jueves, 10 de diciembre de 2020

LA ESPIRITUALIDAD Y LA RELIGION

La espiritualidad es una condición humana, un nivel no material desde donde percibimos ideas sobre esencias que están más allá de lo físico, vamos a decir metafísico en el sentido más amplio. De allí que muchos dudan de que pueda existir un ateo sólido, ya que si bien este mundo no tiene acceso a comprobaciones, también se presentan eventos que alguna duda dejan.

El asunto se complicó cuando ese humano primigenio ejerció esa condición espiritual en grupo y además, se vieron en condiciones muy comprometidas ante las grandes catástrofes, el hambre y otras necesidades. Se sintieron en condiciones precarias y concluyeron que estaban a merced de fuerzas todopoderosas causantes de tales males.
En aquellos lejanos tiempos la primera idea que se les ocurrió, tal vez por lógica, fue que tenían que calmar tal furia, y para ello, que también fue lógico debido a la mortandad que causaban tales eventos, idearon ofrecer sacrificios de seres vivos, en los cuales también se incluían a humanos. Entregando voluntaria y anticipadamente un sacrificio de esta naturaleza, seguro que esos dioses se mantendrían contentos. Me refiero a dioses en plural, porque la idea de un dios en singular surgió muy adentradas las culturas, entre 3500 y 4000 años a. C.
En este proceso no incluyo la posibilidad de la presencia o influencia extraterrestre, porque con ella o sin ella, igual sirvió para que la humanidad se condujera por la vía espiritual, tal y como la hemos conocido.
La religión es otro proceso, si al inicio los grupos humanos tenían un problema que los afectaba a todos, no dudo de que los personajes más activos de esos grupos se encargaran de establecer pautas y poner orden en los procesos, no sólo desde el punto de vista práctico sino conceptual.
Por otro lado, la religión es la manera como los humanos organizaron y materializaron los fundamentos y prácticas para canalizar la conexión con las entidades invisibles que causaban sus males. Y se pueden encontrar enfoques muy naturalistas, fundamentados en la conciencia de ser parte de la naturaleza, como los enfoques de las culturas prehispánicas, como otros enfoques, en los cuales sitúan en eventos humanos específicos el origen del mal, como las culturas judeocristianas.
El término religión deviene de religare, que significa unir, y en este caso volver a unir, si se refiere a religiones que sustentan la idea de la caída de la humanidad por el pecado.
Estaríamos de acuerdo entonces en que las religiones, son una manera de formalizar el ejercicio de la espiritualidad en colectivo y en este mundo material, y por ello cada una escoge su creencia, sus prohibiciones, sus argumentos y lineamientos, establecen las normas y requisitos a sus feligreses. Todas poseen un libro sagrado, figuras sacerdotales y jerarquías, deidades complementarias, imágenes explícitas o mentales, rituales, que son el acoplo como instituciones. Este sistema organizativo también forma parte del ejercicio político y social que en el caso de la iglesia católica, ejerció por siglos en Europa y América, lo cual expandió el alcance que tienen sobre la vida de la humanidad.
Sin embargo, el siempre presente fenómeno espiritual y su orden humano ha generado muchas iglesias, salones rituales, trabajo público y de casa en casa, no obstante, en la actualidad hay una disidencia notable, aunque los disidentes siempre existieron al punto de dividir a la iglesia católica, con el fenómeno del protestantismo.
Los tiempos que corren han ofrecido nuevas perspectivas espirituales, esencialmente inspiradas en un ejercicio de manera independiente, con o sin influencia de creencias orientales, libre, con o sin rituales, pero que siguen inscritos en la condición natural del ser humano y su vínculo con dimensiones trascendentales. Se plantean como centro el propio ser, que algunos lo refieren como el corazón, pero que está en la base de un criterio absolutamente inalcanzable, un templo que nadie puede incendiar, un lugar que llaman de luz, en un estado de subjetividad que no admite fraudes, porque se despliega en el mundo interno de cada persona.
La religiosidad es humana y cambia, incluso las religiones se modifican en formas y prioridades, recuerdo cuando a mediados de los 60, cambiaron la misa en latín a español, y eliminaron el sagrado velo para entrar a las iglesias, yo me sentía desnuda, incómoda y estafada, porque en mi infancia en el colegio nos llevaban a misa a la capilla interna y yo que no tenía velo, -porque nunca se lo notifiqué a mis padres-, cada semana recibía un castigo por parte de las monjas del colegio, cuando me colocaban un gigante cucurucho de periódico, el cual elaboraban al momento, con un notable alarde de enojo y reproche. A mi me importaba un bledo el cucurucho, a mi me encantaba ir a la capilla porque tenía un ambiente cálido, olía a velas derretidas y porque allí estaba Jesús.
Muchos creen que las instituciones religiosas necesitan una reflexión profunda, cada quien sabrá en qué aspecto.

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