CASA A LA VERA DEL CAMINO
Hay almas ermitañas que viven en su propio lugar
Hay almas como estrellas que habitan solas en el firmamento
Hay almas pioneras, que incendian la tierra por donde nunca hubo caminos
Déjame vivir en una casa a la vera del camino
por donde los hombres corren su maratón;
los hombres que son buenos y aquellos que son malos,
tan buenos y tan malos como lo soy yo.
No permitas que sostenga la bandera del impostor
ni que me siente en la silla del burlón
ni con cinismo verlos pasar,
Déjame vivir en una casa a la vera del camino
y a esos hombres mi amistad brindar.
Veo desde mi casa, el camino de la vida
A los hombres que abrazan la esperanza con ardor
A los hombres que son débiles en la lucha,
pero no se alejan de sus sonrisas y lágrimas.
Ambas partes de un Plan Infinito
Déjame vivir en una casa a la vera del camino
y ser amigo de los hombres.
Sé que más adelante hay prados con alegres arroyos
y altas montañas difíciles de escalar
Que el camino pasa a través de la larga tarde
y se extiende hasta la noche.
Me regocija ver a los viajeros
que lloran y se alegran
aún cuando sean los gemidos de personas
que no viven en mi casa, ni son mis vecinos
Déjame vivir en una casa a la vera del camino
por donde los hombres corren su maratón,
los buenos, los malos, los débiles, los fuertes
Sabio, tonto, yo también.
Entonces, ¿por qué he de sentarme en la silla del burlón
o lanzar la prohibición del cínico?
Déjame vivir en una casa a la vera del camino
y ser amigo de los hombres.
Hermosa poesía que esboza la vida del hombre en este mundo terrenal; el poeta se rebela ante la posibilidad de juzgar la diversidad de comportamientos humanos, al contrario, los reconoce y se identifica con ellos, y pide vivir en un lugar propicio para la observación, y sin ningún artificio ser amigo de todos, ya que esta compleja dinámica no es sino la simple expresión de la polaridad bien y mal, y por si fuera poco, forma parte de un Plan Infinito.
Es la postura filosófica de un poeta que opta por la compasión, especialmente porque sabe que el bien y el mal anidan en él. Sin aspavientos el poeta está viendo la viga en su ojo y siendo así, se hace amigo de todos los hombres que transitan por la carretera, que atisba desde lo alto de su ventanal. No cabe duda que tuvo una buena inspiración en el difícil mandato de Jesús: "Amaos los unos a los otros".
Es la postura filosófica de un poeta que opta por la compasión, especialmente porque sabe que el bien y el mal anidan en él. Sin aspavientos el poeta está viendo la viga en su ojo y siendo así, se hace amigo de todos los hombres que transitan por la carretera, que atisba desde lo alto de su ventanal. No cabe duda que tuvo una buena inspiración en el difícil mandato de Jesús: "Amaos los unos a los otros".
Sam Walter Foss es un poeta estadounidense (1858-1911), de procedencia rural como era el mundo de aquellos tiempos, fue egresado de la universidad de Brown.
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