viernes, 27 de abril de 2012

AL FIN... EL FIN DE LOS TIEMPOS


Para casi nadie es un secreto que estamos viviendo el fin de algo, una verdad revelada hace 2000 años, pero dicha a medias, lo cual creó una avalancha de profecías, interpretaciones apocalípticas, predicciones y mucha leyenda que se ha conocido como el fin del mundo.

Podríamos decir que las opiniones se polarizan, los que aprecian el mundo como un eterno existir, con eventos destructivos, pero que no alcanzan a devastar por completo y los que suponen que hay un fin inevitable. Tal y como hemos visto los finales en las circunstancias de la vida personal, el fin del mundo se aprecia como pérdida, dolor y muerte, y se imagina como una serie de catástrofes, pestes, bancarrotas que se llevan todo por delante.

Han aparecido comunicadores que alertan sobre este proceso, y calman los ánimos de quienes tienen la cortesía de prestar atención, aclarando que lo que realmente sucede, es un proceso de ascenso dimensional.

La gran inteligencia universal, la fuerza divina, o DIOS, en su creación infinita, estableció dimensiones con características distintas y en orden ascendente, aunque no lineal, para complacerse en una dinámica perfecta de manifestaciones que van desde lo más denso a lo más sutil. Es poco lo que se puede explicar con nuestro lenguaje terrenal, ya que para describir la dimensión de tal realidad hace falta otro idioma, nuestra lengua humana es apenas útil.

Después de 12.600 años aproximadamente, se cierra el ciclo de la vida como la conocemos, ya es momento de que la fuerza que ha dado energía a los elementos vivos e inertes que han estado participando de esta danza terrenal, se trasladen a otro ciclo de vida, el cual depara nuevas maneras de experimentar la existencia.

Se dice que en este año 2012 estaremos terminando el ciclo de la Tercera Dimensión, (la cual tiene además un aporte de la Cuarta Dimensión en paralelo), y que daremos el paso hacia la Cuarta y Quinta Dimensión, las cuales poseen una naturaleza menos pesada que la Tercera, aunque mantiene la forma, y cuya característica más notable es la salida de la polaridad bien y mal.

Esta transición ya está en marcha, incluso los fenómenos solares y los desastres terrestres de los últimos años, parecen ser evidencia de ello, y al parecer consiste en un incremento de la polaridad; se está manifestando todo lo que ha estado oculto, y por eso vemos el mal desatado por el mundo, cada noticia es más alarmante que la anterior. Por otro lado, se observan manifestaciones de fenómenos espirituales en franco ascenso e influencia colectiva. Pareciera que se une el mal con el mal y el bien con el bien, deja de ocultarse el mal detrás de una máscara que aparenta el bien. Podríamos decir que es un tiempo de hechos genuinos.

Desde inicios de los años noventa, se dio a conocer en Venezuela un inesperado movimiento que procedía de los escenarios más proactivos del mundo, que llamaron Nueva Era, el cual no consiste en una religión, ni en una organización, sino en una manifestación general de información sobre temas espirituales y éticos, que lograron infundir en mucha gente una visión superior de la dinámica humana, porque se fundamenta en un despertar de la conciencia individual, propia, responsable. A esto se agregó el gran movimiento de escritores sobre temas de auto ayuda, donde la psicología y la narrativa siguen teniendo un papel crucial.

Temas como la reencarnación, el perdón, la gratitud, la sanación del alma como vía de sanación del cuerpo, la alimentación natural y vegetariana, los hábitos sanos, el conocimiento de las energías corporales o chakras, la meditación, la visualización, la danza, la terapias de apoyo, el chamanismo y muchas otras, que a diario surgen desde los confines de la tierra, han tomado su espacio, y han dado a muchos un soporte particular ante estos tiempos aciagos.

Es interesante pensar en las opiniones en ,contra que parecen invalidar estos conceptos, cuando argumentan que durante toda la historia, la humanidad ha tenido desastres, crisis, hambrunas y todo lo que estamos viendo hoy, que no sucede nada que no sea una constante histórica. Es lógico este razonamiento, sólo que, no por persistente un fenómeno es eterno, cuando llevamos un alimento al fuego, la llama permanece encendida hasta el último minuto de cocción, nada indica que por haber hervido durante horas, lo va  seguir haciendo, un segundo antes de estar listo, la llama está viva, lo que no significa por supuesto, que el cambio que estamos previendo se vaya a dar de un momento a otro, aunque sí pudiera ser, nadie lo sabe con tanta precisión.

La idea sería entonces, captar las señales de cambio y despertar especialmente a los planteamientos éticos que están promoviendo una revisión interna, una profundización de lo que somos, y de lo que hemos venido a realizar en la existencia; prácticamente estamos viviendo un despertar filosófico, que de cualquier manera aportará grandes cualidades humanas, para cualquiera que sea la cosa que ocurra. 

Volvamos al inicio, vivir el final de los tiempos es culminar una etapa cuyo tiempo es lineal, pasado, presente y futuro, una línea de tiempo que nos ata a vivir con un antecedente y una perspectiva, donde nuestro presente es casi imperceptible, porque en un segundo se hace pasado y en el mismo segundo se alcanza el futuro. Esto nos ha permitido organizarnos, ponernos horarios, comprometernos y desarrollar una cultura. Ascender a otro modo de existencia donde no hay tiempo como lo conocemos, es inimaginable, pero no pocas veces la ciencia ficción, las leyendas, y las experiencias oníricas nos han dado la oportunidad de abrir una ventana a estas realidades.

Aparte de todas estas consideraciones, los tiempos actuales están abriendo una ventana hacia el despertar de conciencia, y esto puede interpretarse en el sentido más amplio, en volcarse hacia una manera de ver el mundo con justicia y amor, y eso sí es verdad que sería un fin de mundo, el fin de un mundo egoísta, de guerras y plagas, de abusos y delincuencia, de irrespeto y depredación. Sospecho que hasta la cadena alimenticia que padecen los animales, incluyéndonos, se rompería para dar lugar a otro tipo de nutrición, para cuerpos menos densos, tal y como lo visualiza la cosmovisión del cristianismo, un paraíso de paz y de convivencia pacífica.

Para quien desee concretar la idea sobre la tercera, cuarta y quinta dimensión, puede consultar en la siguiente dirección:


http://g11-primercontacto.blogspot.com/2012/02/2012-que-quieres-decir-con-que-la-3.html

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