jueves, 26 de abril de 2012

EL SENTIDO VERDADERO DE LA AMISTAD


En días pasados una linda y muy querida amiguita (OJO: en Venezuela los diminutivos deben interpretarse como superlativos) de la capital mexicana, con un nombre hermoso: Yubicela, me hizo una propuesta, hacer un post sobre: EL SENTIDO VERDADERO DE LA AMISTAD; de inmediato le di una respuesta, la cual quiero ampliar en esta ocasión.

Me hizo preguntas interesantes: “Cuál es el concepto de amistad en estos tiempos de falta de valores? ¿Aún están en uso la lealtad, el respeto y honorabilidad o son simplemente palabras que han quedado olvidadas en el diccionario? ¿Es factible la amistad entre hombre y mujer? ¿Qué papel juega la conveniencia personal en la amistad? ... En fin... el tema es extenso usted lo sabe mejor que yo, de eso estoy segura, se lo dejo en el tintero”

Vamos a empezar por decir que la amistad tiene un sentido vital en la existencia, es la expresión de nuestras extremidades afectivas que trascienden el círculo familiar; los amigos son la familia que escogemos, y la manera cómo nos ponemos en contacto con la sociedad.

En la Carta Natal, o astrológica está contenida en la casa Nº 11: “La casa once describe cómo nos relacionamos con amigos, benefactores y maestros - gente que nos desea el bien o de quienes podemos aprender. También nos muestra en esos roles. Esta casa muestra cómo nos relacionamos con la sociedad en que vivimos.” Astrodienst.

La amistad, como muchas otras ideas o construcciones mentales, forman parte del bagaje de valores que poseemos como tesoros, y que suponemos son la garantía de buenos momentos en la vida. Son notables los incentivos publicitarios, e incluso el tiempo personal que le dedicamos al tema, con lo cual suponemos estar contribuyendo favorablemente sobre la conciencia de quienes nos escuchan. No sería el caso de Yubicela, ella quiere saber sobre el tema para su propia riqueza, es algo que la ha estado rondado en los últimos días, y desea ampliar sus criterios.

Pues yo la felicito, la Amistad, es una relación que parte de nosotros hacia los demás, sin embargo, como asunto social, es un concepto que valoramos en sentido contrario; cuando hablamos de amigos, nos referimos casi siempre a los demás porque se refiere a lo que esperamos recibir del otro, nos ubicamos preferentemente en la actitud receptora, en lugar de la actitud proveedora.

Esto me lleva a muchos años atrás, cuando vi una escena de una serie televisiva llamada: FAMILIA; se trataba de una familia residenciada en Pasadena, California, USA, el lugar donde realizan La Feria de las Flores, el primero de enero de cada año. Era una pareja con tres hijos, la mayor ya casada, un joven talentoso y sensible, y una chica adolescente con sus inquietudes; se trataba de una familia correcta, sana, equilibrada, enfrentando un mundo externo con problemas.

En una ocasión el joven se encuentra envuelto a la situación de un amigo con muchos problemas, a quien detiene la policía, sin que tenga los medios para defenderse. La madre al ver que su hijo está interviniendo a favor del detenido, le advierte que ese chico es peligroso que no le conviene su amistad, y que en definitiva ese muchacho no es su amigo, que qué espera él al estar metido en los problemas del otro. Con mucha seguridad y argumentando su posición, el joven le da una respuesta a la madre que nunca olvidaré:
“No mamá, yo no lo estoy ayudando por el amigo que él es,
sino por el amigo que soy yo”

Tal argumento me hizo ver la cosa desde el ángulo correcto, no podemos resolver nada en el mundo interno del otro, lo único a que tenemos acceso es a nuestro propio mundo interno, y es allí donde se realiza el trabajo más hermoso de la vida.

El personaje en cuestión debió sentir un llamado especial por su amigo, para poder ayudarlo sin esperar nada a cambio, y soy consciente de que esto no se puede hacer con todas las personas, a menos que nos dediquemos a la labor social como sistema de vida.

