“La soledad y la sensación de no sentirse querido son la pobreza más grande”
Madre Teresa de Calcuta
A esta conclusión llega la madre Teresa, quien vio el drama más grande en la falta de alimentos y atención, quien se enfrentó a enfermedades colectivas, tiene la palabra al indicar el mayor de los sufrimientos humanos.
El dolor interno se refleja en el cuerpo, y la pobreza material pudiera interpretarse como la causa directa del pesar de las poblaciones que ella atendía, niños en estado extremo de marasmo, con enfermedades básicas, infecciones, plagas, máxima tristeza...
Lo que la madre Teresa destaca es que esa carencia material está precedida de carencia afectiva, y ésta tiene múltiples formas de expresarse, desde el desamor de los padres hasta el desamor de la sociedad que no provee de mecanismos justos para la supervivencia y la convivencia.
Cuando sabiamente decimos que "Las penas con pan son menos", nos referimos a ese otro amor, la provisión material; una vez tuve una amiga que estaba recién divorciada, con huellas de maltrato físico, y su padre le dio su apoyo para que se fuera a Europa a estudiar o a pasear, lo que ella quisiera, así pudo superar su pena y resolver su vida iniciando una nueva historia, a eso llamo yo, el dinero bendito, que se ejerce como recurso amoroso para resolver problemas.
En el otro extremo de la realidad, se encuentran las personas que padecen soledad y no se sienten queridos, aunque naden en recursos materiales, poseen otro tipo de marasmo, el afectivo, y no les resulta útil el dinero para alcanzar subsanarlo. Son los atormentados del mundo, que no hayan sociego.
La primera duda que hay que aclarar es si se trata de un problema orgánico, que requiere atención médica, o si es un problema emocional, que puede ser tratado por psicólogos, a fin de avanzar en un tratamiento. Hoy existen diversos planteamientos sanadores, diferentes vías para solucionar, y vale la pena intentarlo, y digo que vale la pena, porque sanarse causa dolor.
No quiero cerrar, sin recomendar una asertada actitud, y es que resulta muy sanador abrirse a una visión integral de la vida, lo cual incorpora sanación del cuerpo, de la psiquis, de las creencias y de nuestra conexión espiritual, por no decir religiosa. Este enfoque nos pone en contacto con la complejidad de ser un alma que tiene una experiencia terrenal, los científicos dirían, tratarnos en nuestras dimensiones bio-psico-social, lo cual deja lo espiritual afuera.
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