domingo, 14 de marzo de 2010

LAS REGLAS DE LA VIDA

Desde que recuerdo, he tenido presente la diferencia entre la mentira y la verdad, pero cuando me hice adulta, me dí cuenta que la cosa no es tan fácil, que hay verdades que hieren y que no es necesario ese dolor, de allí que se hayan inventado lo que llaman mentiras piadosas, o también omisiones piadosas. 

Un día tuve a mi alcance una información que le daría un gran dolor a mi hija y no lo dije, yo también estaba impactada, pero de nada sirvió,  se enteró y me reclamó con razón que no le hubiera dicho nada. Este mal manejo de las informaciones que nos afectan emocionalmente, es resultado de una manera inadecuada de resolver los asuntos íntimos, y es que venimos de una sociedad muy guardadora de secretos y no tenemos hecho el hábito de ser  honestos.  

Ante la disyuntiva que plantea la verdad y la mentira, prefiero optar entre la honestidad o la deshonestidad, y aunque parece más complejo, se puede ser honesto sin tener que decir una verdad que no le ha llegado la hora de ser informada. La honestidad nos salva más que decir la verdad, porque hay verdades inútiles, atemporales, hay verdades hirientes y verdades relativas.

En una ocasión oí decir a Carlos Fraga, reconocido comunicador social venezolano, que una información debía tener tres condiciones para ser  revelada: 1- que sea cierta, verdadera, 2- que sea útil y 3- que sea dicha con amor.

Descubrí en estas tres condiciones, la clave de la honestidad, porque en el fondo de ella está el respeto por el otro. 

Muchas películas han hecho tema en la verdad y la mentira, en lo correcto y lo incorrecto, y hay que ser honesto y reconocer que lo más cierto que hay, es que el mundo se presenta muy complejo y que una verdad puede ser tan falsa como una gran mentira, porque depende de muchas circunstancias.

Ayer vi la película "Antes y Después" con Meryl Streep,  en la cual la muerte accidental de una joven crea una confusión  por miedo, y los personajes se debaten entre la mentira y la verdad, dejando a los espectadores sin saber quién tiene la razón, lo cual a veces es intrascendente.

En "Las Reglas de la Vida" con Michael Caine, el asunto refiere a unas absurdas reglas de un viejo campamento de obreros o de esclavos, mientras la vida requiere de intervenciones inmediatas para mujeres embarazadas presas de la injusticia, como el caso de una joven que había concebido un hijo de su abusador padre.  

2 comentarios:

Unknown dijo...

Me encantan tus escritos Eva... De vez en cuando me meto en tu blog y me leo algo al azar....Hoy le tocó a la verdad y la mentira... eres sabia amiga! Tqm. Claret

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Gracias Claret, me alegra que nos encontremos en las letras que reflejan mis preocupaciones. Un gran beso amiga. Eva