Hay una famosa expresión que siempre me asombró: “Mi mejor amiga”. Tener una mejor amiga requiere de un largo proceso de evaluación, y depende de su comparación con las demás. No sé si esto es útil, porque pudiera ser hasta un chantaje, si tengo una mejor amiga, ella tiene que ser impecable, y eso ya no es amistad, sino extorsión. 

Percibo que la amistad es un tema que ha sido excesivamente enaltecido, y tal vez se debe a lo difícil que resulta el dar, y quien da lo consideramos como alguien especial; sin embargo, paradójicamente, siempre estamos esperando del otro. Atribuir a las personas dones fabulosos, enaltecer un concepto de manera abstracta podría dejarnos vacíos en lo concreto, porque estamos poniendo dones donde no los hay. Para mí la amistad es bonita pero primero está el ser humano con sus debilidades.

Lo bueno del asunto, es que casi siempre escogemos a nuestros amigos, y lo hacemos por impulsos del inconciente, es decir, gente que se nos parece, que nos refleja, que piensan y sienten como nosotros, que tienen aficiones parecidas o hasta idénticas, así es que al menos hay cierta garantía de afinidad.

La amistad está basada en el amor, y el amor en este mundo está medido por la reciprocidad y la expectativa. Las relaciones se fundamentan en un intercambio de cosas y de afectos, y cuando esto falla ocurren las decepciones. Las personas son personas y aún las amigas son personas, endiosarlas conduce inevitablemente al desengaño. La amistad es una bella creación humana, no hay amistad verdadera y amistad falsa, si es amistad es verdadera, si es falsa no es amistad, sino hipocresía. Esta relación está basada en experiencias gratas, en apoyo e intercambio, y en soportes afectivos en momentos de crisis.

Sin embargo, llega a mi mente el recuerdo de cosas que he visto, la amistad algunas veces se oscurece, se debilita, precisamente por la ayuda del otro, personas que ante una situación desventajosa se sienten humilladas por no poder evitar su condición desvalida, y al ser ayudados, en lugar de agradecidos, se sienten resentidos, y se convierten en adversarios gratuitos de los que fueron "sus" amigos, de quienes los apoyaron, les dieron alojamiento y soporte material. Es cuando vemos el ego inflado, cuando ni las adversidades pueden con la fuerza del orgullo, para ponerlos de hinojos y que sientan la gran virtud  de la humildad, con la cual darle brillo a su alma.

¿Cuál es el concepto de amistad, en estos tiempos de falta de valores?

La excesiva penetración de la informática en la vida cotidiana, ha cambiado los criterios con los cuales se relaciona la gente, hoy el intercambio cara a cara ha cedido al intercambio virtual, y eso ha marcado menos riesgos, y un incremento del intercambio simbólico. Las personas “establecen amistad”, con extraños, comparten pareceres, se ayudan mutuamente y no se conocen en persona. Eso mismo está pasando con los amigos de carne y hueso, no tenemos tiempo para un encuentro real, y los sumamos a la lista de amigos virtuales.

Esta nueva manera de relacionarnos, es más una nueva forma de comunicación, que una relación, en la cual sólo utilizamos palabras y fotos; aquellos mensajes que no sólo eran verbales sino también de un lenguaje corporal, que nos hablaba y comprendíamos por el brillo de los ojos, es cosa del pasado, a menos que se trate de compañeros de trabajo y de estudio.

Tal es la situación, que inevitablemente los riesgos han cambiado, los roces se han minimizado, porque la amistad no es en presencia sino a distancia. Sin embargo, el concepto sigue intacto, se valora la solidaridad, la confianza, la empatía, la fraternidad, la lealtad, la honestidad, la sinceridad y lo más notable: la gratitud.       

Parece que estamos hablando de gente muy fina, gente noble, justa, muy elevada, gente aplomada que mide las consecuencias de sus actos. Por eso, un amigo puede ser cualquier persona desconocida, que en un momento dado actúa de manera leal. En este caso no es preciso la dimensión temporal de la relación, sino el acto amistoso. He tenido muchas vivencias como ésta, encontrarme con extraños que dan ayuda incondicional, manifestando su enorme calidad humana.

