentar en otra oportunidad.
Con todas estas informaciones no es posible dejar de pensar en la historia de Adán y Eva. Aunque esta historia, como toda la Sagrada Biblia, debe comprenderse desde una perspectiva metafórica y no textual, hoy la gran mayoría de las personas lo interpreta textual.
No creo que Eva fue hecha de una costilla de Adán, interpreto por sugerencia de Madame Blavatsky, que ambos seres eran uno solo y que fueron separados por la espalda, en dos componentes opuestos y complementarios: femenino, Eva, y masculino, Adán, y que lo femenino, Eva, que a fin de cuentas es la energía del lóbulo derecho del cerebro, el apasionado, el creativo, sedujo y dio impulso a Adán, el lóbulo izquierdo, para que realizara cosas, para que manifestaran juntos la vida.
Por lo tanto, nunca hubo una supremacía masculina en lo temporal, surgieron en el mismo momento histórico, y fueron separados por alguna razón, tal vez para que se amaran, se reprodujeran y se integraran.
No me cabe la menor duda de que es a través de la integración de la energía femenina y la masculina, lo cual se logra con cierto grado de iluminación, como podremos volver a casa, volver al encuentro con la totalidad.
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