lunes, 29 de agosto de 2011

JOSÉ CARLOS SOMOZA

"Nada nos deja tan indefensos como el placer, ni siquiera el miedo" 
JOSÉ CARLOS SOMOZA
 Esta cita la tomé prestada, realmente no conozco a su autor, pero en tan pocas palabras nos hace reflexionar, ¡el placer como debilidad!.

Teniendo en cuenta que en este mundo tridimensional, todo concepto tiene dos caras, no hay absoluto, al menos no lo hemos podido construir aún, y en tal caso, significaría un cambio dimensional.

Sabemos que las emociones de ira, miedo, soberbia, y similares son energías que nos debilitan; y nos debilitan en varios sentidos, porque nos exige procesos químicos que nos intoxican, porque nos hacen ver la realidad de manera negativa, porque exacerva nuestra subjetividad y todo lo vemos más grave de lo que es, porque nos creamos enemigos, porque podemos cometer errores con personas inocentes, porque podemos llegar a acciones de las cuales nos arrepentiremos, la lista es larga.

No obstante, si lo vemos desde el otro extremo podemos descubrir que expulsar esas fuerzas que nos atormentan, es liberador. La sabiduría está en reconocer que tenemos esas emociones y decidir darle salida de una manera adecuada, y muchas veces necesitamos asesoría para ello, hay muchas terapias apropiadas.

Lo incorrecto sería explotar indiscretamente o, reprimirlo, por autosensura. En ambos casos no resolvemos nuestro problema.

El placer... Es un término que ha tenido un significado de tabú, porque siempre ha estado asociado al sexo, tema que por siglos ha sido condenado por la iglesia. Pero realmente lo que es agradable es placentero, nuestros gustos gastronómicos, las cosas que nos atraen, la música, la lectura, el arte, el trabajo que preferimos, la tarea culminada, el ambiente emocional que nos rodea, las relaciones amistosas, las celebraciones, y vuelvo a decir, la lista es larga.

El lado oscuro del placer lo podemos apreciar cuando somos poseídos por él hasta llegar a desarrollar adicción; también podemos ser manipulados por tener la debilidad de una pasión desmedida. No sin razón, el sexo ha sido percibido como una fuente de debilidad, ya que su plenitud requiere una entrega total, cosa que ha causado no pocos inconvenientes. Cuando tenemos una pasión, la pasión se vuelve parte de nosotros, casi en nuestra identidad. 

En la película "El secreto de sus ojos", se desarrolla una interesante secuencia de eventos, un asesino muy esquivo fue detectado en una foto, por la mirada que posó sobre su víctima muchos años atrás, y después de un profundo análisis de las pistas, pudieron dar con su paradero, en un estadio de fútbol. Esta fue la sentencia que dijo el detective:

"El tipo (asesino) puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de ¡Dios!, pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín, no puede cambiar de PASIÓN."


Magistral momento de reflexión, profundo conocimiento psicológico, por eso darnos a conocer por nuestras aficiones, es darnos a conocer por nuestras debilidades. 

2 comentarios:

Karina Pugh Briceño dijo...

Qué bello texto, mami!!! Gracias por escribir esto!!!

Eva Rosa Briceño Pacheco dijo...

Gracias mi lindita, siempre creí que la pasión era la brújula de la vida, eso lo creí por la pasión de Jesús, que lo llevó a un sufrimiento desmedido, a su muerte,y lo mejor ¡a su resurrección!, por esa resurrección creí que la pasíón era la clave. Hoy sospecho que muchas pasiones pueden ser brújulas dañadas.
Lo razonable sería entonces conocer la pasión, y regularla con los demás ccapacidades del intelecto, para eso los tenemos.Besos