Entonces, bien pudiéramos ampliar el alcance de la amistad, y sacarlo de los límites de la intimidad y la relación cerrada, como solemos apropiarnos de nuestros amigos, y extender la amistad a todos quienes sienten respeto por los demás. Solemos excluir a la gente que no nos gusta, cuando decimos: "Ese no es un amigo, es un conocido". Esto me divierte porque podría sugerir que los amigos son desconocidos, o súper conocidos, lo cual es un albur.

¿Aún están en uso la lealtad, el respeto y honorabilidad o son simplemente palabras que han quedado olvidadas en el diccionario?

Creo que estos conceptos, siguen vivos en determinadas personas y se han desvanecido para otras, la vida frenética de hoy impide que las relaciones amistosas se funden en contactos directos, y ya la lealtad no es tan útil, sino la cantidad de veces que te mando un mensaje electrónico. El respeto te lo puedo manifestar con un adecuado uso del lenguaje y con contenidos agradables; la honorabilidad es más difícil expresarla por vía electrónica.

Sin embargo, no podemos asumir que en el pasado la amistad era una relación impecable, lo que podemos decir, es que la vida se centraba en relaciones directas y era más fácil establecer rangos o escalas de amigos, tanto que aparece la categoría de “Mi mejor amiga”. Además, en el reciente pasado, el control social y las normas religiosas tenían más fuerza que en la actualidad, por lo cual, daban una apariencia de amistad legítima.

¿Es factible la amistad entre hombre y mujer?

Muy factible, hay un dicho que dice: “Un amigo es aquel hombre maravilloso, simpático, con quien nunca se me ocurriría irme a la cama”, y de esos hay muchos.

Creo que aquella imagen del macho que ve en toda mujer un prospecto sexual, ya se está desdibujando. La libertad sexual ha proporcionado cierto sosiego al respecto, aunque varía de una cultura a otra.

¿Qué papel juega la conveniencia personal en la amistad?

La amistad va sobre ruedas cuando se trata de compartir la diversión, o cuando se requiere apoyo moral, ayuda factible, pero cuando se trata de esfuerzos mayores, compartir espacios físicos, o se trata de ayudas materiales, la cosa se pone seria. Hay un dicho que dice: "Amigo el ratón del queso", una buena manera de expresar la desconfianza hacia los demás, pero también una manera de decir: "Yo no soy confiable."

Todos debemos proteger nuestra integridad y sólo que estemos frente a un reto de vida o muerte y que podamos hacer efectivamente algo por otra persona, en otros casos, se ponen en evidencia nuestros intereses. Creo que nunca un amigo debe exigirte total entrega, eso lo das tú, la amistad es algo que se exige a uno mismo, no la debemos exigir en los demás, cada cual es como es, debemos aceptarlos como son, pero, no ser tan tonto de confiar si sabemos que no son íntegros.

La confianza es la base de la amistad. CONFIAR es la certeza de que la otra persona haría lo mismo que yo en las mismas circunstancias, le puedo confiar a Maya, nuestra perrita, a alguien que sienta las mismas emociones y tenga los mismos criterios que yo tengo, es decir confiamos en quienes se parecen a nosotros, pero, como somos diferentes hay gente confiable en ciertas cosas y en otras no, hay gente que puede cuidarme mi mascota pero que no sabe ayudarme en una crisis de llanto, hay gente que nos ayuda en un problema económico y que no le puedes confiar un arroz en la hornilla. Así somos de complejos, el asunto es conocer las capacidades de los demás.

Este es un asunto peliagudo, todos tenemos intereses que proteger, y espacios inviolables, y todos también podemos cometer abusos a cuenta de la amistad. Mantener el límite sano es una obra de filigrana, por eso el dar a veces se torna en un acto de desapego, de amor incondicional, dar sin esperar retribución. Saber cuándo una persona es honesta y responsable, ante un préstamo de emergencia, es difícil por no decir imposible.

