lunes, 21 de diciembre de 2020

SALUTACION


Hoy 21-12-2020, tenemos a Saturno y Jupiter alineados en Acuario, en solsticio de invierno en el hemisferio norte, y de verano en el sur, lo que se definió como La estrella de Belén, y hoy, justo en el amanecer de la galaxia.
Un día como hoy no se lo gasta cualquiera, desde el cielo emanan luces de cambio y en nuestras manos queda hacerlas realidad, hemos compartido momentos cruciales; me siento como desnuda ante los despojos de que hemos sido objeto y que estamos sufriendo, pero me alegra que hay valores imposibles de saquear, por eso acudo a los sentimientos más nobles de cada corazón, para sugerirles emprender este inicio de ciclo universal con nuevos bríos, como decía mi mamá, para reordenar las prioridades, para realizar proyectos, que no por tener esa palabrota tienen que ser un portento.
Cada quien arme su camino, eso sí, dejando atrás las mentiras del Yo social, del Yo cultural, del Yo sumiso, del Yo temeroso, asumiendo la vida lo más cercana a una actitud libre, recibiendo el regalo de la libertad acuariana que se inicia, con autocrítica, y despojándonos de todos los velos de creencias falsas que nos trajeron hasta aquí.
Toda vivencia nos proporciona un saber, pero cuando se necesita el dolor para aprender es porque aún no hemos despertado nuestro sentido crítico ante las “verdades” que nos adoctrinan. Reconocer la diferencia entre adoctrinamiento y sabiduría es un paso adelante hacia la libertad que Nuestro Padre-Madre nos otorgó desde el principio de los tiempos.
Ya estamos lejos de aquella sentencia que decía que “La letra entra con sangre”, cuando los maestros y padres de familia se empoderaban con un rejo para saciar su miedo a que sus infantes se desviaran por el camino del mal, ¡gran error!, lo que hacían con ello era torcer de verdad a sus criaturas. El mal que vemos en la sociedad actual es en parte, el resultado de equívocos cometidos contra las personas durante su infancia, cuando es en realidad el período perfecto para crear luz, y se ha usado tan irresponsablemente, que se convirtió en foco del mal social de hoy.
La humanidad transcurre por lentos períodos, llevando su cruz, una cruz que contiene en parte, el peso de la ignorancia con la cual entendemos la vida, y lo más sorprendente, es que quienes han puesto luz en las verdades han sido condenados a muerte, como acto demostrativo de que “eso no se hace”, no se puede ir contra del poder, aunque esté equivocado. Muchos eruditos y científicos fueron llevados a la hoguera por expresar la verdad en tiempos dominados por la férrea maldad de los sepulcros blanqueados, que dominaban políticamente a occidente en la Edad Media y bien entrada la Edad Moderna. No vale la pena nombrarlos porque la lista es larga, y no creo que haya una sola persona que no lo sepa.
Hemos escuchado hablar de algo denominado La Nueva Era, un movimiento que anunciaba la llegada inminente de la Era de Acuario, la Era que se inicia, en la cual se llamó la atención por ampliar la visión espiritual de las colectividades; no se trataba precisamente de una nueva religión como algunos tontos creen, -si fueran avispados hubieran investigado-, fue un intento de resquebrajar los duros bloques mentales que se habían establecido durante siglos de dominación religiosa, a través de un enfoque distinto de nuestra espiritualidad, lo cual significa un concepto mucho más amplio y correcto para definir ese componente divino que nos liga a esencias superlativas.
Despertar a una nueva visión de lo espiritual y dejar atrás la camisa de fuerza de las religiones, no es sólo un punto de vista, sino el ejercicio del Libre Albedrío en mayúsculas, porque al concebir una espiritualidad sin jefaturas “divinas” de carne y hueso, nos coloca en contacto directo con las fuerzas divinas reales que siempre han estado con nosotros, dentro y fuera de nosotros. El templo es el corazón, o la mente, o el cerebro, o los chakras, el asunto es que no está fuera de nosotros solamente.
La Era de Acuario es un ciclo de tiempo del sistema galáctico, cada Era dura más o menos 2148 años, es un más o menos, porque el tiempo es una dimensión compleja para precisarlo humanamente. Así lo entiendo y así lo refiero.
Estamos dejando atrás la era de Piscis, un signo de agua, aunque con pinceladas muy fuertes en los elementos de tierra, aire y fuego. Esta Era se inició alrededor de la fecha de nacimiento de Jesús, y marcó un período profundamente dirigido por el poder político unido al religioso, marcó un momento de desarrollo material con la revolución industrial y dio paso al Estado como organización de naciones y delimitación de sus fronteras, aunque como sabemos, también mantuvo en la sombra fuerzas ocultas de poder mundial que han determinado los destinos humanos hasta hoy.
Reorientar la vida y el pensamiento en el sentido de la Era, sería mucho más prospero si nos comprometemos en la tarea, en lugar de adversarla, aprender los nuevos esquemas de desarrollo nos puede permitir aprovechar un cambio a favor, especialmente en un país tan devastado como el nuestro. No tendríamos que derruir nada, porque ya lo han hecho otros, es construir otra cosa, después de un bombardeo aéreo, como ocurrió en la post guerra de la Alemania del siglo pasado.
Alguien comentó en un video recientemente, que la tendencia favorecía a la juventud creativa, al uso de tecnologías de punta, que ya el patriarca estaba en retiro, ¡Gracias a Dios!. El Patriarca no sólo representó la vejez como criterio de poder y sabiduría, sino el paternalismo, la autoridad irrestricta del viejo, que también puede ser un ignorante ferreo, al mantenerse en sus conocimientos desactualizados. También nos liberaremos del acentuado dominio del macho, porque el patriarca lo era simplemente por ser varón.
Se aproximan nuevas visiones del mundo, que nos sorprenderán, o nos recordarán que ya las conocíamos pero no eran tendencia. Veremos a los demás como nuestros espejos, ojalá aprendamos de ello, siempre ha sido así, pero no nos hemos dado cuenta.
¡Bienvenido Acuario, te he esperado desde hace 50 años!

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