Nunca me había paseado por la curiosidad de saber de dónde salen las letras, y fue en días pasados cuando un amigo, muy querido, me envió una versión personal de tal acontecimiento, el cual agradezco por haberme causado tanta hilaridad.
En esta ocasión quiero compartirlo con ustedes, me pareció muy interesante, dado el carácter sonoro del origen del mundo, puesto que en un principio era el verbo y el verbo era Dios.
Su nombre es Farah Habib, quien amablemente me remitió su historia:
Las 5 vocales que todos usamos a diario en nuestro lenguaje oral y escrito existen desde que Adán y Eva vivían en el Paraíso, os puedo afirmar que en esa época fue cuando nacieron nuestras 5 vocales A, E, I, O, U, en la siguiente circunstancia.
Cuando Eva le dió a comer la manzana a Adán, miles de chispitas se arremolinaron en el cuerpo de Adán, a su mente llegaron miles de ideas que nunca antes había tenido, incluso un mar de sensaciones rodaba por su piel, lo cual le dio una semblanza contrastante con la escurrida figura que él tenía en sus tiempos de inocencia, ¡claro, había probado del fruto del conocimiento!.
Fue tal la tersura de su cuerpo, la aparición de sus bien formados músculos y hasta de sus insinuantes chocolaticos, nunca antes observados, que ante tal maravilla, Eva exclamó Ahhhh…Allí nació la letra A.
Era tal el impacto visual que causó en Eva la nueva corporeidad de Adán, que trató de esquivar las sugerencias amorosas del recién nacido galán, ya que ella no sabía a qué atenerse con esta novedad en el frente, pero Adán ni corto ni perezoso insistió con una pregunta que ella disimuló no haber oído, a la cual respondió: ¿Ehhh?...Ahí fue cuando apareció la letra E.
Adán vuelve sobre el asunto y le repite la pregunta a Eva, y como la carne es débil y además ella había sido la causante de cortar la manzana y dársela, animosamente y llena de júbilo le dice...I
Eva quiso decir si, pero como estaban en el paraíso de las playas de Morrocoy, es decir, que estaban en Venezuela y los venezolanos no pronuncian la S al hablar, de esa manera apareció la letra I.
Luego, cuando al fin Eva acepta las insinuaciones de Adán y conoce realmente las consecuencias de haber osado saber y conocer, en su mayor expresión de felicidad, repetía ¡Ohhh! Allí nació la letra O.
Finalmente, como después del retozo viene el cansancio, y como Eva aún guardaba ánimos de mujer creativa y Adán sólo deseaba descanzar, al verlo alicaído, Eva se burló de él, diciendo: ¡Uhhh! Naciendo de esa forma la letra U.
Gracias a Farah, por éste y por tantos cuentos humoristas que me ha contado y que me han producido buenas dosis de endorfinas, maravillosas sustancias de la alegría.
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