Lo que suele ocurrir es que la amistad nos vela cualquier precaución, y a veces por no ser prudentes podemos ser víctimas de engaño y abuso. Lo que he podido apreciar en las nuevas tendencias de crecimiento personal, es el desarrollo de la asertividad, a través del uso de la palabra explícita, establecer conversaciones claras, sin tapujos, a fin de establecer las condiciones que protegen la conveniencias personales. En estos ámbitos la amistad no es excusa para no protegerse.

Esto echa por suelo la visión romántica de la amistad, que consiste en la aromática idea de entrega mutua, que no permite análisis ni cálculos. Este modelo ha causado no pocos problemas y muchos “amigos“ del pasado se transforman en enemigos, casi gratuitos, por falta de una sana comunicación, y de un explícito acuerdo.

Creo que la amistad no es excusa para saltarse protocolos convencionales, por eso es que sabiamente se dice: “Cuentas claras conservan amistades”. La mayor expresión de respeto que podemos darle a un amigo es demostrarle que lo creemos capaz de auto-ayudarse y que nuestro apoyo es eso, apoyo, no abuso, y ello se logra hablándole con claridad, y certificar que la comunicación ha sido comprendida. Cabe destacar que la amistad es análoga a la relación de pareja, son asociaciones que requieren comunicaciones claras, y que por falta de ellas hemos vivido tragedias que pagamos con excesivos inversiones emocionales, que no hubieran tenido porqué ocurrir, de haber sido asertivos y haber establecido sustentos prácticos desde el comienzo.

Así como el amor romántico, en el cual todo es tácito, casi mudo, ciego e inexacto, la amistad también ha estado encerrada en una concepción santificada, sin contar con el hecho de que quienes integran esas sociedades son seres de carne y hueso, que al comienzo actúan como marionetas emocionales, y luego cuando ya les pasa el encantamiento, ya están comprometidas con las consecuencias naturales de una pasión desbordada. 

Hoy en día ni siquiera las relaciones de pareja se deben dejar al devenir espontáneo de la vida, hay infinidad de autores que aclaran la necesidad de tomar control sobre lo que significa un compromiso amoroso tan involucrado, que implica relaciones con el dinero, la convivencia, la paternidad, el sexo, podemos decir todo lo más valioso en la vida de una persona.

Creo que hacer amigos es cosa de evolución personal, porque una persona elevada encuentra amigos en cualquier lugar, no porque el otro sea amigo, sino porque la persona es la amiga, es decir, no espera nada del otro, sólo se relaciona y en la relación aunque sea de minutos, como cuando hablas con alguien en El Metro y le das apoyo por algo, o conversas de cualquier cosa, establece un vínculo sincero y empático.

Cuando valoramos a los "amigos" sólo por una lista de virtudes estamos mal, porque estamos exigiendo del otro condiciones para recibirlas nosotros, desconociendo las debilidades que naturalmente existen en todos; por fortuna los amigos son personas que se nos parecen, y eso ayuda a la convivencia.  

No debemos exigir una pureza total a alguien más, y tampoco debemos ser tan tontos de confiar en otra persona nuestras más profundos tesoros, si al menos no tenemos cierta información sobre ellas. Para mí, la amistad es una disposición humana basada en un sentido de solidaridad hacia los demás, aquella persona que respeta la vida del otro, aunque no te conozca, aquella persona que tiene una actitud favorable es amigable, en ella se puede confiar; pero amigo no es un compinche para hacer daño a otros, esos son secuaces.

La amistad es un asunto vital y misterioso, ponerle etiquetas lo desvirtúa. Yo sólo la defino como una actitud favorable hacia los demás, que suele ser más intensa con los allegados, pero que no discrimina a los extraños.

Como conclusión podría simplificar el asunto puntualizando que la amistad es una consecuencia de la calidad humana, espiritual y ética de las personas, y con estas condiciones establece relaciones sustanciosas, sin que medie la posesividad sobre el otro; mi propuesta es sacar la amistad del nicho cerrado donde la metimos, despojarla del sectarismo afectivo, ampliarla como una energía que nos une, que se dinamice entre nosotros y que no nos haga imprescindibles. 

Eso es lo que dice Roberto Carlos, la amistad extensiva al mundo, porque ya son tiempos de abrir los brazos y conectarnos con la luz del alma humana:

 

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